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Cultura | 20/09/2023

Un libro rescata el trabajo de los fotoperiodistas que arriesgaron su vida para retratar la crisis de 2019 y la pandemia

Un libro rescata el trabajo de los fotoperiodistas que arriesgaron su vida para retratar la crisis de 2019 y la pandemia

Algunas de las páginas del libro "Conflicto, miedo y pasión", editado por Patricio Crooker.

Brújula Digital |20|09|23

Anahí Cazas 

El amotinamiento de policías en el techo de la UTOP horas antes de la renuncia de Evo Morales. El entierro de muertos por Covid en fosas comunes en un cementerio. Las dos escenas fueron retratadas en la ciudad de Cochabamba, la primera fue capturada el 8 de noviembre de 2019 por David Flores Saavedra. La segunda fue registrada el 3 de noviembre de 2020 por Dico Solis. Las imágenes reflejan dos hechos históricos que marcaron un antes y un después en el país, pero también muestran el trabajo del fotoperiodismo boliviano.

Las dos imágenes forman de un libro que rescata el trabajo de los fotoperiodistas durante la crisis política del 2019 y la pandemia del Covid en Bolivia. Se trata de “Conflicto, miedo y pasión”, una obra editada por el fotoperiodista y fotógrafo documentalista Patricio Crooker.

“Gordon Parks, reconocido fotógrafo documentalista norteamericano decía: ‘Es el corazón y no el ojo lo que debe determinar el contenido de una imagen’ y es eso lo que las imágenes en este libro reflejan de cada fotógrafo, su sentimiento ante situaciones de verdadera dificultad”, explica Crooker en la presentación de la obra.

Según el editor, “la idea del proyecto del libro nace de la necesidad, primero, de rendir un homenaje al trabajo de los fotógrafos durante la crisis política del 2019 y la pandemia del Covid, y segundo, de mostrar parte del material producido en un solo volumen, para que quede para la posteridad”.

Para la elaboración de este proyecto, Crooker asumió dos desafíos: seleccionar las imágenes y escuchar los relatos de algunos de los entrevistados, quienes rompieron el silencio y se animaron a hablar de la ansiedad y depresión que enfrentaron después de las coberturas.

Además, según el editor, sus colegas “hablaron sobre la necesidad de mostrar la realidad y la responsabilidad de ser testigos en primera línea”, pues cuando nadie podía salir, ellos estaban en las calles.

“El propósito de este libro es mostrar cómo el país se polarizó por cuestiones políticas y también de cómo la pandemia afectó a sus habitantes. Ambos eventos fueron un reto duro de superar para los fotoperiodistas del país, hubo cuestiones éticas, de seguridad y de libertad de expresión que estaban en juego”, asegura Crooker.

Para el caricaturista Abecor, quien se encargó de realizar el prólogo del libro, detrás de cada una de las fotografías, también están las historias y los sentimientos de miedo, zozobra e incertidumbre de los autores.

“A casi cuatro años del conflicto político social de 2019 y de una pandemia mundial del covid, de la que Bolivia no se libró, los lentes con valor de más de 30 fotoperiodistas rememoran lo que pasó en estos eventos, pero, sobre todo, lo que ellos y ellas vivieron detrás de sus lentes”, explica Abecor.

Javier Mamani, Christian Lombardi, Daniel Flores Saavedra, Dico Solis, Gastón Brito, Rodrigo Urzagasti, Manuel Seoane, Luis Gandarillas, Carlos Sánchez, Miguel Carrasco, Mateo Romay, Sara Aliaga y Claudia Morales, entre otros, son algunos de los periodistas que forman parte de este libro.

La coordinación del proyecto estuvo a cargo de Anahí Aguilar y Carolina Moyano. Este trabajo se hizo posible gracias al Programa de la sección de Prensa, Cultura y Educación (PD) de la Embajada de Estados Unidos de América y la alianza con la Fundación para el Periodismo.

La primera imagen que se muestra en el libro es la de un videografo de la prensa que escapa de los gases lacrimógenos lanzados por agentes de la policía hacia los manifestantes que exigen la anulación de las elecciones y la renuncia del ahora expresidente Evo Morales. La fotografía fue capturada el 5 de noviembre de 2019 por Christian Eugenio.  

En las siguientes páginas se observan fotografías que retratan desde los festejos de muchos ciudadanos tras recibir la noticia de la renuncia de Evo Morales hasta las protestas de los salieron a defender a la wiphala y al exmandatario. También se ven imágenes de los enfrentamientos entre manifestantes y policías en diferentes regiones.

En una de las fotos se retrata el dolor de la familia de un joven que falleció durante fuertes enfrentamientos entre uniformados y manifestantes en Huayllani, Cochabamba.

Además de la colección de imágenes, el libro rescata los testimonios de los fotoperiodistas, quienes revelan sus miedos y recuerdan todo lo que arriesgaron para retratar los conflictos de 2019 y la pandemia del covid, hechos históricos que marcaron un antes y un después en Bolivia.

Por ejemplo, en el libro, el fotoperiodista del diario Opinión, Dico Solís, cuenta las principales dificultades que enfrentó para realizar su trabajo. “No querían que saquemos imágenes del conflicto. Uno siempre hace lo que puede, uno tiene que buscar siempre la verdad y muchas veces arriesgando el físico”, dice.

En las páginas de la obra, el fotoperiodista David Flores también comparte su experiencia y narra momentos complicados de la cobertura. “El 2019 era como la guerra, si alguien quería ir a la guerra, esa era la guerra. Como en toda guerra no había buenos ni malos. Lo que sí había eran víctimas, víctimas de ambos lados”, comenta.

La cobertura de la pandemia del covid fue otro gran reto de los fotoperiodistas, quienes pese al riesgo de contagiarse el virus que paralizó el mundo, se trasladaron a morgues y hospitales para retratar las imágenes más impactantes y dolorosas de los últimos años.

“He estado en los hospitales haciendo guardias. He estado también en los cementerios, cuando se hacían los entierros colectivos con muchos cuerpos. Siempre con miedo y cuidándome lo más posible”, relata el fotoperiodista Rodrigo Urzagasti.

Para la fotoperiodista Claudia Morales, la cobertura de la pandemia representó un riesgo diario. “Tenía miedo de llegar a mi casa y contagiar a mi pequeño. Era cuenta regresiva todos los días”, revela y asegura que hoy cuando revisa su archivo, vuelve de alguna manera a vivir esos momentos. 



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