Se inauguró en Oruro el primer Museo de la Madre Tierra con el objetivo principal de preservar, mostrar y evitar que se olvide el legado de la cultura ancestral boliviana, específicamente la tradición de las "mesas" rituales o "q'owa".
Brújula Digital|15|09|25|
Dehymar Antezana
Mesas blancas, mesas para las almitas, mesas para la prosperidad, mesas para difuntos y mesas para la salud son algunas de las muestras que se exhiben en el museo denominado Madre Tierra, inaugurado recientemente en la ciudad de Oruro. Es el primero de su género en Bolivia.
La iniciativa nace de la señora Antonia Aguilar Romero de Morales, quien se planteó el desafío de mostrar las mesas rituales ancestrales de Bolivia, con el objetivo de que la memoria de la cultura ancestral no sea olvidada por los habitantes de este país.
“Por ese motivo hice el museo, para que no se olviden, para que nuestros estudiantes se interioricen en nuestras tradiciones, costumbres y rituales que hay en Oruro, porque Oruro, podríamos decir, es la cuna de este tipo de tradiciones, principalmente por nuestros centros mineros y la cultura Uru”, aseguró.
Con el Museo de la Madre Tierra se pretende explicar y recuperar la cultura milenaria ancestral, la ceremonia ritual que se hacía al momento de colocar una mesa, también conocida como “q’owa”, que se ofrenda a la Pachamama, denominada antiguamente “Virgina” o “Virgen”.
“No se tienen que olvidar nuestras tradiciones ancestrales; son como cincuenta clases de mesas que se tienen. Hay mesa para la Pachamama, para llamar el ánimo, mesa Gloria para el Señor, mesa de perdón, mesa de angelitos, mesa para el alma, mesa de limpia, mesa contra las maldiciones, mesa especería, que se hacía antes para que llueva y hoy en día casi nadie la practica”, manifestó.
También hay otros tipos de mesas, como la del Santísimo, que consiste en un Señor sosteniendo el mundo; mesa para difuntos, mesa para la salud, mesa para la mina, mesa para el transporte, entre otras, con el uso de elementos naturales que ya no se utilizan, como los maíces, símbolo de protección ancestral.
Nombre
El museo fue bautizado como “Madre Tierra”, porque es precisamente la tierra el sustento del planeta y de sus habitantes.
“Quiero que vengan los estudiantes de Antropología de las distintas universidades del país o los ciudadanos que quisieran aprender acerca de este tipo de rituales, para que la cultura ancestral permanezca viva”, subrayó.
Asimismo, señaló que está preparando un libro que incluirá el registro de cada una de estas mesas y cómo se acostumbra a ofrendarlas, en función de la época del año o de las circunstancias.
Aguilar tiene como desafío seguir aumentando, en el museo que está en su casa, cada una de las mesas que se acostumbra a ofrendar a la Pachamama, pero de los nueve departamentos de Bolivia. Por ello, hará una gira por el interior del país, comenzando por la ciudad de Tarija la siguiente semana.
De acuerdo con los estudios realizados en este campo, Aguilar explicó que el origen de este tipo de tradiciones data de tiempos remotos, desde la cultura Uru, con epicentro en el municipio de Huari, en el departamento de Oruro.
Añadió que hay una fotografía de 1917, cuando se ofrendó una mesa a la mina de San José en la ciudad de Oruro, donde se observa cómo se practicaba este ritual. Otro elemento a destacar es que, cuando se fundó el Club San José de Oruro, el 19 de marzo de 1942, a las siete de la mañana de ese día, se ofrendó una mesa en honor a la Pachamama para que el equipo de fútbol tuviera la energía de la tierra, aspecto olvidado en la actualidad.
El museo está ubicado en la ciudad de Oruro, en la calle Aroma “A”, casi pasaje Tejerina. El ingreso es gratuito.
“Yo amo a Oruro, no hice el museo para cobrar; quiero que Oruro y Bolivia conozcan su cultura ancestral. Las visitas son los fines de semana por las tardes, pero también me pueden avisar con anticipación para que los pueda recibir”, explicó.
Un detalle que aclaró es que mucha gente confunde las mesas con rituales de brujería; sin embargo, señaló que son para agradecer, en una señal de reciprocidad, a la Madre Tierra.
BD/RPU