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Sociedad | 03/07/2020

En Cochabamba habilitan entierros en suelo y nichos; funerarias ven que la solución es paliativa

En Cochabamba habilitan entierros en suelo y nichos; funerarias ven que la solución es paliativa

Cementerio de Cochabamba.

Brújula Digital |03|07|20|

Con el fin de enfrentar el colapso del horno crematorio de la ciudad de Cochabamba, que tenía en espera a unos 40 cadáveres, autoridades de esa urbe habilitaron para personas que fallecieron con COVID-19 los entierros en fosas y en nichos en el mismo cementerio. Las funerarias advierten que sólo es una solución paliativa debido al aumento de casos.

Con esa decisión, los 40 cuerpos que estaban en espera de ser cremados podrán ser enterrados o colocados en nichos, pero el problema volverá a surgir, dijeron administradores de funerarias, porque el número de fallecidos por la enfermedad volverá a colapsar el horno crematorio.

Está previsto que un segundo horno en esa ciudad pueda ser habilitado, pero todavía los trabajos para ello son muy iniciales.

El jueves se denunció que cerca de 40 familias se vieron obligadas a convivir con cadáveres en sus domicilios debido a que la capacidad del horno crematorio fue rebasada, por lo que debían esperar al menos nueve días para el servicio.

Lo que sucede es que para enterrar a cualquier fallecido se necesita una prueba de COVID-19, que demora 15 días en ser otorgada. Por eso las familias de los deudos prefieren la cremación, para no esperar tantos días, debido a que esa opción no requiere el resultado del test. Ello hizo que el horno colapsara.

José María Leyes, alcalde cochabambino, informó que desde el jueves se habilitaron las dos nuevas modalidades de entierro para víctimas de la pandemia, en apego al protocolo que fue aprobado por el Ministerio de Salud.

“Se les explicó a los familiares (…) que no pueden pretender utilizar sólo la cremación como un medio de disposición final de cuerpos, como Cementerio General se ha habilitado estas otras dos modalidades, el entierro en suelo y en nichos”, dijo a radio Panamericana.

Sin embargo, Juan Carlos Orellana, presidente de la Asociación de Funerarias de Cochabamba, señaló a Brújula Digital que esa solución que se dio desde el gobierno municipal cochabambino es “paliativa y momentánea”, ya que el número de víctimas de la pandemia crece a medida que pasa los días y el único horno crematorio que hay en esa urbe no abastece.

Ni siquiera haber aumentado de dos cuerpos por día de cremación, a cuatro, ayuda a facilitar el trabajo.

Orellana detalló que la tardanza de los entierros se genera cuando, a causa del coronavirus, cualquier muerte es sospechosa de tener como causa esa enfermedad, por lo que las familias deben esperar al menos 15 días para obtener los resultados del análisis que se hace a los cadáveres. Los familiares de las víctimas, para no esperar ese tiempo, optan por demandar la cremación de los cuerpos sin vida de sus seres queridos, añadió.

Leyes, al referirse a la cremación de los cadáveres, anunció que se prevé para mediados de este mes el funcionamiento del segundo horno crematorio. Orellana puso en duda el funcionamiento de ese nuevo horno debido a que, dijo, no se instaló “ni un ladrillo” para la infraestructura donde se lo instalará.

Brújula Digital intentó entrevistar al director del Servicio Departamental de Salud de Cochabamba, Yercin Mamani, para conocer los protocolos en estos, pero esta autoridad no contestó su teléfono.

BD/JJC



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