Dramático testimonio de persona con cáncer tras el cierre del oncológico de La Paz

Brújula Digital |13|7|20|

El hospital oncológico que le pertenece a la Caja Nacional de Salud en La Paz ha cerrado sus puertas debido a contagios del personal debido a la expansión del coronavirus, dejando a cientos de pacientes con cáncer en el limbo.

Ya es suficientemente serio y descorazonador tener cáncer como para que, debido a la emergencia sanitaria, los pacientes queden librados a su suerte sin recibir el tratamiento correspondiente.

La CNS administra un hospital en la zona de Mallasilla de La Paz para los pacientes oncológicos, pero éste cerró hace dos semanas porque parte del personal se contagió con coronavirus. No se sabe con exactitud cuándo volverá a abrirse, dijo Cristina Bazán en su testimonio.

“Hace dos semanas el hospital Oncológico de la Caja Nacional de Salud de La Paz cerraba intempestivamente sus puertas, despachaba a los pacientes sin una explicación completa y nos dejaba en el limbo. Situación que muy poco ha cambiado en este tiempo. Es más, en esta crisis es cuando las personas sacan a la luz su verdadera esencia y, cuando preocupada hacia preguntas a una de las trabajadoras del Oncológico, lo más claro que pude recoger de tres minutos de reunión es que la situación continuará así dos semanas más”, expresó Bazán.

Agregó: “Tres o cuatro semanas sin atención podría ser la diferencia entre la vida y la muerte de muchas personas enfermas de cáncer”

“Voy a exigir que si la Caja no está capacitada para darme el tratamiento de quimioterapia dé ese servicio en otro proveedor. Porque las células de cáncer no hacen cuarentena y el COVID-19 no sabe de diferencias”, dijo.

Expresó que el personal de la Caja hace gala de su desprecio y falta de empatía con los enfermos.

Añadió: “Yo quiero recordar algo importante, la Caja Nacional no nos hace un favor cuando nos atiende. Todo lo que nos dan ha sido pagado por adelantado, incluidos los sueldos de los profesionales que en ese lugar trabajan. Quiero sanar, la Caja no tiene derecho a dejarnos en el limbo, hasta sabe Dios cuándo y nos debe una explicación de saber a ciencia cierta cuándo volveremos a recibir tratamiento efectivo y trato justo y considerado”.

Bazán denunció que el número de teléfono proveído por la Caja para recibir información de cuándo se repondrán las quimioterapias está deshabilitado.

“Consulté si había forma de hacer el tratamiento en otras condiciones, contratando yo una enfermera que supervise en mi casa la quimioterapia. La persona de la Caja no se tomó ni un segundo para considerar la posibilidad y directamente me aplastó negando tajantemente esta posibilidad”, relató.

Bazán dijo también que “ya desalentada de lo estéril de la reunión con una persona del hospital le pregunté si había la posibilidad de hablar con el director y, sorpresa, ella no tenía ni la más pálida idea de donde estaba ese señor, si algún rato pasaría por el hospital y menos si algún día tendría la oportunidad de hablar con él”.