Álvaro Álvarez, guitarrista, fundador y exintegrante del grupo folklórico Llajtaymanta. Foto: Página Siete
Página Siete Digital / La Paz
Álvaro Álvarez, guitarrista, fundador y exintegrante del grupo folklórico Llajtaymanta falleció ayer a los 51 años de edad, luego de haber permanecido más de un año con un cuadro delicado de salud debido a un accidente.
Álvarez nació el 15 de noviembre de 1967 en Oruro, fue el quinto hijo del matrimonio de Edgar Álvarez y Seferina Silvera. En julio del pasado año, luego de una presentación en Tarija, cayó de las gradas y se fracturó el cráneo, tras el infortunio quedó en terapia intensiva.
Su esposa Daniela Komárek Valda decidió retirarlo del hospital luego de que él fuera desahuciado y contrató un enfermero para que lo atienda personalmente en su domicilio en sus últimos momentos.
"Lo conocí cuando íbamos a la parroquia, ellos muy jóvenes se iniciaron como músicos en festivales de la zona", recuerda una de las amigas de Álvaro.
Por muchos años fue director del reconocido grupo Llajtaymanta, entre los temas que han dejado huella esta la composición "Chévere que che".
"Él decía grabaremos este tema, pero diremos 'chévere que che' y los chicos se han reído, dijeron 'como vamos a decir eso' y ha sido una de las mejores canciones que ha sonado y ha tenido muchísimo éxito, él siempre decía que todas las cosas buenas están chévere y eso era una de sus palabras que ha sellado al grupo Llajtaymanta", recuerda.
En los últimos años Álvaro trabajaba arduamente en otro proyecto musical denominado "Llajtas por siempre" junto a Willams Farro y Gonzalo Escóbar, también fundadores de Llajtaymanta, además de Abel Hurtado, Carlos Ramallo, Mauri Toco, Jose Luis Morales, Benja Chambi, Nicolás Suarez y otros músicos.
Su ausencia luego del accidente se hizo notable en el ámbito artístico, tal como lo expresó la reconocida charanguista Rosario Peredo en el último cumpleaños de Álvaro.
El afamado artista será velado hoy en el Salón Orquídeas de la Funeraria Valdivia, frente al monumento Busch en La Paz. Su esposa invitó a darle el último adiós con instrumentos musicales, con la alegría que lo caracterizó. "Dimos todo, y ahora nos queda despedirlo como hacía todo: a lo grande", escribió.