Bolivia, uno de los mayores productores mundiales de quinua, se encuentra en el centro de un ambicioso proyecto de investigación respaldado por Japón.
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Brújula Digital|Agencias|23|11|24
Manuela Sanchez
Bolivia, uno de los mayores productores mundiales de quinua, se encuentra en el centro de un ambicioso proyecto de investigación respaldado por Japón.
Un programa que une a profesionales bolivianos y japoneses busca optimizar la producción y sostenibilidad de este cultivo ancestral.
La quinua, considerada un superalimento por su alto valor nutricional, enfrenta desafíos como el cambio climático, la degradación de suelos y la creciente demanda global. Este proyecto tiene como objetivo abordar estos problemas mediante el desarrollo de tecnologías avanzadas y métodos de cultivo más sostenibles.
El plan se da gracias al programa Science and Technology Research Partnership for Sustainable Development (SATREPS), coordinado por la Agencia de Ciencia y Tecnología de Japón (JST) y la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA).
El proyecto incluye estudios sobre genética y biodiversidad de la quinua, así como la mejora de técnicas agrícolas para aumentar la resiliencia de los cultivos ante condiciones climáticas adversas.
Además, busca promover una mayor colaboración entre investigadores bolivianos y japoneses, integrando conocimientos tradicionales con avances científicos.
Cuenta con la participación de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), a través del Instituto de Investigaciones Químicas (IIQ) y el Instituto de Biología Molecular y Biotecnología (IBMB), la fundación PROINPA, y cuatro instituciones japonesas: el Centro Internacional de Investigación para las Ciencias Agrícolas de Japón (JIRCAS) y las universidades de Tsukuba, Kioto y Obihiro.
En las instituciones bolivianas, más de 20 estudiantes y 8 investigadores han recibido capacitación, además de beneficiarse con equipamiento destinado tanto a investigaciones de laboratorio como a trabajos de campo.
Entre las actividades destacadas se encuentran investigaciones en laboratorio y campo para identificar variedades de quinua más resistentes y productivas, capacitaciones a agricultores locales en métodos de cultivo sostenible, desarrollo de soluciones tecnológicas para reducir el impacto ambiental de la producción, como técnicas de manejo del suelo y uso eficiente del agua.
El proyecto no solo fortalece la seguridad alimentaria local, sino que también posiciona a Bolivia como un líder global en investigación y producción de quinua. Además, fomenta la exportación sostenible, alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
Colaboración internacional
Este esfuerzo se inscribe en la cooperación científica global que SATREPS ha impulsado en diferentes países. La participación de Japón garantiza la transferencia de tecnologías avanzadas y experiencias exitosas en investigación agrícola, mientras que Bolivia aporta su rica tradición en el cultivo de quinua y su biodiversidad única.
Con una duración de cinco años (2021-2026), el proyecto tiene como objetivo generar resultados que fortalezcan inicialmente a las comunidades con incidencia directa, ubicadas en tres localidades del municipio de Umala (La Paz) y dos del municipio de Uyuni (Potosí).
El éxito del proyecto podría traducirse en un modelo replicable para otros cultivos tradicionales en el mundo, combinando ciencia, tecnología y conocimientos locales para enfrentar los retos del cambio climático y la sostenibilidad agrícola.
BD/MS/RPU