Economía | 11/08/2022 15:15
Jaime Dunn: la industrialización con sustitución de importaciones fracasó hace décadas
El experto consultor internacional sobre temas económicos y financieros, advirtió que el programa lanzado por el Gobierno -como si se trata de una gran novedad- ha sido fallido en los países implementadores, sobre todo en América Latina. Como ejemplo citó a Argentina.
Jaime Dunn, experto consultor internacional en economía y financias. Foto: CBHE
Brújula Digital |03|06|22|
Como parte del programa de “reactivación económica” lanzado por el presidente Luis Arce, se destacó la industrialización con sustitución de importaciones, como el caso del denominado “biocombustible”. Al respecto, el experto consultor internacional, Jaime Dunn, afirmó que este modelo fallido, fracasó hace varias décadas, y que solo dejó gran endeudamiento a los países implementadores, sobre todo en América Latina.
“Esta política de sustitución de importaciones es un experimento cepalino, ya ha fracasado hace varias décadas y no ha tenido ningún efecto positivo en ningún país en el que se ha implementado, especialmente en Latinoamérica, es más, esa idea de sustituir las importaciones significó una participación estatal muy grande en financiar a empresas a través de los bancos con el Estado, y todos quebraron”, aseguró a Brújula Digital.
Esa receta –dijo Dunn- fue abandonada como una idea eficiente hace más de 20 años, porque claramente llevó a muchos países del mundo, sobre todo de América Latina al sobre-endeudamiento en la década de los 80´, por tratar de sustituir las importaciones.
En línea contraria, Arce dijo que la industrialización con sustitución de importaciones: “nos aleje cada vez más de un Estado proveedor de materias primas” y acotó que será una forma efectiva de “liberación nacional”.
Sin embargo, el especialista en temas económicos y financieros, dijo que no hace falta ir muy lejos para darse cuenta del fracaso de este modelo: “Argentina es un claro ejemplo que abrazó la sustitución de importaciones, y lleva 80 años de déficit fiscal y sus empresas automotrices que nacieron con esta idea de sustitución de importaciones son un desastre, han puesto su fábrica de automóviles pero el 80% de los repuestos para fabricar el auto lo tienen que importar”.
“Es más, es una idea que nace de la Segunda Guerra Mundial cuando los países estaban en guerra, y como el comercio exterior no funcionaba se empezó a sustituir las importaciones (…). Y está comprobado todo lo contrario: que debes abrir las fronteras, tener un país abierto y si al final de cuentas para los bolivianos es barato y económico conseguir algo afuera, ver más bien que se promueva eso, obviamente tomando las medidas necesarias para ayudar a la industria nacional”, sostuvo.
“Sólo será un paliativo el biocombustible”
En análisis de Jaime Dunn, la sustitución de importaciones, como lo plantea el Gobierno, no será ni fácil, ni rápido de implementar, y peor aún, no solucionará el problema del déficit comercial por importación de combustibles.
Las compras de gasolina y diésel a abril de este año suman $us 985 millones, mientras que las exportaciones llegan a $us 910,7 millones. La cifra representa un incremento del 121,3% con relación al mismo periodo del año anterior, cuando las compras llegaron a los $us 445 millones, mientras que las exportaciones de gas natural, crecieron un 33,7%.
“Lo que se va hacer con los biocombustibles no solucionará el problema que es demasiado grande para resolverlo de manera rápida (…). El impacto en divisas es de muy largo plazo y no vislumbra que vaya haber un cambio de la matriz energética en muchísimos años; entonces, va a ser un efecto paliativo nada más”, aseguró.
Dunn dijo que basta que el petróleo se mantenga sobre los 100 dólares el barril en el mercado internacional, el ritmo de importaciones de combustibles va a ser enorme, y todo apoyo al ahorro de reservas será insuficiente, considerando además el costo ambiental de la superficie destinada a los cultivos para la producción de los biocombustibles.
El Gobierno aprobó el decreto supremo 4764 por el cual pretende impulsar la siembra de la jatropha, macororó y palma aceitera en la Amazonía, para garantizar la materia prima para la elaboración de aceites crudos destinados a la producción de biodiesel.
Arce anunció un presupuesto de 402,7 millones de bolivianos para dicho programa, cuyo objetivo es implementar las condiciones tecnológicas para la producción de especies oleíferas, fortaleciendo las capacidades de los productores locales.
En criterio del experto internacional, no bastan medidas económicas para garantizar reactivación, pues es necesario que desde el Estado se den garantías de respeto a la seguridad jurídica, a los derechos humanos y las reglas democráticas de cada país. “Podemos ver países como Venezuela, Argentina, por más que pongan las medidas, la falta de seguridad y confianza en la moneda local hacen que no se pueda reactivar esa economía nunca”, acotó.
BD