La noticia fue confirmada por su hermano René Antezana a través de redes sociales. “Paz en tu tumba hermanito, buen viaje al Ukhupacha, donde los ajayus se juntan. Un nudo está encallado en mi garganta y corazón”.
Brújula Digital|28|08|25|
El mundo académico y cultural boliviano despide a uno de sus intelectuales más influyentes. Luis Huáscar “Cachín” Antezana Juárez, escritor, filólogo, lingüista, docente universitario y crítico literario, falleció este jueves dejando un legado imprescindible para comprender las particularidades y complejidades de la sociedad y la literatura en Bolivia.
La noticia fue confirmada por su hermano René Antezana a través de redes sociales. “Paz en tu tumba hermanito, buen viaje al Ukhupacha, donde los ajayus se juntan. Un nudo está encallado en mi garganta y corazón”.
Nacido en Oruro en 1943, Antezana se doctoró en Letras Modernas en 1974 en la Universidad de Lovaina, Bélgica, con una investigación dedicada a Jorge Luis Borges. A su regreso, se convirtió en docente en universidades como la Católica de Cochabamba y la San Simón, además de investigador en centros académicos como CEBEM y director del Centro de Investigaciones de Sociología (CISO). Fue también colaborador en suplementos culturales y revistas especializadas.
Su obra abarca desde la semiótica y la crítica literaria hasta la reflexión sobre lo popular y lo culto en Bolivia. Entre sus libros más destacados se encuentran Elementos de semiótica literaria (1977), Álgebra y fuego. Lectura de Borges (1978), Un pájaro llamado Mané (1998), Dice que dijo (2003), Hacer y cuidar. Lecturas de Jaime Sáenz (2021) y Habitar la lectura (2024). Esta última publicación motivó un homenaje en su honor organizado por la UMSA, la Fundación Patiño y Plural Editores.
Reconocido como uno de los ensayistas más importantes del país, “Cachín” recibió en 2006 el Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanas y, en 2015, el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Mayor de San Andrés. Su análisis en Crítica de la razón salvaje se mantiene vigente al explicar la tensión entre lo popular y lo académico en la cultura boliviana.
Colegas, estudiantes y personalidades del ámbito cultural recordaron a Antezana como un sabio comprometido con la esencia boliviana, que prefirió entender las particularidades nacionales antes que forzar una mirada universalista. “Su obra permanecerá imperecedera, junto al recuerdo de su generosidad y bonhomía. Honor y gloria para este filósofo que comprendió nuestra sociedad como pocos”, escribió el sociólogo Ricardo Paz.
BD/LE