Este sábado 8 de noviembre, el Cementerio General de La Paz volverá a llenarse de flores, música y devoción con la tradicional fiesta de las “ñatitas”, una de las celebraciones más simbólicas de la ciudad, donde centenares de fieles llevan sus calaveras humanas para ser bendecidas y pedir favores.
Brújula Digital|07|11|25|
Este sábado 8 de noviembre, el Cementerio General de La Paz volverá a llenarse de flores, música y devoción con la tradicional fiesta de las “ñatitas”, una de las celebraciones más simbólicas de la ciudad, donde centenares de fieles llevan sus calaveras humanas para ser bendecidas y pedir favores.
La festividad comenzó este viernes con el desentierro de las “ñatitas” que permanecían guardadas en el camposanto. Los devotos las colocaron en altares adornados con velas y coronas de flores, preparando así el escenario para el gran día en que serán homenajeadas por cientos de creyentes.
Cada “ñatita” tiene su historia, su nombre y una conexión especial con quienes las veneran. Una de las fieles asistentes relató: “Mi esposo enfermó y no reaccionaba, a punto de morir. Pedí con fe y se levantó, nos acompañó un año más antes de partir. Desde entonces vengo cada año”.
Otra devota contó que asiste desde hace siete años con la misma esperanza. “Hay que venir con bastante fe, sin mirar nada, solo creer. Todo lo que pedí se cumplió. Pero no hay que pedir cosas malas, porque ellos ayudan, no dañan”.
Las “ñatitas”, llamadas así porque no tienen nariz, son consideradas por sus cuidadores como protectoras y consejeras espirituales. Durante este sábado, los visitantes llegarán con ofrendas de hojas de coca, velas, cigarrillos, flores e incluso bebidas o música para rendirles tributo.
El culto a las “ñatitas” se celebra una semana después de Todos Santos y se cree que tiene raíces precolombinas. En los alrededores del cementerio, los comerciantes ofrecerán coronas de flores, velas y otros elementos tradicionales que acompañan este rito de sincretismo religioso y fe popular.
Este sábado, las puertas del Cementerio General se abrirán desde temprano para recibir a los creyentes que, con urnas de cristal, cajas de madera o simples mantos, llevarán a sus “ñatitas” para agradecer los favores recibidos y pedir nuevos milagros en una jornada donde la muerte y la vida se entrelazan bajo la devoción de los paceños.
BD/LE