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Inclusión financiera| 04/08/2022

Conexión y educación, imprescindibles para la inclusión financiera

Conexión y educación, imprescindibles para la inclusión financiera

El lento avance de una verdadera inclusión financiera en el país, hace que mucha gente pierda varias horas al día realizando transacciones financieras.

Visión Sostenible |04|08|22|

Olivia Chávez (nombre ficticio), de 24 años, es oriunda del municipio de Macha, Norte Potosí. Ella nunca se separa de su celular. Lo aferra en la mano derecha mientras habla con sus amigas, hasta que se detiene y empieza a responder los mensajes que le llegan al WhatsApp. Entre esos mensajes está el de su hermano desde Cochabamba, quién pide que su mamá le transfiera de forma inmediata mil bolivianos para gastos que surgieron en sus estudios.

La joven pasa el comunicado a su madre y ambas se alistan para viajar a Uncía, municipio que tiene el servicio financiero más cercano, para realizar la transferencia. Tras un viaje de dos horas, las mujeres llegan al banco para ser atendidas; y luego de una hora de fila, la mamá por fin es recibida por un cajero, quien la ayuda a realizar el depósito a la cuenta de su hijo. Terminado este afán ambas abordan un bus para el viaje de dos horas de retorno a su pueblo.

Ambas mujeres perdieron cinco horas del día solamente para realizar una transacción. Esta situación es aún común en algunas regiones de Bolivia y se debe a dos factores prioritarios: la lejanía del sistema y el lento avance de una verdadera inclusión financiera en el país.

En el caso de Olivia el primer problema es la distancia, un asunto que el sistema financiero ha tratado de atender en los últimos años, buscando formas de acercarse a la gente con nuevas herramientas que cubran las necesidades del área rural. Un ejemplo es Agente BCP, iniciativa del Banco de Crédito BCP, que habilita la atención de servicios financieros básicos como transferencias, depósitos y pagos de servicios, en comerciales y tiendas de barrio. Otro son las agencias móviles de BancoSol, vehículos que cubren las zonas urbanas, periurbanas y rurales del país, para que la gente realice sus transacciones bancarias.

Las entidades ampliaron sus oficinas en los municipios de Bolivia. Según datos de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), a febrero de 2022, los 15 bancos que hay en Bolivia cuentan con 1.115 agencias fijas, 11 agencias móviles, 3.428 cajeros automáticos, 346 oficinas externas, cinco oficinas feriales, 102 sucursales, 166 ventanillas de cobranza, 14 puntos promocionales fijos, 2.185 puntos corresponsales financieros, 1.541 puntos no financieros, que suman un total de 8.928 puntos de atención.

La Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) destaca que estos datos demuestran que el 81% de los municipios cuentan con cobertura de servicios financieros; es decir, hasta junio de 2022, son 277 los distritos cubiertos.

Pero no es suficiente generar estos espacios, también se demanda un avance en el uso de servicios por internet, como las billeteras móviles y las plataformas de banca móvil de los bancos, tanto en mejora de la conexión como en el aprendizaje para el debido uso. Según los datos provistos por We Are Social del 2022, agencia que cada año realiza un estudio sobre los avances de las conexiones móviles y de las redes sociales, hasta este año existen en Bolivia 13,35 millones de conexiones móviles, de las cuales el 70,8% están en el área urbana.

Y esto da paso al segundo problema que enfrentó Olivia: la falta de educación financiera. Si la joven hubiera aprendido a utilizar alguna aplicación móvil, ya no viajaría a Uncia a realizar el depósito.

El estudio Inclusión Financiera y Digitalización, lanzado este año por el Holding Financiero Credicorp y elaborado por Ipsos, indica que el 67% de los usuarios bolivianos todavía no usan plataformas digitales para realizar transacciones.

Según Asoban, esto se debe a que la gente prefiere aún utilizar efectivo. Por ello, no solo es tarea de los bancos, sino también del Estado, resolver estos problemas que enfrentan los usuarios del país.

Brindar mayor educación y convencer a las personas del área rural sobre las ventajas del uso de la tecnología en sus operaciones financieras, además de construir herramientas digitales amigables, estables e intuitivas para evitar fricciones y confusiones entre los usuarios y la tecnología, es tarea de públicos y privados. De esta forma, los países construyen la inclusión financiera, un elemento facilitador clave para reducir la pobreza y promover la prosperidad en regiones vulnerables.