5_Brújula_Digital_1000x115px_avanzamujer ok
5_Brújula_Digital_1000x115px_avanzamujer ok
Sociedad | 14/04/2021

Derrota del MAS en las subnacionales: perdió el control territorial del país y enfrenta una disgregación interna

Derrota del MAS en las subnacionales: perdió el control territorial del país y enfrenta una disgregación interna

Mujer que marcha por la democracia en Bolivia, Foto: Cabildeo Digital

Zulema Alanes / Cabildeo Digital |14|04|21|

Con los resultados de la segunda vuelta para las gobernaciones de La Paz, Chuquisaca, Tarija y Pando, el Movimiento Al Socialismo (MAS) perdió el control territorial del país y se enfrenta a una segunda oleada de disgregación interna, según el balance de dos analistas que apuntaron a Evo Morales como el “estratega de la derrota”.

En declaraciones a Cabildeo Digital, la socióloga María Teresa Zegada y el analista Roger Cortez, coincidieron que las elecciones subnacionales han reflotado tensiones y fisuras al interior del MAS que ya se habían puesto de manifiesto en los últimos años de gobierno del ciclo Evo Morales.

“Está claro que el MAS es el mayor enemigo del MAS”, aseguró Cortez porque en su percepción “fue desde su propio interior que se gestó su derrota electoral”.

A poco de cerrarse el cómputo oficial de la segunda vuelta, el balance muestra que el MAS se quedó solo con tres gobernaciones de nueve y dos alcaldías de 10 en las ciudades capitales además de El Alto. 

Según Zegada, “el 2015 logró seis gobernaciones, y ese no es un dato menor, pero además la votación que logró el MAS en el pasado era más elevada de la que obtuvo en esta elección, excepto en Cochabamba.  Asimismo, si bien ha ganado en 240 de los 339 municipios, sumados todos no representan la población de una ciudad capital, la mayoría de esos municipios tienen 2.000 habitantes o menos, los más grandes llegan a 10.000 habitantes”. 

En efecto, del total de ciudades capitales más El Alto, el MAS sólo ganó dos: Sucre por 301 votos, gracias a la división de la oposición, y Oruro, con algo más de 2.000 votos de ventaja que logró el sobrino de Evo Morales sobre su inmediato contendor.  Las ocho alcaldías que ganó la oposición, La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz concentran la mayoría de la población del país.

“Algo está sucediendo dentro del MAS”, subrayó Zegada y aseguró que el resultado de las subnacionales “constituye un serio retroceso en términos del control territorial que había logrado con seis gobernaciones el 2015”.

Gracias a Nuestra Señora de La Paz y Sucre

En la derrota electoral del MAS, adquiere relevancia el triunfo Damián Condori, en Chuquisaca, con un 57,3% y de Santos Quispe en La Paz con 55,3 %, porque ambos le quitan al MAS la hegemonía del movimiento campesino. 

En La Paz, la victoria de Santos Quispe, fue posible gracias al apoyo de la clase media de Nuestra Señora de La Paz, donde obtuvo el 62% de los votos contra el 37% del MAS. Victoria forjada, en buena media, por la estrategia de la confrontación y la beligerancia del jefe de campaña masista. Y lo propio ocurrió en Chuquisaca donde el voto de Sucre le dio la victoria a Damián Condori.

Provincias paceñas

Al 92,27% del cómputo oficial en provincias, el MAS lleva ventaja en la mayoría de las provincias con poca población como José Manuel Pando, Bautista Saavedra, Franz Tamayo y Gualberto Villarroel, pero también consolida sus triunfos en las provincias Gualberto Villarroel, Caranavi, Ingavi, Inquisivi, Larecaja, Loayza, Los Andes, Manco Kapac y Pacajes. Pero ya no es un triunfo arrollador como antes, ganó, pero por poco, con Jallalla pisándole los talones. 

Sufre una derrota contundente en la provincia Omasuyos, donde apenas logra el 24,8% frente al 75,2% de Jallalla, la agrupación de Santos Quispe.  Más allá de las cifras, esta derrota tiene gran relevancia porque Achacachi, la capital de Omasuyos, es un centro político simbólico que inspira a los Ponchos Rojos, y que tiene la memoria larga de las insurgencias aymaras y, más recientemente, de las movilizaciones campesinas del 2000 y de octubre 2003. 

El MAS también es derrotado en las provincias Abel Iturralde, Camacho, Muñecas, Nor Yungas y Sud Yungas.  Pero es en la provincia Murillo donde sufre la derrota que desequilibra la correlación de fuerzas y Nuestra Señora de La Paz, la capital, junto a la ciudad de El Alto donde obtuvo el 55,3 %, consolidan el triunfo de Jallalla en el Departamento de La Paz con el 57,74%.

Una estrategia fallida y una crisis de larga data

En opinión de Roger Cortez, los resultados de las subnacionales “reinician un proceso de desagregación interna del MAS que había empezado a manifestarse en los dos últimos años de gobierno de Evo Morales y, más aceleradamente, en el último semestre de 2019”.

Según el analista, dicho proceso de desagregación “se funda en la incapacidad de Evo Morales por entender a su propia formación política y por subestimarla.  Alguna vez dijo que el MAS no existía, esa ha sido su convicción intima, y ha actuado en consecuencia cuando optó por el continuismo secante”. 

Dijo que fueron los desaciertos del gobierno de transición de Jeanine Añez y específicamente de sus ministros de Gobierno, Defensa y Economía “los que inyectaron en el MAS un sentimiento de cohesión interna que, sumado a una impronta aymara, permitieron el triunfo de Luis Arce en las elecciones nacionales de octubre 2020”.

En criterio de María Teresa Zegada, “las candidaturas que han derrotado al MAS, provienen del origen o de la matriz ideológica del MAS –Richter, Condori y el propio Quispe–  lo que quiere decir que las alternativas políticas al MAS no han emergido de la derecha, sino de la pulsión de las bases del MAS para encontrar una forma de representación propia”.

Apuntó a Evo Morales como el responsable de “una estrategia fallida, que no se ha limitado a la beligerancia y la confrontación durante la campaña, sino también a la línea vertical de la jefatura política y de campaña que ha impuesto por dedazo candidaturas que no tenían ni el respaldo partidario ni las posibilidades de reproducir a nivel local y regional el triunfo electoral logrado a nivel nacional”.

Según Zegada, tanto el resultado de las subnacionales como las tensiones internas que ya se manifiestan en el MAS, “si bien son malas noticias para el partido de Evo Morales, son buenas noticias la democracia boliviana, porque han dado como resultado un proceso de representación autónoma y con contenido propio, que la dirección del MAS ya no representa”.

La derrota del MAS es la derrota de Evo

La derrota del MAS en las elecciones subnacionales es la derrota de Evo Morales, afirmó María Teresa Zegada, que “luego de su fracasado proyecto prorroguista, además de la dirección de su partido asumió la jefatura de campaña, en la medida que ha sido el factor responsable del proceso de las subnacionales, ha designado a los candidatos, ha recorrido todo el territorio nacional, ha dado discursos, y en persona ha lanzado amenazas”.

Roger Cortez coincidió que como jefe político y de campaña, “la acción política de Evo Morales se ha regido por sus antipatías y afectos, y esa es la limitación mayor que tiene como dirigente político y, en las condiciones actuales, los defectos de su personalidad se agigantan y nublan su capacidad de actor estratégico.  En definitiva, han sido las causantes fundamentales de las derrotas del MAS en las gobernaciones y en ocho de las 10 ciudades capitales del país”.

Evo ha admitido la derrota, pero no ha demostrado capacidad de autocrítica, al contrario, para tratar de neutralizar el impacto de los resultados electorales en la segunda vuelta, ha centrado su análisis en las recientes elecciones de Ecuador y Perú.

Ha lamentado la derrota en Ecuador, pero saludó la ventaja que obtuvo en primera vuelta el candidato de izquierda a la presidencia del Perú, Pedro Castillo.   

“Lamento mucho decir, ayer a nivel internacional nos ha ido mal, hemos perdido en Ecuador, pero ganamos en Perú para la primera vuelta: un profesor, Pedro Castillo, con nuestra propuesta, yo hablé una vez por teléfono, candidato a la presidencia, compañeras, compañeros, ganó con 16%”, dijo Morales en un acto de la Federación Centrales Unidas.

Tergiversó la verdad, su verdad, ocultó que el 11 de marzo respaldó la candidatura de Verónika Mendoza a la presidencia del Perú, la candidata que no alcanzó el 8% de la preferencia electoral.



FIE-BANNER--BRUJULA-DIGITAL-1000X155-PX_1
FIE-BANNER--BRUJULA-DIGITAL-1000X155-PX_1


GIF 2 vision-sostenible-gif-ok
GIF 2 vision-sostenible-gif-ok

Deportes

bk-cuadrado
bk-cuadrado