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Cultura y farándula | 23/09/2025   06:40

|OPINIÓN|El El grano verde|Stefan Gurtner|

Obviamente es muy difícil explicar a los niños que es un movimiento guerrillero, así que escribí un pequeño cuento sobre el fondo y las causas de estos sucesos que pusieron en vilo al país entero.

Portada y contratapa de la obra El grano verde. Foto gentileza del autor.
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Brújula Digital|23|09|25|

Stefan Gurtner

En 1987 vine a Bolivia como voluntario del comedor popular San Calixto, un proyecto de los jesuitas en La Paz, donde todo tipo de gente socialmente marginada, especialmente migrantes del campo, podían comer una sopa caliente por pocos centavos. Era un proyecto necesario, ya que el país iba saliendo de la peor crisis económica de su historia que dejó a miles de personas literalmente en la calle.

En el mismo comedor conocí a Guisela, mi futura esposa, y un grupo de niños callejeros que buscaban allí un refugio. Así que tenía doble razón para quedarme, aunque eso trastocara todos mis planes para el futuro. En los siguientes años, mi esposa y yo creamos la comunidad infanto-juvenil Tres Soles y el grupo de teatro Ojo Morado con el objetivo de ir más allá de un simple asistencialismo y enfocarnos en una educación mediante el arte, intentando transformar vidas.

Estábamos en eso, cuando a principios de los años 90 irrumpieron en el país dos grupos insurgentes, la “Comisión Néstor Paz Zamora” (CNPZ) y el “Ejército Guerrillero Tupac Katari” (EGTK) que querían destruir las estructuras capitalistas a través de la lucha armada. El primero se dio a conocer con el secuestro de Jorge Lonsdale, ejecutivo de Coca Cola y dirigente del club futbolístico Bolívar. En el intento de liberar al empresario, el 5 de diciembre de 1990, murieron él y tres de sus secuestradores.

Poco después, apareció el EGTK que “protagonizó más de media docena de atentados terroristas con el saldo de algunos muertos, heridos y graves daños materiales, pero fue desmantelado, esta vez sin violencia”, como escribe en su libro Historia de Bolivia Carlos D. Mesa Gisbert. Los cabecillas del movimiento cayeron presos, y en este contexto también mi persona fue detenida. 

En realidad, era una trampa que me tendieron dentro de un juicio laboral para extorsionarme, siguiendo la divisa: “El gringo tiene plata”. Sin embargo, más tarde mi esposa y yo nos enteramos que las autoridades sospechaban de nosotros desde tiempo que estuviéramos involucrados en actividades subversivas por nuestro trabajo con las capas más vulnerables de la sociedad y que eso en realidad habría sido la razón por la arremetida. Por suerte intervino la embajada de mi país, sino hubiera compartido celdas con Felipe Quispe, El Mallku, y Álvaro García Linera, uno de los líderes del grupo y años más tarde vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia.

En los periódicos y los noticieros televisivos durante meses no se hablaba de otra cosa, tanto que las niñas y los niños del proyecto comenzaron a preguntarnos al respecto: “¿Quiénes son? ¿Por qué hacen eso? ¿Qué quieren lograr?”. Obviamente es muy difícil de explicar a los niños que es un movimiento guerrillero, así que escribí un pequeño cuento sobre el fondo y las causas de estos sucesos que pusieron en vilo al país entero, tomando la base la antigua fábula del ratón del campo y del ratón de la ciudad. Obviamente, no se pueden reducir las causas de una guerrilla a las problemáticas relaciones entre las zonas rurales y urbanas de un país, pero en este caso, en gran medida fue así.

El pequeño ratón Achaku llega con su familia a la gran ciudad en busca de nuevas oportunidades, pero rápidamente se da cuenta que los ratones de la ciudad no reciben de buen gusto a los nuevos habitantes. Achaku y su amiga Puraka se convierten en testigos de la cruenta lucha por las bodegas y despensas de las casas de los humanos que se entabla entre el jefe de los ratones de la ciudad, el Gran Roedor, y el Grano Verde, como se llama el movimiento iniciado por los ratones migrantes del campo, comandado por Q’asa, la hermana mayor de Achaku.

“Los ratones del campo han sido expulsados de la ciudad”, explica Apu, un ratón anciano y sabio a Achaku, parafraseando al poeta Joseph v. Eichendorff (1788-1857). “Nadie se preocupa por ellos, deben tomar la comida por su cuenta. Qué vale más: ¿La comida o el derecho?” Así se iba desarrollando el cuento y a medida que las niñas y los niños del proyecto Tres Soles crecieron, convertí el texto poco a poco en la novela juvenil El Grano Verde, como actualmente se conoce. 

Por supuesto, también incluí las historias de vida de los chicos y chicas, la mayoría de los cuales tenían raíces rurales. El libro fue publicado por primera vez en 2004 por Los Amigos del Libro, y en Alemania al año siguiente por Edition AV, donde también fue recibido bien por la crítica. En 2024 fue publicado en su segunda edición en 2024, por el grupo editorial La Hoguera.

Stefan Gurtner, director de teatro, escritor y miembro de PEN Bolivia.



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