Tres ejemplares del gato andino fueron fotografiados por cámaras trampa que se instalaron en sitios elevados rocosos y distantes de las Markas Apachet
Brújula Digital|17|09|25
Tres ejemplares del gato andino fueron fotografiados por cámaras trampa que se instalaron en sitios elevados rocosos y distantes de las Markas Apacheta, Cañuhuma y Suni Alpaqueros del Área Natural de Manejo Integrado Nacional (AMNIN) Apolobamba y los habitantes del lugar creen que el avistamiento del felino esquivo es señal de un buen augurio para la región altoandina.
El director del Área Natural de Manejo Integrado Nacional Apolobamba, Bernabé Muni enfatizó que es de mucha importancia el registro fotográfico que consiguió el equipo de la fundación Teko Kavi y que la instalación de las cámaras trampa ha dado resultados satisfactorios.
Respecto a la creencia que tienen los comunarios de que el registro del felino es de un buen augurio, Muni explicó que los pueblos indígenas tienen costumbres y pueden predecir si va haber heladas o no, al igual que las lluvias, “ellos consideran que el felino trae buena suerte”.
Sin embargo, el Director del área protegida, reconoció que en Apolobamba existen operaciones mineras auríferas y que no todas son legales.
La especie con un pelaje gris ceniza con manchas marrones y amarillentas, tiene un peso de entre siete a ocho kilogramos y una altura de unos 40 centímetros, sobresale su cilíndrica cola que es más larga que su cuerpo con anillos anchos de color café oscuro a negro.
Conservación de la especie
El director de la fundación Teko Kavi, Jaime Ayra informó que el registro con las cámaras de foto trampeo de ejemplares juveniles del gato andino (Leopardus jacobita), permite afirmar que se tiene la presencia de la especie en el área protegida y que es parte del corredor andino a través de las montañas que se extiende hasta el Perú.
“Su presencia (del gato andino) en Apolobamba es muy importante y nos anima mucho a poder conservarlo y continuar con las acciones y tareas de concientización en las comunidades, donde consideran que el avistamiento es de buen augurio y que coincide con la nevada que se produjo en la región, lo que significa que se contará con el aprovisionamiento de agua para esta temporada”, agregó.
Ayra explicó que en las comunidades el felino es llamado el “mensajero de los achachilas” porque es muy difícil observarlo y por el buen augurio que trae. “Existe una buena predisposición de los pobladores para trabajar en la conservación del gato andino, pero los habitantes atraviesan por problemas económicos porque no cuentan con cultivos agrícolas”, añadió.
Teko Kavi que busca fortalecer los medios de vida sostenibles para comunidades indígenas, ejecutó el 2023 el proyecto “Conservación del gato andino en la Nación Pukina dentro del Área Natural de Manejo Integrado Nacional Apolobamba” lo que posibilitó la elaboración de un plan de acción y una guía que promueven la conservación del pequeño felino con los habitantes de la región por medio de la educación ambiental que incluye una metodología lúdica.
Leopardus jacobita habita en las altas montañas de los Andes en Bolivia, Argentina, Chile y Perú. En el territorio nacional se distribuye en los departamentos de La Paz, Cochabamba, Oruro y Potosí.
El equipo de la fundación Teko Kavi que ejecuta el proyecto “Conservación del gato andino en Bolivia y Perú” con el respaldo del Fondo de Alianzas para Ecosistemas Críticos (CEPF) instaló 40 cámaras trampa en julio de este año, en varios sitios alejados de las comunidades (que conforman markas) con la participación de guardaparques y los pobladores del lugar.
“La presencia del gato andino que es un bioindicador nos demuestra que su hábitat aún se encuentra conservado y sin la presencia de los humanos”, añadió.
Sin embargo, según la información de Teko Kavi la especie se encuentra a nivel mundial en la categoría “en peligro (EN)” calificada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), pero en el país, está un nivel más de clasificación: “en peligro crítico (CR)” publicado en el Libro Rojo de Vertebrados de Bolivia.
Esto significa que la especie tiene un alto riesgo a la extinción en estado silvestre en el país, por las amenazas que enfrenta con la minería aurífera, la fragmentación de su hábitat, la ganadería extensiva de llamas y alpacas que invaden bofedales y cuerpos de agua, vitales para el pequeño felino, conjuntamente los perros y gatos asilvestrados que compiten por su alimento y le transmiten enfermedades