Las economías latinoamericanas que más se expandirán este año son Venezuela (10 %), como rebote después de siete años de recesión, Panamá (7,0 %), Colombia (6,5 %), República Dominicana (5,3 %), Uruguay (4,5 %), Guatemala (4,0 %) Honduras (3,8 %), Argentina y Bolivia (ambas con 3,5 %).
La región latinoamericana y caribeña crecerá este año, pero todavía a los bajos niveles anteriores a la pandemia covid-19. Foto: BM-iStock
Santiago, Chile (IPS)
La economía de América Latina y el Caribe crecerá este año 2,7 por ciento, en vez del 1,8 estimado en abril, en un escenario complejo en el que resalta la desaceleración profundizada por la guerra en Ucrania, indicó este martes 23 la Cepal al presentar su Estudio Económico 2022 en esta capital.
Junto con la guerra entre Rusia y Ucrania, la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) considera que la economía regional está impactada por “fuertes presiones inflacionarias, el bajo dinamismo de la creación de empleo, caídas de la inversión y crecientes demandas sociales”.
De ese modo, la región “vuelve a la senda de bajo crecimiento que exhibía antes del inicio de la pandemia” covid-19, de acuerdo con el texto que la Cepal tituló “Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2022: dinámica y desafíos de la inversión para impulsar una recuperación sostenible e inclusiva”.
América Latina y el Caribe, la región más afectada por la pandemia, creció 6,2 % en 2021 tras la caída de 6,8 % en 2020, la mayor recesión en un siglo.
Las economías latinoamericanas que más se expandirán este año son Venezuela (10 %), como rebote después de siete años de recesión, Panamá (7,0 %), Colombia (6,5 %), República Dominicana (5,3 %), Uruguay (4,5 %), Guatemala (4,0 %) Honduras (3,8 %), Argentina y Bolivia (ambas con 3,5 %).
En menor medida crecerán Costa Rica (3,3 %), Cuba y Nicaragua (3,0 %), Ecuador (2,7 %), El Salvador y Perú (2,5 %), Chile y México (1,9 %), Brasil (1,6 %), Paraguay (0,2 %), y en Haití, asaeteada por la violencia, habrá recesión (-0,2 %).
Para el Caribe, la Cepal estima un crecimiento de 10,2 %, en buena medida debido a las grandes inversiones que capta Guyana con su boom petrolero, pero, si se excluye a ese país, el conjunto caribeño crecerá 4,7 %.
El estudio muestra que el conflicto en Ucrania intensificó la tendencia al alza que los precios de productos básicos ya presentaban desde la segunda mitad de 2020, haciendo que algunos de ellos alcancen niveles récord.
Para el promedio de la región el efecto es mixto, y se proyecta una caída de siete por ciento de los términos de intercambio de los productos básicos.
En general, el valor de las importaciones de la región crecerá 22 % este año y el de las importaciones 23 %.
Un problema es la inflación, que sigue aumentando y en junio, anualizada, se ubicaba en 8,4 %, más del doble del valor registrado en el período 2005-2019. Es un poco más alta en América del Sur (8,8 %) y menos en América Central y México (7,5 %) y el Caribe de habla inglesa (7,3 %).
La desaceleración de la actividad económica restringe la recuperación de los mercados laborales, en especial para las mujeres.
Mientras que la tasa de desocupación masculina pasó de 10,4 % en el segundo trimestre de 2020 a 6,9 % en el primer trimestre de 2022, una reducción de 3,5 puntos porcentuales, la tasa de desocupación femenina registró una disminución de 2,1 puntos en el mismo período, al pasar de 12,1 % a 10 %.
Asimismo, a fines del primer trimestre de 2022 la tasa de participación laboral femenina (51,4%) presenta un fuerte rezago respecto de la masculina (74,2%).
Este rezago de la reincorporación de las mujeres en el mercado laboral está condicionado por el atraso en la recuperación de sectores económicos que concentran el empleo femenino, y por el aumento de la necesidad de cuidados que se manifestó con fuerza tras el inicio de la pandemia, según la Cepal.
Hacia el futuro, “en un contexto de múltiples objetivos y crecientes restricciones, se requiere una coordinación de políticas macroeconómicas”, advirtió Mario Cimoli, secretario ejecutivo interino de la Cepal.
Se trata de instrumentar y coordinar políticas que apoyen “la aceleración del crecimiento, la inversión, la reducción de la pobreza y la desigualdad, a la vez que enfrentan la dinámica inflacionaria”, concluyó Cimoli.
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