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Cultura | 26/01/2024   14:05

De enseñar a escolares a realizar lifecasting para “La Sociedad de la Nieve”, la historia de la boliviana Sofía Godínez

La paceña trabajó en el filme que está nominado a dos premios Oscar, al de Mejor Película Internacional y Mejor Maquillaje y Peluquería. Brújula Digital conversó con ella.

Foto/Sofía Godínez

Brújula Digital|26|01|24|

Alissya Guerrero

Sofía Godínez Liberman, una apasionada profesora boliviana de preescolar, hace cinco años decidió dar un giro a su vida cuando hizo sus maletas y migró a Los Angeles (Estados Unidos) para dedicarse a los efectos especiales y maquillaje en cine. Nunca imaginó que esto le abriría las puertas para trabajar como técnico en la película La Sociedad de la Nieve, que tiene dos nominaciones al Oscar 2024, una de ellas precisamente en la categoría Mejor Maquillaje y Peluquería.

“Mi rol en la película ha sido hacer lifecasting (…) que es la copia de cada uno (de los personajes) para que después se pueda hacer las heridas, los envejecimientos, los enflaquecimientos, entonces yo, con un equipo español, hicimos estas copias. Después me fui a Bolivia por un mes y a mi vuelta hice unos cuantos muñecos que se llaman dummies, muñecos que aparecieron en el accidente del avión”, cuenta a Brújula Digital, desde Barcelona, donde radica.

La Sociedad de la Nieve, dirigida por el español Juan Antonio Bayona para Netflix, narra la supervivencia de un equipo de rugby uruguayo cuyo avión se cayó en la cordillera de Los Andes en 1972. El filme está nominado a dos Premios Oscar, al de Mejor Película Internacional y Mejor Maquillaje y Peluquería.

Ella fue contratada en el filme cuando trabajaba para la empresa de efectos especiales DDTfx. No lo podía creer y quería contarle a todo el mundo; sin embargo, por cláusulas del contrato no podía dar información.

“Fue muy emocionante saber de qué se trataba (la película La Sociedad de la Nieve) Tenía contratos para no hablar de lo que estamos trabajando porque así funciona este ‘mundillo’ y me moría por contarle a mis padres y a todos porque es una historia preciosa, triste de sobrevivencia de amistad”, afirma Godínez, de 31 años.

De las clases a los efectos especiales

Corría 2017 y Sofía daba clases en un colegio de La Paz. Si bien, cuenta, era muy feliz enseñando a niños, sentía que le faltaba un sueño por cumplir. Siempre sintió interés por el maquillaje en cinematografía y se lanzó a perseguir su anhelo. 

“Tuve la suerte de que mis padres están locos y que confían en los sueños de sus hijos. Yo soy profesora de preescolar, pero mi sueño también era dedicarme al maquillaje, entonces mis papás me ayudaron a pagarme una escuela en Estados Unidos que se llama Cinema Makeup School”. 

Después de dedicar años de estudio y práctica, encontró su primera oportunidad laboral en el mundo del maquillaje como practicante en la escuela a la que acudía. 

Luego, en búsqueda de nuevas puertas, decidió probar suerte en México, lo que le permitió ser parte del cortometraje Fragor. 

Sabía que aún quedaba mucho para ella. Por eso aplicó a pasantías en España y el destino la llevó a Barcelona, donde continuó con su carrera, primero como pasante y después como técnico de efectos especiales en DTTfx donde estuvo por tres años. 

También participó en producciones españolas Malasaña 32, Cuidado con lo que deseas, Los muñecos de Nieve, Los secaderos, Madres paralelas, entre otras. 

Actualmente reside en Barcelona y trabaja de forma independiente en busca de mezclar su amor por la educación y por el arte. 

“Ahora estoy haciendo trabajo independiente, y bueno mi primer amor es la educación entonces también me voy a dedicar a eso y ver cómo puedo compaginar la educación y el arte”, afirmó. 

Cuenta que el mundo del cine es exigente y demanda largas y agotadoras jornadas de trabajo. Ahora, canaliza su creatividad hacia el arte, buscando hacer esculturas hiperrealistas e intervenciones sociales a través del arte

Familia de artistas

Sofía viene de una familia de artistas. Su mamá, Kitula Liberman, que desde 2005 se enfoca en hacer películas documentales, realizó “Los ecos del fuego” donde aborda un hecho relacionado con los sucesos de febrero de 2003 en el país. 

Su padre, Armando Godínez, es historiador de arte y recientemente sacó un libro de fotografías que son “reinterpretaciones de arte tradicional basado a arte boliviano”.

Su tía Gilka Wara es una destacada pintora boliviana que expuso sus creaciones en varias galerías y en espacios culturales a nivel nacional e internacional.

BD/AGT





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