Brújula Digital|17|02|24|
Luis Fernando Romero
La escasez de dólares norteamericanos tiende poco a poco a agravarse más. Hay que recordar que todo comenzó hace más de un año, el 8 de febrero de 2023, cuando el Banco Central de Bolivia estableció un tipo de cambio preferencial que ofrecía comprar dólares a los exportadores nacionales a un precio de Bs 6,95 por cada unidad, 0,09 centavos más que al precio de compra oficial de Bs 6,86, con la finalidad de recaudar $us 1.000 millones para fortalecer las Reservas Internacionales Netas del país.
Sin embargo, el tiro les salió por la culata a las autoridades ya que este tipo de cambio preferencial, además de no cumplir con su objetivo, generó un desequilibrio grave en el mercado cambiario del dólar, ya que se generó incertidumbre y especulación, derivando en una sobredemanda de la divisa norteamericana, que hasta la fecha ni el BCB ni la banca privada pueden satisfacer. Más bien, lo que creció y se fortaleció es el mercado negro del dólar. Se estima que hay más de 10.000 millones de dólares fuera del sistema financiero nacional.
Antes de proseguir con el análisis debo aclarar el porqué del nombre de “dólar negro” que se usa hoy. Por dos simples razones: al haber muy pocas transacciones en dólares al tipo de cambio oficial, la mayor parte de los agentes económicos está recurriendo al dólar que se obtiene en el mercado negro o paralelo, obviamente a precios más altos. La otra razón es que gran parte de estos “dólares negros” provienen de la economía informal e ilegal que operan en Bolivia, tales como del contrabando, narcotráfico, minería ilegal y otras tantas de esa índole. Existen similitudes con el “dólar blue” de Argentina y que fue originado por la escasez y los cepos cambiarios en esa economía; Bolivia tiene los mismos síntomas.
Aunque no sea parte de su política monetaria o cambiaria, desde el año pasado el peso boliviano tuvo una devaluación cercana al 30%, considerando que el tipo de cambio oficial de venta es de Bs 6,96, pero el dólar se compra en el mercado negro hasta en Bs 9 la unidad.
Se debe recordar que actualmente hay varios mercados del dólar en el país.
1. “El dólar oficial”, con un tipo de cambio de compra de Bs 6,86 y venta de Bs 6,96, que no se modifica desde 2011; este es el menos usado debido a su escasez en el sistema financiero nacional.
2. “El dólar librecambista”, que es uno de los más antiguos, sus transacciones se manejan bajo la ley de la oferta y la demanda; por ahora su precio de venta puede llegar a Bs 9.
3. “El dólar fronterizo”, que es usado sobre todo por quienes realizan transacciones económicas y comerciales en las fronteras del país; se cotiza igualmente por encima de Bs 8.
4. “El dólar mayorista”, usado sobre todo por importadores en volúmenes relativamente grandes. Su precio oscila entre Bs 7,50 y 8,50. El precio de venta varía de acuerdo con la cantidad de dólares requeridos.
5. “El dólar minorista”, que es vendido en pequeñas cantidades, demandado sobre todo por el ciudadano de a pie, quien requiere montos para diversas transacciones.
Si el Gobierno no realiza reajustes en su política económica, el desequilibrio en la balanza cambiaria y de pagos en el país empeorará; esto generará mayor escasez de dólares con tres efectos negativos: mayor encarecimiento del dólar en el mercado negro o paralelo; desabastecimiento o problemas para la importación de diversos productos (materias primas, insumos, otros). Por ejemplo, carburantes, medicamentos, insumos industriales, etc.; elevación de los precios en la economía (inflación), tanto de productos nacionales como de importados.
Esta situación, que se hizo evidente con la política del tipo de cambio exportador del BCB, es consecuencia de una balanza comercial negativa, caída de la inversión extranjera, menos acceso a créditos externos y sobre todo a un gasto público elevado que fue consumiendo poco a poco nuestras divisas. El problema de fondo es que gastamos mucho, pero generamos poco: un simple ejemplo, nos cuesta casi ocho millones de dólares al día importar carburantes.
La escasez de dólares no se solucionará con medidas parche, necesitamos algo sensato y sostenible. El camino no es aumentar la deuda externa, eliminar el ITF o legalizar el mercado negro, sino buscar los medios en los cuales nuestra economía gaste menos y produzca más divisas, tal vez liberar las exportaciones ayude.
Sin embargo, para ello se requiere de voluntad política para implementar medidas pragmáticas que dejen de lado la ideología.
Luis Fernando Romero es presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija.
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