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Sociedad | 15/07/2020

Colapsa el único cementerio de El Alto, unas 90 familias tienen cadáveres en sus casas

Colapsa el único cementerio de El Alto, unas 90 familias tienen cadáveres en sus casas

Cementerio en El Alto. Foto: Página Siete

Brújula Digital |15|07|20

La ciudad de El Alto se vio afectada por el cierre del Cementerio General de La Paz para cadáveres provenientes de esa ciudad. Los 30 entierros por día que se llevan a cabo en el cementerio alteño Mercedario no cubren la demanda de las familias que perdieron a sus seres queridos, ya sea por coronavirus (COVID.19) o por otras causas, por lo que al menos 90 familias se vieron obligadas a mantener los cuerpos en sus casas, a la espera de su turno, ya que las inhumaciones en ese único campo santo alteño están llenas hasta el sábado.

“La situación de las funerarias en El Alto es dramática”, declaró a Brújula Digital Nátaly Huanca, propietaria de la funeraria Abaroa, quien no ocultó su angustia por las penurias que empezaron a vivir las familias que perdieron a sus seres queridos en estos días y con las que tiene que lidiar. “La gente viene llorando, está desesperada y no sabe qué hacer”, dijo.

Huanca indicó que las funerarias alteñas empezaron a tropezar con este problema desde que empezó la pandemia, situación que se fue complicando poco a poco, a medida que los enfermos por COVID-19 aumentaban. “En un principio la asociación de funerarias hemos solicitado que en el Cementerio General de La Paz nos permitan la cremación de cadáveres a El Alto y a La Paz, pero la pasada semana lastimosamente nos han cerrado las puertas a El Alto, pese a que pagamos más”, lamentó.

Si bien los cupos en el cementerio están llenos hasta el sábado, qué pasarán con las personas que lleguen a fallecer desde este miércoles hasta el sábado, se preguntó Huanca. Calculó que en un promedio diario, cada funeraria tiene un requerimiento de 10 familias dolientes, cuando en El Alto hay unas 40 empresas de este rubro.

La entrevistada señaló que las funerarias se ven atadas de manos porque no pueden hacer nada para dar soluciones a las personas que acuden a solicitar sus servicios, a más de esperar el cupo en el cementerio Mercedario. “No podemos decirles ustedes entierren en sus patios, tendríamos que ser más humanos, todos tenemos derecho a tener un buen entierro porque es el último adiós que se les da a las personas, debemos ser más conscientes y humanos”.

Actualmente, lo que se hace con los cadáveres en El Alto, sea por coronavirus o muerte natural, es introducir los cuerpos en bolsas herméticas, con el personal habilitado para este fin, siguiendo los protocolos de bioseguridad que se exigen. Luego los cadáveres deben permanecer en sus domicilios a la espera del cupo en el cementerio, explicó Huanca, quien dijo que ya no se permiten los velorios en los salones habilitados para ese fin.

No hay ataúdes

La alta demanda de entierros que hay en El Alto hizo que los ataúdes económicos se acaben, según Huanca, debido a que las familias carecen de dinero a raíz de la pandemia y la crisis que se desató por la falta de actividad económica por la cuarentena.

El cementerio privado Prados de Ventilla da cabida a cadáveres que presuntamente fallecieron por COVID-19, pero por el momento exige el pago de 2.100 dólares, que es el monto más económico de un nicho a la venta, agregó Huanca. Ese monto elevado hace que muchas familias no lleven a sus seres queridos a ese campo santo, sostuvo.

Un empleado de una funeraria, entrevistado el martes por la red Unitel, solicitó a las autoridades ediles habilitar un área especial para los entierros de difuntos a causa del COVID-19, ya que él y sus colegas de otras cinco empresas esperaban en el Hospital del Norte de El Alto cadáveres que fallecieron por esa enfermedad y no sabían dónde sepultarlos.

BD/JJC

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