PC_GPTW-Brujula-digital
PC_GPTW-Brujula-digital
1000 X 155 animación
1000 X 155 animación
Sociedad | 06/06/2025   12:31

Conozca la respuesta de Peñaranda a la demanda presentada por el empresario Carlos Gill; el Tribunal de Ética falló a favor del periodista

El empresario paraguayo-venezolano Carlos Gill presentó ante el Tribunal Nacional de Ética Periodística una demanda contra el periodista Raúl Peñaranda, director de Brújula Digital; el Tribunal falló a favor de Peñaranda y contra el empresario Gill.

Carlos Gill/Foto Correo del Sur
Banner
Banner

Brújula Digital|06|06|25|

El empresario paraguayo-venezolano Carlos Gill presentó ante el Tribunal Nacional de Ética Periodística una demanda contra el periodista Raúl Peñaranda, director de Brújula Digital por supuestas faltas éticas; el Tribunal falló a favor de Peñaranda y contra el empresario Gill.

Esta fue la respuesta que dio Peñaranda al conocer la demanda de Gill:

Respetados integrantes del Tribunal Nacional de Ética Periodística:

He leído con atención la demanda ante ese tribunal presentada por el empresario Carlos Gill mediante uno de sus abogados.

Según ustedes bien mencionan en su auto de recepción, excepto los dos últimos, publicados en diciembre pasado, los casos anteriores han prescrito.

No he incumplido el código de ética de ninguna de las noticias y textos presentados por Gill; su demanda de hecho demuestra que no conoce el trabajo periodístico, pese a estar relacionado a medios de comunicación. 

Describiré las dos noticias que sí están dentro del plazo de los 120 días de aceptabilidad establecidos por el reglamento del TNÉP.

1.- Noticia: Claure admite que es socio de Carlos Gill en una empresa de litio y que habló con Evo hace tres meses.

Esta nota se basa en una declaración pública del empresario Marcelo Claure y solo tangencialmente menciona a Carlos Gill. 

La queja de la demanda es que la noticia señala que “Gill (es) un empresario considerado cercano al MAS en Bolivia”.

Ser un empresario “cercano” o “lejano” al gobierno, no es malo per se. Ese no es un juicio de valor que pueda ser considerado intrínsicamente negativo o positivo. Menos aún se puede colegir que, señalar aquello “tiene intenciones malsanas” ni que “daña” la “categorización” (sic) de esa empresa, como asegura la demanda.

Como ustedes saben, un periodista está obligado en su trabajo a ofrecer datos de contexto en las noticias que escribe y esa apreciación precisamente tiene que ver con ello.

La noticia incluyó aquello simplemente porque Gill sí “es considerado un empresario cercano al MAS” y se colocó la frase para mayor información al lector.

Para demostrar aquello haré un repaso de los negocios que tiene el Sr. Carlos Gill en Bolivia: Se ha encargado de las obras civiles del teleférico (el proyecto total bordea los mil millones de dólares, contratos por invitación directa); las obras civiles para la instalación de los radares militares y civiles Thales (proyecto total 200 millones de dólares, contratos por invitación directa); obtuvo el visto bueno de las autoridades de supervisión para adquirir tanto el ferrocarril oriental como el occidental (unos 292 millones de dólares en total); construcción de 22 estaciones de regasificación para la Planta Separadora de Líquidos de Río Grande (23 millones de dólares, contratación directa); compra del diario La Razón, que es el periódico impreso que ha obtenido la mayor parte de la publicidad estatal de los gobiernos del MAS.

Nota: Los montos mencionados más arriba son los totales por cada proyecto, no necesariamente los que las empresas del Sr. Gill obtuvieron como contratos. Por ejemplo, en el tema las construcciones del teleférico, el Sr. Gill dijo que representan como máximo 20% del total. En ese caso, en el proyecto del teleférico, el contrato para las obras civiles fue de 200 millones de dólares.

Si bien existen decenas, sino cientos de documentos disponibles en línea sobre los negocios del Sr. Gill con el Estado boliviano firmados durante la presidencia de Evo Morales, yo solo mencionaré uno, que se basa en una entrevista concedida por el Sr. Gill al periodista Carlos Valverde. La noticia titula: “Carlos Gill aclara que solo tiene 5 ‘operaciones’ en Bolivia” y fue publicada en La Razón, el diario del que el Sr. Gill es propietario. Este es el enlace (noticia publicada en Eju.tv).

Respetados integrantes del tribunal, ustedes comprenden que no puede un empresario conseguir por contratación directa esos millonarios acuerdos con el Estado si no tiene “cercanía” al oficialismo. Para lograr construir las obras civiles del teleférico, ayudar a instalar radares militares y civiles, tener autorización para adquirir los ferrocarriles de un país, construir plantas de regasificación estatales y tener el periódico que se lleva la mayor parte de toda la publicidad estatal, tiene que haber un relacionamiento con el oficialismo. 

No existe pues falta ética ninguna en haber realizado esa apreciación. Los códigos de ética de las instancias del gremio periodístico boliviano señalan que el periodista no puede limitarse a transcribir lo que dicen las fuentes, sino colocar el contexto noticioso adecuado. Para retratar mejor los hechos, se incluyó la frase “es considerado un empresario cercano al MAS”. Esa apreciación no es una falta ética ni en Bolivia ni en ningún país donde existe periodismo libre. Es una apreciación ajustada a la realidad.

Me parece una exageración que el Sr. Gill diga que la frase “(es) considerado un empresario cercano al MAS” sea motivo para iniciar un proceso ante el Tribunal Nacional de Ética Periodística (TNÉP). Una frase de contexto, que es normal en el periodismo, no puede ser motivo de acusar a un periodista. Un periodista debe poder señalar que un empresario determinado es cercano o alejado al oficialismo, cercano o alejado de cierta embajada, cercano o alejado de intereses determinados, cercano o alejado de posiciones específicas, etc. Nada de eso implica un ejemplo de ofensa, agravio o nada que pueda afectar la honorabilidad de una persona.

De las 487 palabras que tiene la noticia mencionada, que como digo se basa en una declaración del empresario Claure, siete de ellas mencionan que “Gill, un empresario considerado cercano al MAS” (1,4% del texto). Por eso considero que esta es una manera de intentar presionar al medio de comunicación y de afectar la libertade de expresión del país.

En esa noticia no existe la expresión “empresario chavista”, como mal indica la demanda.

Esfuerzos por conseguir la contraparte

En 2014 publiqué un libro de mi autoría, titulado Control Remoto, en el que denuncio los mecanismos utilizados por el gobierno de Evo Morales por controlar, cooptar y sojuzgar a los medios de comunicación independientes del país. Uno de los empresarios mencionados es el Sr. Carlos Gill. En ese momento, hice esfuerzos por conseguir la visión del Sr. Gill. Como señala el texto, hice varias llamadas (unas 15) a sus oficinas en Caracas y Asunción, en la que dejé varios mensajes a sus secretarias, pero nunca obtuve respuesta. Luego envié cartas impresas, que también quedaron sin respuesta.

A partir de allí he buscado al Sr. Gill en numerosas ocasiones para entrevistarlo y siempre he obtenido negativas. 

Estas han sido las más recientes:

  • -30 de julio de 2020: Mensaje de WhatsApp a su entonces asistente, Eduardo Silva (actual director de La Razón tras la salida de Claudia Benavente). 
  • -31 de julio de 2020: Mensaje de WhatsApp a su entonces asistente, Eduardo Silva. 
  • - 4 de julio de 2022: Encuentro en persona con Carlos Gill en la celebración del 4 de Julio en la residencia del jefe de misión de EEUU. Estaban cuando hablé con él los comunicadores Claudia Benavente, Mario Espinoza y Fátima Molina. Prometió aceptar la entrevista en dos semanas, pero su asistente Eduardo Silva nunca la confirmó. 
  • - 13 de abril de 2023: Mensaje de WhatsApp a su entonces asistente, Eduardo Silva. Ver las capturas de WhatsApp.
  • - 3 de noviembre de 2024: Llamada telefónica a su entonces asistente, Eduardo Silva.

Como vemos, a parte de las 15 llamadas de 2014 antes de la publicación del libro Control Remoto, he intentado en cinco ocasiones a través de los años poder entrevistar a Gill. No es que yo no desee tener su contraparte, por el contrario, soy yo el interesado en entrevistarlo para que aclare las informaciones que circulan sobre sus actividades. He sido el que más ha investigado el tema de medios durante el gobierno del MAS y por ello es mi interés entrevistar al Sr. Gill. Tengo decenas de preguntas que deseo hacerle. Por el contrario, como se ha visto en estos años, el Sr. Gill ha rehuido hablar conmigo. De hecho, haré en breve otra invitación para entrevistarlo.

Por lo tanto, los dos temas mencionados por la demanda del Sr. Gill no se sustentan: en primer lugar sí se puede demostrar que es “considerado un empresario cercano al oficialismo”, lo cual, como he dicho, es un hecho, no un juicio de valor; segundo, soy yo el interesado en entrevistarlo y es él quien me ha rehuido.

Conclusión sobre esta primera noticia

Considerando todo lo anterior, se concluye que esa noticia no contiene falta ética ninguna. Es lícito, con la información pública disponible, señalar que “Gill (es) un empresario considerado cercano al MAS en Bolivia”.

Segundo, como he mencionado, he intentado en varias oportunidades entrevistar al Sr. Gill, pero este se ha negado. Por lo tanto, Brújula Digital no ha cometido falta ética alguna.

2.- Noticia: “Marcelo Claure y Carlos Gill crearon una empresa de energía en España”

En esta noticia se observa el mismo intento de la demanda de forzar el sentido de un dato de contexto para con ello poder acudir al Tribunal de Honor.

Este es el párrafo por el que el Sr. Gill realiza su demanda:

“Carlos Gill es un empresario que hizo negocios con el chavismo y tiene operaciones en varios rubros. Hace 15 años adquirió La Razón y El Extra, medios que controla hasta ahora. Se lo considera un empresario cercano al oficialismo boliviano”.

La parte del párrafo que señala “cercano al oficialismo”, ya ha sido explicada abundantemente en el acápite anterior. 

Paso ahora a argumentar sobre que “Carlos Gill es un empresario que hizo negocios con el chavismo”. Quiero que se note el tiempo pasado del verbo. La noticia señala que “hizo negocios” con el chavismo; no tengo certeza de que lo siga haciendo.

Existen decenas de aseveraciones, denuncias e informes que señalan que Gill tuvo relación con el chavismo y que se pueden encontrar en el internet al respecto:

1.- Relación con e chavista Julio Montes:

Julio Montes fue enviado a Bolivia por el entonces presidente Hugo Chávez como embajador en nuestro país. Montes era una persona de relacionamiento directo con el régimen venezolano. En los primeros años del gobierno de Evo Morales fue el diplomático con mayor influencia sobre el gobierno boliviano. Tras concluir su gestión como embajador fue contratado por el Sr. Gill como vicepresidente de la Ferroviaria Oriental.

Según la BBC, esta fue la declaración de Gill al respecto: 

“Quien propició esta transición (de diplomático en empresario, NdP) es otro venezolano: Carlos Gill, quien además de ser socio mayoritario de Ferroviaria Andina, también controla la Ferroviaria Oriental y es dueño de influyentes medios de comunicación bolivianos.

Gill, que también tiene la nacionalidad paraguaya, conversó con BBC Mundo sobre el proyecto ferroviario que plantea la creación de un "canal de Panamá del sur".

El venezolano dijo que no debería extrañar a nadie la conversión de Montes en ejecutivo de una empresa. “Las grandes compañías siempre aprovechan la experiencia de los exdiplomáticos. Sucede en Francia, en Alemania, en Estados Unidos. Yo hice eso. Decidí aprovechar la experiencia que tiene Julio para que aporte al proyecto”, indicó.

Esta es una primera referencia de que el Sr. Gill hizo negocios con el chavismo.

2.- Quién presenta a Carlos Gill y Evo Morales

El portal El Reporte de Venezuela señala que el exembajador Montes, ya citado en el acápite anterior, fue quien lo presentó al expresidente Evo Morales para facilitar el negocio de los ferrocarriles en Bolivia.

Esto es lo que dice el medio de comunicación: “Carlos Gil, un polémico empresario venezolano, fue presentado a Evo Morales, por el exembajador Julio Montes, para que le dieran el contrato del tren de Bolivia, a cambio de que comprara el periódico La Razón de Bolivia, al cual después cambió su línea editorial”.

Esta es una segunda referencia de que el Sr. Gill hizo negocios con el chavismo.

3.- Recepción de dólares preferenciales

En Venezuela decenas de empresarios chavistas recibieron dólares preferenciales, lo que generó un enorme escándalo de corrupción. Son los dólares conocidos como Cadivi (Comisión Nacional de Administración de Divisas CADIVI). Esta es una explicación de la manera cómo se entregaban en Venezuela dólares preferenciales

Las empresas del Sr. Gill Corimón y Corimón Pinturas obtuvieron en Venezuela similares beneficios a los que recibieron otros empresarios chavistas. El portal venezolano El Reporte realizó sobre el Sr. Gill una investigación titulada “Carlos Gill Ramírez, sus empresas y por qué lo vinculan con la corrupción en Venezuela y Bolivia”.

La parte referida al tema de los dólares preferenciales señala: “Las empresas Corimón y Corimón Pinturas, recibieron entre 2004 y 2012 hasta 176 millones (de) dólares de Cadivi. A Corimón Pinturas, por sí sola, le fueron adjudicados 166, 7 millones de dólares en 2.551 solicitudes que realizó durante ese período”.

Esta es una tercera referencia de que el Sr. Gill hizo negocios con el chavismo.

4.- El denominado “guardaespaldas” de Hugo Chávez deposita $us 30 millones en cuentas de Carlos Gill 

El portal de investigación estadounidense infodio.com señala que Adrián Velásquez, conocido como “el guardaespaldas” del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, hizo un depósito de 30 millones de dólares en cuentas de Carlos Gill. 

Esta es la traducción del párrafo pertinente: “El 16 de diciembre de 2013, Velásquez transfiere 30 millones de dólares desde la cuenta de MJ Box Tool en BSI Lugano (ID de cliente: 12270059) a la cuenta 128590 de Gill en Pictet. Posteriormente, Gill realiza varias transferencias para comprar aviones, remodelaciones, comisiones por la adquisición de las operaciones de Bridgestone en Venezuela, entre otros gastos”.

Aquí existe una descripción de los hechos de corrupción atribuidos a Velásquez.

Esta es una cuarta referencia de que el Sr. Gill hizo negocios con el chavismo.

5.- Referencias a su relación con el gobierno de Hugo Chávez

Cuando fungía como senador boliviano, Oscar Ortiz redactó un informe especial sobre las actividades de Carlos Gill en Bolivia. El informe titula “Carlos Gill, el empresario favorito del MAS”. 

Aquí hay datos del informe del exsenador Ortiz:

El exsenador Ortiz incluye un capítulo en su investigación, que titula “Carlos Gill Ramírez, un empresario forjado en el chavismo”. El capítulo dice lo siguiente:

“Según narra la prensa venezolana, ‘Carlos Gill había desarrollado su propia teoría. Apuntaba que (enfrentarse) con Chávez era ceder espacios (…) y no aprovechar oportunidades. Y pasaba del dicho al hecho, comprando otro banco, Nuevo Mundo, por 14 millones de dólares, metiéndose después en el banco Canarias, y más tarde en Banorte’.

Esta posición, en cierta manera oportunista, le permitió labrar buenas relaciones con el régimen chavista, enfrentar a los empresarios críticos al gobierno y obtener apoyo gubernamental para sus negocios, especialmente bancarios con los que se lo asocia a los líderes del régimen.

Uno de los movimientos en la compra y venta de bancos que protagonizó Gill Ramírez en Venezuela fue narrado por el periodista Cesar Batíz del diario Últimas Noticias. Según señala el periodista, ‘Gill Ramírez habría recibido 52 millones de dólares del empresario José Zambrano Lucero como pago por el Banco Banorte. La Superintendencia de Bancos objetó el traspaso de acciones al no conocerse el origen del capital pagado y la ONA (Oficina Nacional Antidrogas) consultó sobre el origen de los fondos al comprador y solicitó a los órganos de inteligencia investigar pero, inexplicablemente, no lo hicieron. Un año y medio después de que Gill Ramírez vendió Banorte, el gobierno del Presidente Chávez intervino el banco’”.

Esta es una quinta referencia de que el Sr. Gill hizo negocios con el chavismo.

6.- Denuncia tras una investigación del periodista peruano Jaime Bayly

El periodista y escritor Jaime Bayly, conductor de un programa de televisión internacional, calificó a Carlos Gill como un “empresario chavista” en una emisión de junio de 2019. 

Esta es la descripción de la denuncia realizada por el portal de noticias Ahora Digital: “Según Bayly, Gill es un ‘empresario chavista’ que ha buscado protección en República Dominicana para realizar tareas de ‘lavado de dinero’. Bayly expresó que cuatro ‘empresarios chavistas’ (Carlos Gill, Carlos Aguilera, Said Aurelio Cabrera y Maximiliano Camino) han entregado generosos aportes al expresidente dominicano Leonel Fernández, en busca de protección para poder realizar tareas de lavado de dinero”.

Se puede leer esa noticia en este enlace.

Esta es una sexta referencia de que el Sr. Gill hizo negocios con el chavismo.

7.- Relación entre Hugo Chávez, Doppelmayr y Carlos Gill

En una investigación denominada “Historia de los MAS-Media”, el periodista Rafael Archondo detecta cómo es que el Sr. Gill tuvo contacto con la empresa constructora Doppelmayr y cómo logró que esta viniera a Bolivia; como se ha dicho, el Sr. Gill fue el encargado de la construcción de las obras civiles del teleférico en Bolivia.

Esto señala Archondo de la relación entre Hugo Chávez, Doppelmayr y Carlos Gill:

“¿Fue Hugo Chávez Frías el gobernante que hizo el contacto entre su compatriota Gill y el régimen boliviano? La conexión más clara está en el Metro-cable de Caracas, sistema de transporte montado por Doppelmayr en Venezuela, que Chávez recomendó enfáticamente a Evo Morales. Gill estaba ahí en medio.

Al respecto, el magnate asegura que nunca fue chavista y que uno de sus enemigos más enfáticos hoy es Diosdado Cabello, el número dos del estado bolivariano (entrevista con Carlos Valverde, 2019). También afirma que “El Nacional” de Caracas, de su propiedad, es un diario de oposición (es digital, no se imprime desde 2018). Tales afirmaciones contradicen variados informes que colocan a Gill y a su hermano como banqueros de la llamada “Boli-burguesía”.

El enlace de la investigación de Archondo es este.

Esta es una séptima referencia de que el Sr. Gill hizo negocios con el chavismo.

Conclusión sobre la segunda noticia:

Como se observa con estos ejemplos, de muchos más que existen y que son de dominio público, sí se puede señalar que Carlos Gill “es un empresario que hizo negocios con el chavismo”. Las referencias son muy claras de esa relación. 

Por lo tanto, es totalmente lícito haber señalado que “Carlos Gill es un empresario que hizo negocios con el chavismo”. No se ha incumplido ningún aspecto ético al mencionar aquello.

Conclusión general:

Por todo lo anterior, respetados integrantes del Tribunal Nacional de Ética Periodística (TNÉP), solicito que este caso sea archivado por falta de mérito. Como he demostrado, no existe falta ética en ninguna de las dos noticias analizadas (en las otras tampoco hay falla ética, pero ya han prescrito como para ser analizadas por el TNÉP).

Sin otro particular, se despide atentamente,

Raúl Peñaranda U.

BD/RPU 





BRÚJULA-colnatur diciembre-2024 copia
BRÚJULA-colnatur diciembre-2024 copia
Alicorp-CosasRSE25-300x300
Alicorp-CosasRSE25-300x300
Arte_PROMO_BRUJULA-04
Arte_PROMO_BRUJULA-04
BURSATIL SEPARATA
BURSATIL SEPARATA
0.6854 segundos.