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Cultura | 29/01/2022   10:08

El Café del Cerro: un viaje de regreso a la memoria y la nostalgia

Con un concierto y un libro sobre el mítico local santiaguino, regresa la música contestataria de los ’80 en Chile

Afiche

Brújula Digital|29|01|22|

Por Odette Magnet

Dedicado a quienes aún echan de menos las noches de música y vino caliente en el Café del Cerro de Santiago, o a quienes deseen conocerlas, en abril será el lanzamiento del libro “Miles de voces dirán que no fue en vano”, que cuenta la historia del local del Barrio Bellavista y hace un recorrido por los tipos de música y arte que pasaron por su escenario.

Entre 1982 y 1992 el Café del Cerro fue el epicentro de la música contestataria de los 80. “La catedral del Canto Nuevo” la llamaron algunos medios de comunicación. Pero fue más que eso:  fue un refugio, un espacio de libertad y de esperanza en tiempos muy duros.

Desde el viernes 28 están a la venta, en Puntoticket, las entradas para el recital de lanzamiento del libro, que narra la historia del mítico Café del Cerro. La narración es un relato coral en el que confluyen las voces de más de cien artistas, gestores culturales, periodistas y más de cincuenta asistentes regulares al local.

Investigado y escrito por la periodista de cultura María Eugenia Meza, cuenta en parte con el apoyo del Fondo de la Música del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile. El libro será puesto a la venta en algunas tiendas especializadas de productos culturales chilenos, así como en librerías y por Internet.

Además, se incluyen como referencia artículos de prensa de la época, obtenidas en la revisión de medios entre 1982 y 1992 y posteriores. Y, desde luego, se regresa a esos años oscuros de aquella feroz dictadura chilena por medio de largas conversaciones con sus dueños y gestores, Mario Navarro y Marjorie Kusch.

–Todo partió en un día doloroso. De camino al entierro del gran Nelson Schwenke, Mario me propuso hacer la historia del local que tantas veces reporteé. Por su puesto le dije que sí cuenta María Eugenia Meza–. Y me puse a investigar. Fue un trabajo largo y sorpresivo, porque mientras más investigaba, más gente había que entrevistar.

En el recital del 8 de abril en el Teatro Caupolicán de Santiago, se presentarán siete emblemáticos solistas y cuatro grupos de los años 80, cuya vigencia musical se extiende hasta hoy.Congreso, Schwenke y Nilo, Sol y Lluvia y Arak Pacha son las bandas llamadas. Mientras este último grupo, cultores de la música aymara ponían ritmos tradicionales en el Café, Congreso hacía vibrar las paredes de la casona con sus vanguardistas sonidos. Y la calma de la música creada por Schwenke y Nilo bajo el influjo de la lluvia, los bosques y ríos de la zona valdiviana, tuvo y tendrá su contrapunto con los combativos sonidos de Sol y Lluvia.

El premiado Eduardo Gatti, favorito indiscutido del Café, compartirá escenario con Claudio Narea que, con Los Prisioneros, fue otro que batió récords de público en la sala. Cecilia Echenique y Carmen Prieto representarán a las mujeres que cantaron allí, que no fueron muchas pero sí importantes.

Directo desde Santiago del Nuevo Extremo llegará con sus canciones-himno Luis Le Bert que ha permanecido componiendo tomando el ritmo de la calle. Finalmente, pero no por eso menos importante, el humor y la música las pondrá Pippo Guzmán, habitual animador de los trasnoches del Café, y el humor crítico y mordaz, Ricardo Meruane.

Nostalgia, talento y memoria serán los elementos que destacarán en esta jornada que traerá de regreso la mística de aquellos tiempos en que la música fue sustento y aliento en medio de la falta de libertad y el atropello continuo a los derechos humanos.

Aunque es cierto que el Café del Cerro fue el epicentro del Canto Nuevo, también lo fue del pop y del jazz. Los primeros recitales de La Ley fueron allí y el prelanzamiento del casete “Pateando piedras” de Los Prisioneros congregó a la mayor cantidad de público que hubo en el local: más de 400 personas.

–El trabajo fue como abrir una muñeca rusa-–dice su autora–. Mientras más investigaba, surgían más y más artistas y diferentes tipos de música que se presentaron allí, así como obras de teatro, piezas de danza, citas con el folclor, jornadas poéticas.

En lo que al jazz se refiere, todas las más importantes bandas y formaciones estuvieron presentes. Desde un paseo por la historia de esta forma musical, protagonizado por Luz Eliana, la gran cantante de la Nueva Ola, reconvertida en ladycrooner, hasta la vanguardia de Fulano, Trifusión, Congreso y Ensamble (por nombrar algunas) pasando por los diversos grupos y estilos cultivados por los míticos hermanos Lecaros (Roberto, el maestro, y sus hermanos Pablo, Mario y Nené).

La jornada tendrá, así como el libro, recuerdos y homenajes para quienes fueron grandes estrellas del Café y hoy no están, como Tati Penna, Payo Grondona, el Gitano Rodríguez, Pato Valdivia. Y también se recordará a figuras como Ricardo García, fundador y gran gestor del sello Alerce y John Smith, locutor e integrante del equipo de Nuestro Canto, que lideraba y lidera otro gran hombre de radio, Miguel Davagnino. Todos ellos, ausentes y presentes son parte de nuestra historia, de nuestras vidas, de la llamada patria.

BD





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