Tiquipaya sufre por segunda vez una mazamorra que afecta a varias viviendas

Brújula Digital|22|02|20|

A dos años del aluvión, anoche dos de los seis distritos del municipio de Tiquipaya, Cochabamba, fueron golpeados, otra vez, por el desborde del río Taquiña, cuando una gran cantidad de mazamorra bajó hacia la av. Ecológica.

Luego de la alerta de petardos y sirenas, los vecinos abandonaron sus viviendas en cuestión de minutos. El temor de los afectados comenzó a convertirse en rabia, angustia y preocupación al ver que la mazamorra se acumulaba en los puentes Taquiña.

Cuando los puentes quedaron convertidos en diques, el turbión se desvío hacia las calles destrozando todo lo que encontraba a su paso. Muchos vecinos, con niños y ancianos, quedaron atrapados en sus casas y se refugiaron en el segundo piso y hasta techos.

La ayuda llegó con demora debido a la falta de un plan de evacuación inmediata y protocolos concretos para enfrentar la situación que retrasaron el trabajo de las instituciones.

El comandante de la policía departamental, Franz Sellis, informó que se desplazó 250 uniformados para controlar el ingreso de personas y vehículos tres cuadras a la redonda del desastre.

Al lugar también llegaron la gobernadora, Esther Soria, el alcalde de Cochabamba, José María Leyes, y la alcaldesa de Vinto, Patricia Arce, con más de una veintena de palas cargadoras, excavadoras y volquetas para coadyuvar en tareas de limpieza que realizaba la Alcaldía de Tiquipaya.

Los vecinos reclamaron por el abandono de las autoridades municipales, departamentales y nacionales, porque luego del aluvión de febrero de 2018 no mejoraron la cuenca Taquiña ni limpiaron todo el río.

Asimismo, el Concejo Municipal tampoco aprobó la ampliación de la franja de seguridad.

Por su parte, el alcalde de Tiquipaya, Juan Carlos Angulo, reconoció que el fenómeno rebasó al municipio y que ahora la zona sur, Linde y Chiquicollo, también está afectada por el desborde del río Taquiña.

En las próximas horas, se prevé que avancen con la evacuación y la limpieza del río ante el riesgo de más deslizamientos en Linkupata, en el Tunari, donde se ha detectado una fractura del talud.