Vladimir Peña y Paul Coca reflexionan sobre la cercanía de la COB con el gobierno de Luis Arce.
Marcha de la COB este martes 10 de septiembre. Foto: APG
Brújula Digital|10|09|24|
Analistas consideran que la Central Obrera Boliviana (COB), tras anunciar su intención de tomar la Asamblea Legislativa Plurinacional para presionar por la aprobación de créditos externos y en apoyo al presidente Luis Arce, actúa como un brazo ejecutor del Gobierno y “factura” en función a su apoyo al poder.
“El presidente Luis Arce ha echado la culpa al Parlamento, entre otros actores, por el tema de la crisis, porque no le aprueban supuestamente las leyes de crédito que necesita el Ejecutivo y ahora la COB, ante eso, está siendo utilizada como un brazo ejecutor del presidente”, indicó el analista político Vladimir Peña en entrevista con Brújula Digital.
Agregó que se repite la dinámica del primer periodo del expresidente Evo Morales de “autoritarismo, que está en el adn del Movimiento Al Socialismo (MAS)”, pero esta vez la confrontación no es contra la oposición, sino contra el propio partido debido a la división interna que atraviesa.
El analista Paul Coca indicó que la COB deberá responder ante el país y a la historia al apoyar a un gobierno, que “está generando un descalabro económico”, en vez de luchar por los trabajadores.
Peña añadió que “el MAS cooptó a las dirigencias sociales y sindicales con prebendas. No es desconocido que, cada cierto tiempo, (dan) movilidades, edificios y demás dádivas a los dirigentes. Entonces, hoy la COB ha perdido esa representación genuina de la fuerza laboral del país, (…) se ha vuelto una clase dirigencial apegada al poder que vive, que factura en función del apoyo al Gobierno”.
Además, indicó que si los cobistas ingresan, por la fuerza, a la Asamblea Legislativa Plurinacional y actúan de forma violenta, esto sería un atentado contra la democracia y constituiría un delito. En tal caso, se deberían iniciar procesos penales contra quienes participen en estas acciones.
Coca consideró, sin embargo, las amenazas y medidas de presión del secretario ejecutivo de la COB, Juan Carlos Huarachi, son “intrascendentes, porque realmente la mayoría de la población tiene otro criterio”.
Indicó que si se cambia de Gobierno y se piden auditorías en la COB, “a los recursos, a la administración de las construcciones y todo que se ha hecho de sus sedes sindicales y todo con dinero público”, nadie va a salir a defender a los dirigentes, porque han perdido su independencia sindical.
“El hecho de que la Central Obrera no haya luchado por los trabajadores, de que esté en este momento luchando por el presidente, defendiendo lo indefendible, y todas las medidas, los hace corresponsables (de la crisis del país)”, indicó Coca.
Hoy, pasado el mediodía, la marcha de la COB ingresó a la plaza Murillo. Huarachi anunció que se instalará una vigilia.
BD/AGT/JA