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Sostenibilidad| 04/08/2021

Dime a quién le prestas y te diré quién eres

Dime a quién le prestas y te diré quién eres

Visión Sostenible |05|08|21|

Cada vez es mayor el número de empresas que consideran que el desarrollo de sus actividades involucra otros aspectos como la sostenibilidad, la responsabilidad social empresarial, el cuidado del medioambiente y en general nuevas causas que inciden en un nuevo sello de la identidad corporativa.

Desde hace varios años, en la banca se reflexiona sobre el rol que juega este sector en la aceleración o la lentitud de los cambios. “La reputación de la banca no depende de lo que haga por sí misma, sino de lo que hagan sus clientes. Es decir, los criterios para la asignación de préstamos, por ejemplo, reflejan cada vez más la preocupación porque tengan un destino en proyectos personales o empresariales que guarden relación con objetivos que sean consistentes con la filosofía y principios del banco. Es como decir: dime a quién le prestas y te diré quién eres”, advierte el líder de RSE de uno de los principales grupos financieros de Bolivia.

En la tercera década del siglo XXI la idea del éxito en los negocios no reside exclusivamente en el recuento de las ganancias, sino en la relación existente entre desempeño económico y las demandas o aspiraciones de una sociedad que evoluciona en diferentes direcciones.

Y no todo es una cuestión de puertas para afuera, de mero maquillaje o apariencia social, sino de cambio cultural hacia dentro, para que la militancia sea transversal a todas las áreas de la empresa y forme parte del credo común de cada uno de los colaboradores.

El mínimo aporte es muy importante, porque la suma se hace más grande. “Nosotros utilizamos iluminación led en todas nuestras oficinas, instruimos el apagado de equipos, el reciclaje de papel y el ahorro de agua, como parte de una nueva cultura de responsabilidad de la empresa y de cada uno de sus colaboradores para disminuir el impacto ambiental de nuestras operaciones”, señala.

Las empresas ajustan la mira y lo hacen de la mano de los objetivos para el desarrollo sostenible (ODS) de la Organización de Naciones Unidas en educación, salud, reducción de la pobreza y medición de la huella de carbono, entre otros.

“Si no somos buenos vecinos de las comunidades donde operamos, si no aportamos con algo para dar un ejemplo práctico de sensibilidad y de conexión con los intereses de quienes nos rodean, entonces estamos dando una señal equivocada y eso tarde o temprano se refleja en otros aspectos que hacen a la dinámica del negocio”, reconoce el ejecutivo de una industria de referencia en Bolivia.

Las compañías pueden ser escuelas de nuevas conductas y hábitos, más responsables entre sus empleados, que luego se replican en los hogares. “Así como los niños llegan ahora de la escuela y exigen no desperdiciar el agua ni maltratar a los animales, también los funcionarios de las empresas pueden llevar esas y otras tareas a sus casas”, dice.

Los objetivos del milenio de la ONU son un buen norte, pero se necesita de mucha inversión. Según un reporte del Fondo Monetario Internacional, para llegar a las 17 metas propuestas por el organismo internacional en todo el mundo se necesitará que gobierno y privados inviertan más de 5 mil billones de dólares en la próxima década. Si todo va bien y de acuerdo con lo esperado, se cree que se podrían generar más de 380 millones de empleos a nivel global.

Los avances difieren de un país a otro, pero según la consultora PwC, el 72% de las empresas en el mundo ha asumido en menor o mayor medida su responsabilidad y se cree que durante los próximos años ese porcentaje puede ser mucho mayor, sobre todo después del inesperado cambio de paradigmas que supuso la crisis de la pandemia del Covid-19.

La competitividad de un negocio y la reputación corporativa dependen de nuevos factores y de más actores. “Es un baile para dos. La construcción de la reputación hoy es una cuestión que involucra a empresas y clientes. Eso es algo que se debe asimilar e interiorizar en todos los campos”, concluye el ejecutivo.