La ciencia médica tiene explicaciones para los embarazos sin relaciones sexuales
Brújula Digital|26|12|24|
Juan José Toro
La Navidad es la celebración del nacimiento de Cristo que, según refieren los evangelios de Mateo y Lucas, fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, sin mediación humana. El nacimiento de Jesús de una madre virgen es uno de los dogmas de la Iglesia Católica, pero, hoy en día, la ciencia médica tiene explicaciones para fenómenos como ese.
Según refieren los especialistas Miguel Lugones y Marieta Ramírez, los casos de “fetus in fetu”, también conocidos como “gemelo parásito” forman parte de las 10 enfermedades o anomalías más raras del mundo. Se trata de embarazos gemelares en los que, por razones aún hoy desconocidas, la división del cigoto (la célula resultante de la unión del espermatozoide con un óvulo) no termina con un parto de gemelos normal, sino que uno de ellos resulta “absorbido” por el cuerpo del otro.
Se trata de casos extremadamente raros que, quizás por eso, casi no fueron registrados en el pasado. Los que son reportados actualmente constituyen noticias, como el de la hija de Mónica Vega, en Colombia, en marzo de 2019, y uno anterior en Honduras del que no se tiene tantos detalles.
En el caso de Vega, quien detectó que uno de los gemelos se había desarrollado dentro de otro fue el cirujano Miguel Parra quien explicó, en su momento, que esta es una de las explicaciones para los siameses: cigotos que no terminaron de dividirse y, finalmente, nacen dos personas unidas físicamente. Suceden en uno de cada 200.000 embarazos.
En Bolivia no se ha presentado un solo caso. El ginecólogo obstetra Diego Canaviri y el pediatra Andrés Duarte, ambos del hospital Daniel Bracamonte, dijeron conocerlos mediante la literatura médica, pero no de manera directa ni por reportes de sus colegas.
Pero los profesionales médicos advierten que estos “gemelos parásitos” suelen desarrollarse casi a la par de su hermano, así que hay que realizar procedimientos quirúrgicos para extraerlos.
En el marco de esa excepcionalidad, es posible que haya existido gemelos que permanecieron en un estado de suspensión biológica y comenzaron a desarrollarse cuando el cuerpo de su hermana comenzó a cambiar, preparándose para los embarazos; es decir, en la pubertad. Serían los casos todavía más raros de embarazos presentados en mujeres que no tuvieron relación sexual alguna. Si ese fue el caso de la Virgen María, sí estaríamos hablando de un milagro, pero no solo de la fe, sino de la biología. Y eso le daría una explicación científica al nacimiento de Jesús.
Juan José Toro es periodista.