Luis Antonio Serrano
Brújula Digital |27|3|20|
Logré ver Mi Socio 2.0 en la última proyección que tuvo, en este mes de marzo, antes de que se impusieran las restricciones por el coronavirus. La vi muy tarde por la noche y con poca gente en la sala. Era mejor así, como precaución por los días que corren. Me senté lleno de curiosidad considerando la alta calidad de la primera versión de la película.
Mi socio fue una película de 1982 dirigida por Paolo Agazzi y protagonizada por David Santalla, como Vito, y Gerardo Suarez, como Brillo. Mi Socio 2.0, 38 años después, es dirigida por el mismo Agazzi y tiene a los mismos actores principales. Esta es probablemente la primera secuela de la historia del cine nacional.
Haber reunido 38 años después a los mismos actores principales y al director es un acierto enorme y un gancho para generar indudable interés.
Valoro mucho todos los esfuerzos bolivianos por hacer cine, cada que alguien se empeña en realizar una película pienso que es un quijote; por eso, lo primero que haré es pedir que vaya usted a verla apenas pueda hacerlo.
Pero debo ser honesto. Mi Socio 2.0 no me gustó. ¿Por qué? Iré por partes. Uno, pienso que el magnífico antecedente de la primera película no está bien proyectado en esta segunda. Se nos hizo entrañable aquel filme por ser la narración de un sabroso viaje a través de Bolivia, donde un camionero colla (Vito), recorre el país junto a un lustrabotas camba (Brillo).
Como muchas road movies, lo trascendente del guion no era tanto la historia misma sino los eventos ocurridos durante el viaje. La primera película retrató al país mediante una bella fotografía, con un David Santalla impecable en el papel del camionero pillo, pero de buen corazón, y Gerardo Suárez siendo a la perfección el niño tierno y travieso. Además, mejor canción original no pudo tener (El camionero), compuesta por Alberto Villalpando y cantada por Gerardo Arias, de Savia Andina.
Mi Socio 2.0 es, por lo contrario, una suma de desaciertos. Es una historia más seria esta vez, de corte policial, pero no está bien contada. El espectador debe solucionar las deficiencias de guion y acomodar las piezas narrativas de modo que éstas calcen.
Dos, el casting de la nueva Mi Socio resultó muy deficiente. La excepción es Gerardo Suárez, que hace creíble a un Brillo que se hizo, en estos años, empresario del transporte, como lo fue Vito. Pero éste último ha cambiado tanto que ni en lo esencial se parece al anterior.
No puede haber un mecánico menos creíble que el que encarna el actor Hugo Pozo. Romaneth Hidalgo hace un esfuerzo, poco exitoso, de interpretar a una Camila de personalidad difusa. Tampoco entiendo cuál es la necesidad de incluir a Raúl Mamani y Mauricio Toledo, actores que van construyendo sus respectivas reputaciones, en escenas prescindibles del todo.
Tres, ahora que la tecnología está más a la mano de los productores de cine y se pueden lograr filmaciones de alta definición con menor inversión que antes, no me explico la baja calidad de imagen de Mi Socio 2.0. Así, la buena fotografía del filme y toda la inversión en tomas aéreas se lucen menos de lo deseable.
Por último, merece consideración especial la canción emblemática de la primera Mi Socio. Es, no cabe duda, una de las canciones más recordadas de todas las piezas de películas bolivianas. ¿Merecía tal vez una versión nueva a cargo del mismo Gerardo Arias? ¿Una que quede grabada en los nuevos espectadores de esta saga nacional?
Por todo esto, la secuela de Mi Socio no le hace honor a la primera versión, una de las joyas de la cinematografía nacional.
Ficha técnica:
Título Original: Mi socio 2.0
Director: Paolo Agazzi
Reparto: David Santalla, Gerardo Suarez, Emi
Chávez, Ariel Vargas, Fred Núñez, Hugo Pozo, Jorge Lora, Jorge Urquidi, Luigi
Antezana, Romaneth Hidalgo, Rosendo Paz.
Genero: Comedia drama
Estreno: Marzo 12, 2020
País de Origen: Bolivia
José Luis Serrano escribe sobre cine para Brújula Digital.
@brjula.digital.bo