Mineros cooperativistas reincidieron en la destrucción del bosque dentro del Parque Nacional Cotapata, en Chuspipata, donde abrieron una bocamina e instalan estructuras para extraer oro ilegalmente. El SERNAP informó que existe un proceso penal para frenar esta actividad sin autorización.
Brújula Digital|21|10|25|
Mineros cooperativistas volvieron a destruir cobertura boscosa dentro del Parque Nacional Cotapata. En una pendiente de montaña los mineros deforestaron bosques primarios, abrieron una bocamina, instalaron carpas, construyeron estructuras de cemento y conectaron un generador eléctrico para realizar una operación ilegal de explotación de oro no aluvial.
El director del Parque Nacional Cotapata, Jorge Blanco, informó que la actividad minera fue identificada a unos 300 metros de la carretera principal Cotapata–Santa Bárbara, descendiendo por la ladera de una montaña en la zona de Chuspipata, ubicada a unos 45 kilómetros de la ciudad de La Paz, dentro del área protegida. El año pasado, en ese mismo punto, se había paralizado la apertura de un camino, pero ahora los mismos cooperativistas reinciden e incluso instalaron postes con cables y poleas que funcionan con un generador eléctrico.
Según Blanco, guardaparques y funcionarios estatales observaron desde una distancia prudente que unas 30 personas trabajan en la extracción de oro en tres turnos, durante las 24 horas del día. En el lugar se levantaron estructuras de cemento, se trasladó material de construcción y se montaron varias carpas. Desde lejos se escucha el ruido de las compresoras, mientras más abajo fluye casi en silencio el río Unduavi.
Los mineros foráneos están agrupados en la cooperativa “Flor Nueva Esperanza”, que explota oro con el apoyo de habitantes de la comunidad de Chuspipata, antiguo punto de descanso en la ruta a los Yungas, conocida como el “camino de la muerte”.
El Parque Nacional Cotapata fue creado por el Decreto Supremo 23547 del 9 de julio de 1993. Está ubicado al noroeste del departamento de La Paz, en las provincias Nor Yungas y Murillo, y es considerado un importante reservorio genético con especies endémicas y de alto valor para la conservación, como el oso andino, el cóndor, el puma y el tunqui. Es una región esencial para la protección de ecosistemas prístinos, especies amenazadas y para el desarrollo sostenible.
Intereses económicos y violencia
Un guardaparque –que prefirió mantener su nombre en reserva– relató que hace unos cuatro meses se produjeron conflictos entre pobladores locales y mineros, que derivaron en hechos de violencia e incluso en el uso de explosivos como dinamita.
Según su testimonio, los mineros se reagruparon con seudodirigentes de la comunidad de Chuspipata, que antes era solo un punto de descanso para vehículos, y ahora se organizan para vigilar y agredir al personal del cuerpo de protección del parque.
“Existen intereses económicos bien definidos entre los mineros y los que se hacen pasar por dirigentes. Los demás guardaparques saben que la zona de Chuspipata se ha vuelto peligrosa, al igual que Yerbani, donde también se está extendiendo la minería aurífera ilegal”, añadió.
El Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP) informó que existe un proceso penal en curso, y se espera que esta acción judicial ayude a frenar la actividad minera, que es totalmente ilegal, ya que no cuenta con autorización de la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera (AJAM) ni del propio SERNAP.
Al interior del parque, mineros cooperativistas reincidieron en la destrucción de la cobertura boscosa en la pendiente de una montaña donde deforestaron bosques primarios, abrieron una bocamina, instalaron carpas, construyeron estructuras de cemento y conectaron un generador eléctrico para una operación minera ilegal que explota oro no aluvial.
El director del parque, Jorge Blanco informó que se ha identificado actividad minera ilegal distante a unos 300 metros de la carretera principal Cotapata-Santa Bárbara descendiendo por la ladera de una montaña en la zona de Chuspipata (a unos 45 kilómetros de la ciudad de La Paz) al interior del área protegida, y donde el año pasado se paralizó la apertura de un camino, ahora los mismos cooperativistas reinciden, además instalaron postes con cables y poleas que funcionan con un generador eléctrico.
Dijo que los guardaparques y otros funcionarios estatales registraron desde una distancia prudente que existe la participación de, aproximadamente, una treintena de personas que extraen oro de una bocamina en tres turnos, durante las 24 horas del día.
En el lugar construyeron estructuras de cemento, trasladaron material de construcción y enchufaron un generador eléctrico, además se instalaron en varias carpas. Desde la lejanía es posible escuchar el ruido de compresoras, mientras más abajo transcurre el cauce del río Unduavi casi acallado.
Son personas forasteras y agrupadas en la cooperativa “Flor Nueva Esperanza” que explotan oro de la bocamina con el apoyo de habitantes del lugar que se asentaron en la comunidad de Chuspipata, un lugar que fue descanso en la ruta antigua a los Yungas o “camino de la muerte”.
El Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Cotapata fue creado por el Decreto Supremo 23547 del nueve de julio de 1993, se encuentra al noroeste del departamento de La Paz en las provincias Nor Yungas y Murillo, es considerado un importante reservorio genético con especies endémicas y de alto valor para la conservación como el oso andino, cóndor, puma, tunqui, entre otras, la región es esencial para la conservación de ecosistemas prístinos, la protección de especies amenazadas y el desarrollo sostenible.
Intereses económicos
Un guardaparque, que prefirió no ser identificado, detalló que “hace unos cuatro meses entre pobladores locales y mineros se produjeron conflictos que generaron hechos de violencia e incluso con el uso de material explosivo como dinamita”.
Detalló que actualmente se reagruparon “y junto con pseudodirigentes” de la comunidad Chuspipata, que antes funcionaba sólo como un punto de descanso, para las movilidades que ingresaban y salían de los Yungas, se organizan para vigilar y agredir a los miembros del cuerpo de protección.
“Existen intereses económicos bien definidos entre los mineros y los que se hacen pasar por dirigentes. Los demás guardaparques del área protegida saben que la zona de Chuspipata se ha vuelto peligrosa, al igual que Yerbani donde se está extendiendo la minería aurífera ilegal”, añadió.
Según el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP) se tiene un proceso penal en el lugar, por lo que se espera que esta acción judicial pueda contribuir a detener esta actividad minera, que de hecho es ilegal, porque no existe autorización alguna de la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera (AJAM) ni del propio SERNAP.
BD/RED