La Academia hizo un buen partido ante el Atlético Mineiro. Se acercó a una definición vía penales e incluso estuvo a punto de ganar. Pero hubo un par de acciones clave que fueron determinantes.
Brújula Digital, Premium|24|9|25|
En un partido casi perfecto, Bolívar tuvo dos errores que le costaron caro: el primero, no haber convertido la mejor opción de gol que tuvo; el segundo, el hecho de dejar un resquicio en la defensa que el Atlético Mineiro aprovechó para ganarle (1-0).
A los 85 minutos, el dominicano Dorny Romero escapó en solitario, encaró a Everson, pero en la definición el golero brasileño logró atajar e impedir la caída de su arco.
Dio la impresión de que en los metros finales a Romero se le fue un poco la pelota, lo suficiente para que perdiera el mejor perfil, y eso le obligó a definir con menos precisión. Faltaba muy poco y Bolívar desperdició la jugada más clara que tuvo para anotar.
Lo peor llegó a los 91’. El Mineiro manejó la pelota de izquierda a derecha. En Bolívar, a ninguno de los hermanos Sagredo le resultó bien la marca: José llegó tarde y no pudo impedir el centro hacia el segundo palo lanzado por Scarpa, mientras que Jesús no logró rechazar antes del cabezazo definitivo de Bernard.
Con ese par de jugadas clave se definió la llave de cuartos de final de la Copa Sudamericana. Habían empatado a dos (2-2) en la ida. En la revancha (1-0), el Atlético Mineiro avanzó a las semifinales y dejó fuera a Bolívar.
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