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Sociedad | 04/04/2023

Reportaje / Una lesión, una enseñanza

Reportaje / Una lesión, una enseñanza

Brújula Digital |04|04|23|

Aislin Jarro. / Tomado de la revista Calle 2 de la UCB

“Si un hijo hace algo malo, no se le puede felicitar”, indica Sebastiana Jurado con el palo de escoba en la mano a una de sus dos hijas después de que le faltara el respeto. Enojada en frente de Claudia, de 20 años, inhala y exhala dos veces. Los nudillos de la ama de casa son prominentes a simple vista, pues aprieta con fuerza su herramienta de disciplina.

Los gritos de rabia de Jurado se escuchan entre las cuatro paredes blancas de su sala. A sus 58 años, castiga a su hija mayor con dos golpes en la espalda y le repite: “A la madre nunca se le levanta la voz y menos se la hace llorar”.

La madre de las jóvenes sale por unos segundos, pero vuelve con el quimsa charani (chicote de tres puntas, en aimara) en la mano derecha. Cuando llama a su hija Ariana, de 19 años, la hace disculparse con su hermana por haber sido egoísta. Antes le da dos latigazos en su brazo izquierdo. “Es por su bien”, les expresa con la voz a un volumen más alto que lo adecuado. Así, la ama de casa logra enseñarles que en la familia no debe haber antivalores y menos malos modales.

De acuerdo al artículo ¿Cuál es el estilo educativo de tu familia?, de Ana Roa, el modelo disciplinario tradicional más ejecutado es el autoritario, el cual mantiene una estructura piramidal en que los progenitores consideran su forma de ver las cosas como la única correcta.

De generación en generación, este modelo de enseñanza sigue en la mayoría de los hogares del área urbana de La Paz. Mientras la ama de casa mira su patio, recuerda cómo era su infancia. “Siempre teníamos que estar en el margen del respeto con los papás porque si no lo hacíamos, ya era una paliza para nosotros”, señala.

El artículo Razones por las que le pegas a tu hijo de Paula Acuña menciona que algunas progenitoras recurren a los métodos correctivos antiguos porque quieren demostrar autoridad, repiten el patrón que aprendieron, no controlan el estrés o la desesperación, sienten frustración y les faltan herramientas para educar.

“Ay, bien harto me reñía mi mamá”, asevera la pollerera Máxima Chuquimia, de 85 años. Ella dice que una vez desportilló una de las ollas de barro del fogón y su madre la reprochó.

Lizet Baptista, psicóloga y comunicadora social, expresa que las mamás aplican las mismas actitudes y acciones violentas físicas que asimilaron en su educación, debido a que padecen de heridas psicológicas y emocionales. “Cuando nosotros hemos agredido, hemos lastimado, ya sea de manera física o psicológica a nuestros niños, a nuestros hijos, ese trauma o ese episodio y momento en el cual han sufrido, se queda marcado”, comenta.

Jurado termina de hacer los quehaceres de la cocina y ordena a Claudia a barrer la sala. La hija realiza el deber sin objeción, pues teme más los sermones que su madre, de piel morena y estatura mediana, le da si no le hace caso. La ama de casa indica que no las disciplina con castigos físicos sin razón. Su anhelo es que ellas sean profesionales y lleguen a ser personas correctas.

Importancia

Según el artículo La importancia de enseñar a tu hijo a ser educado, de María Castro, una óptima disciplina le da bases al niño o a la niña para un correcto desarrollo social y le permitirá generar capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo al interactuar con otras personas.

Cuando Jurado cuenta su niñez, recuerda una experiencia que la dejó marcada. Relata que unas monedas apiladas en una fila pequeña encima de la mesa tentaron con desesperación a su hermana y ella para gastarlo en dos acuarelas que eran una sensación en aquella época. “Nos entró la gusanera de levantar”, agrega. Al regreso a casa, las consecuencias que las esperaban eran una enorme reprimenda y cuatro látigos. Señala que aprendieron que no deben alzar algo que no es ajeno por más que una aguja esté botada en el piso y a ser honestas en cualquier lugar.

Vladimir Richter, ingeniero de sistemas informático, comenta: “Uno nunca ha sido de la nada”, al acordarse de que su mamá acudía a un simple golpe para corregir un mal comportamiento que él formaba.

La autora Castro dice que los niños deben aprender a tener conciencia moral para estar preparados en la sociedad, además, tener en cuenta de los beneficios que los buenos modales, valores y el carácter les proporciona. 

La ama de casa Sebastiana Jurado asevera que un hijo debe saber defenderse para salir adelante, no dejar que lo humillen y poder lidiar con toda la sociedad que existe. Así que, ella comenta: “Hay que educar a los hijos desde pequeños para que ellos sean buenos hijos hasta mayores” y, aunque la diseñadora de modas Elizabeth Parra descarta la idea de educar con violencia, afirma que, si el niño o joven no comprende el sermón y la explicación, es necesario realizar un castigo físico leve.

“Si hay ciertas explicaciones, entonces vamos a tener buenos resultados y nuestros hijos serán atentos y cordiales”, expresa la maestra de nivel inicial Irma Chuquimia. Los niños copian todo ejemplo que perciben de los adultos, por tanto, es importante que cultiven buenos valores que los ayuden a tener éxito en su vida social. 

Resultados

“Nos jalaba de las patillas y como era…siempre decía que…con la mirada nos manejaba ella”, agrega la ama de casa. Durante la tarde de un viernes, Jurado riega sus plantas con agua mientras piensa en la vez que su madre metió a su hermana en una bañera calentada por el sol, ya que ensució su uniforme de colegio. En la sombra del lado derecho de su patio, ella se sienta y se saca sus chinelas azules para descansar un momento. Mira a un costado y señala que su mamá era rígida.

A lo largo de los años, los métodos de educación con violencia física eran ejecutados y atribuidos como procesos satisfactorios por algunos padres. No obstante, esta tendencia disciplinaria posee aspectos negativos.

Así la maestra de nivel inicial declara que un padre no debe exagerar al momento de formar, pues existe la ley que ampara a los niños. “Obviamente es necesario buscar estrategias para que tengan una buena educación suplantando los correctivos físicos”, asevera.

El artículo 61 de la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia (CPE), de la Asamblea Constituyente de Bolivia, indica que cualquier persona que maltrate física o psicológicamente a un niño o niña, adolescente, será sancionado, incluso, si son los propios familiares.

El abogado Roberto Sardón afirma que es importante equilibrarse en lo que es la aplicación de los métodos correctivos. La ejecución de violencia física tiene consecuencias legales que no permiten a algunas madres recurrir a este tipo de educación. Él comenta: “Una de las sanciones más aplicadas es la pena privativa de libertad”. Esta depende de las evaluaciones de las autoridades que inician un trámite y va directo a los juzgados.

Además, cuando una madre es denunciada en la Unidad de Violencia Intrafamiliar de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), se ordena al Instituto de Forense (IDF) que haga un estudio médico del niño que ha sido maltratado y emita un certificado en el cual se detalle cuál es su condición.

Una vez terminado, se saca una conclusión que establece los días de impedimento que tiene el niño maltratado, la fiscalía prosigue el caso y es sorteado en un juzgado hasta el momento en que se pueda dictaminar una sentencia.

Caminos

El artículo Educar en valores es preparar para la vida, de Diana Palacio, determina que los adultos deben conocer bien las etapas de crecimiento por las que su hijo o hija están y así sepan enseñar con discursos o crear un modelo de crianza que incluya rutinas tendientes a la formación de hábitos que le permitan su comprensión de los ejemplos.

Así es como la administradora de empresas Marcela Flores, quien nunca pegó a sus hijas, aplica en su educación. Considera que un camino recomendable para disciplinar a los niños es el diálogo, ejemplo y, en ocasiones, chantaje. “Es como que le repites y le repites y llega un momento que ya lo ha entendido y lo hace, así las cosas”, asevera.

Sin embargo, Jurado no concuerda con una de las estrategias que Flores toma en cuenta para usarlo con los hijos. Ella dice: “A mí no me parece bueno el chantaje porque todas las veces tendrías que estar ofreciendo algo para que él mejore” y añade que tiene que ver mucho la voluntad.

La ama de casa, tranquila en su sillón, pinta unos bosquejos que tenía como tarea. Los colores la llaman mucho la atención. Ella dice que ha escuchado otros métodos correctivos, pero, piensa que, a veces, no funcionan por más que se apliquen bien.

En el artículo Disciplina Positiva, publicada por Marisa Moya, una estrategia que se recomienda usar es aquella que permite educar desde la amabilidad y firmeza. La disciplina positiva toma conciencia de la influencia de los sentimientos durante el desarrollo de aprendizaje, pone de relevancia las fortalezas individuales y se centra en las soluciones en vez de los castigos.

El abogado afirma que se debe descartar el concepto de violencia de la cabeza para educar a los hijos, pero mucho depende de los padres y de los niños. Las sanciones no son ejecutadas de manera correcta, por lo que se requiere una reforma en la legislatura que convoque un acto jurídico condenatorio para quienes cometen maltrato. Él añade: “Es una de las únicas formas en las que, tal vez, las personas puedan frenarse un poco en cuanto a sus arranques de histeria, de ansiedad y de desquitarse con los pequeños”.

El frío que caracteriza a La Paz hace que Jurado se tape con una manta, se dirija al cuarto de Claudia y se eche en su cama junto a sus dos hijas. Las arrugas de los ojos de la ama de casa aparecen cuando sonríe ante un chiste que Ariana le cuenta. Aunque, tiene en claro las consecuencias legales que hay por pegar a un niño, asegura que las enseñanzas que les imparte, les dará buenos resultados cuando salgan a conocer el mundo. “No sé la verdad si está bien o no está mal, pero siempre como se dice: ‘En un lado la miel, en el otro lado la hiel’”, afirma. 

Aislin Jarro es estudiante de comunicación social de la UCB



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