Tras un inicio en el que mostró una imagen renovada de la gestión, atendiendo en persona los problemas de la ciudad, lo que le ayudó a aumentar su popularidad a más del 50% de los votos que obtuvo, pronto su período se vio envuelto por polémicas. Un ambicioso listado de obras podría marcar positivamente su gestión.
Alcalde Iván Arias/AMUN
Brújula Digital|15|07|24|
Las fiestas julianas son usualmente el momento en el que el alcalde de La Paz logra la atención de la ciudadanía y aprovecha los eventos que se llevan adelante para acrecentar su popularidad y legitimidad. Este año, el burgomaestre Iván Arias seguramente hará precisamente eso, aunque su situación política es compleja. Arias acaba de cumplir tres años y dos meses de gestión esta semana, marcados por la polémica y las críticas, pero también por el inicio de obras que podrían marcar positivamente su desempeño en el futuro. De ellas dependerá en gran parte cómo pasará a la historia su complicada administración actual, que concluye en mayo de 2026. “Soy permeable a las críticas, las escucho, pero no me hundo”, dijo.
Brújula Digital entrevistó al alcalde en el marco de la celebración de las efemérides paceñas. Arias, de 65 años, fue elegido con casi el 50% de los votos en las elecciones de marzo de 2021 y posesionado en mayo de ese año. Tras un inicio en el que mostró una imagen renovada de la gestión, atendiendo en persona los problemas de la ciudad, lo que le ayudó a aumentar su popularidad a más del 50% de los votos que obtuvo, su período se vio envuelto después en acusaciones de ineficiencia, supuesta colusión con la empresa Loritas y confrontación con su propia bancada. Sus críticos también señalan que su “estilo populista” ha hecho que se le identifique con la “fiesta y la farra”.
Esa fue una de las preguntas de Brújula Digital. El alcalde dijo que, efectivamente, a él le gusta promocionar el folclore paceño. “Una de las cosas más importantes que tenemos en la ciudad de La Paz es el folclore, la cultura, la música. Por ejemplo, el Gran Poder es un evento que en un solo día mueve 67 millones de dólares, casi igual que las dos semanas que dura la Expocruz de Santa Cruz, el evento de negocios más importante del país", dijo el alcalde. Agregó que "esta es economía naranja”, que mueve "turismo, gastronomía y que también nos da orgullo. Claro que yo voy y me gusta bailar en ese evento porque eso es La Paz. Yo no reniego de lo que soy ni de lo que es la ciudad y no quiero mirarme en un espejo que no sea el nuestro”, dijo. Arias se preguntó: “¿Cómo no vamos a apoyar un evento como el Gran Poder que genera tantos ingresos y mueve tanta economía?”. Sobre supuestos excesos con la bebida, negó esa situación y dijo que se trata de una “campaña de desprestigio” lanzada por sus adversarios.
Popularidad y obras
Respecto a su popularidad, que algunas encuestas señalan que está a la baja, el burgomaestre reconoció que en algunas zonas de clase media y media alta de la ciudad efectivamente ha perdido respaldo, pero dijo que la Alcaldía realiza estudios de medición de opinión pública que señalan que eso ha sido compensado por el aumento del respaldo en sectores de clases medias bajas o populares de la ciudad.
Y ante la crítica de que la Alcaldía no realiza obras, Arias negó aquello y explicó así la situación: “Creo que este mes de julio hay que mirarlo en contexto. Efectivamente ya llevamos tres años. El primer año fue de arreglar la casa, de saldar las deudas y de manejar la economía de la Alcaldía de manera eficiente. Teníamos 10.500 empleados y la planilla mensual era de 55 millones de bolivianos, un desastre”.
Según explicó, “se ha logrado reducir, dificultosamente, a 6.500 empleados. Sigue siendo alta, es una planilla demasiado grande para una ciudad de un millón de habitantes. Hay ciudades como Barranquilla y Medellín, en Colombia, que tienen población similar a la de La Paz y cuentan solo con 800 o mil empleados, pero aquí nosotros tenemos 6.500. ¿Por qué? Porque tenemos empresas municipales y unas leyes laborales que impiden que se saque a la gente. Había que arreglar eso el primer año”.
El segundo año, explicó, fue de “ejecución y elaboración” de los proyectos que deberían marcar la gestión. Y el principio era, agregó, “hacer superobras, pero distribuidas en la ciudad y no concentradas en pocos lugares. Así que el segundo año fue más bien de planificación y definición de esas obras, que le van a cambiar la cara a la ciudad. Y empezamos las licitaciones”.
Según su criterio, el tercer año ya es de concreción, es decir, lo que Arias llama “de los sueños a las obras, de los sueños a las realidades”.
La autoridad expresó que las obras prometidas “empezarán a inaugurarse pronto”, en los siguientes meses, en un proceso que durará hasta 2025.
Mostrando un folleto con las obras principales que prepara la Alcaldía, Arias habló de la avenida Apumalla, que une la calle Chapare hasta el hospital municipal La Portada y que será una nueva salida hacia El Alto, de cuatro carriles (25 millones de bolivianos de inversión).
Otra obra es el puente Playón Verde, que conectará Villa Fátima y Villa San Antonio, de 100 metros de largo y que incluirá un mirador (21,3 millones de bolivianos).
Para facilitar el tráfico desde el centro a la zona Sur, dijo que está en construcción la avenida La Paz, que ayudará a liberar la conflictiva Curva de Olguín. Tendrá algo menos de un kilómetro de longitud y se construirá sobre el doble embovedado del Choqueyapu, en la continuación de la Gruta de Lourdes (47 millones de bolivianos).
En una de las curvas de la avenida Kantutani, en el lugar del deslizamiento de 2019, se avanza en la construcción de un parque, que será el más grande de la ciudad, de siete hectáreas (37 millones de bolivianos).
También el alcalde mencionó la doble vía a Mallasa que tendrá, según contó, un puente, circuitos ecológicos, iluminación y otras (200 millones de bolivianos).
Otra tarea es el asfaltado de distintas vías (que la Alcaldía llama “superasfaltos”), con 91 millones de bolivianos empleados para ello.
Finalmente, el hospital San Antonio se concluirá con una inversión de 94 millones de bolivianos. Tendrá seis pisos, 120 camas, siete unidades de terapia intensiva, hemodiálisis, laboratorios, tomógrafos y otros equipos (94 millones de bolivianos).
El "asunto Loritas”
Otro tema que se abordó fue el de la empresa Loritas, que ocasionó una gran polémica sobre una supuesta colusión de intereses entre esta y la gestión municipal actual. Loritas, del empresario Harold Lora (actualmente preso), ha sido acusado de estafa por los compradores de sus departamentos, que nunca fueron concluidos. Hace poco, el asesor del despacho del alcalde, Oscar Navarro, dijo que Lora sí trabajó en la campaña electoral de Arias, pero que “no existe colusión alguna”.
Arias puso como prueba de que no hay una “relación corrupta” entre la Alcaldía y Loritas en el hecho de que de los 17 edificios que ha construido esa empresa solo uno fue autorizado en la gestión actual y que tres se acogieron a un proceso de regularización en el marco de la Ley 467.
“El resto de las edificaciones o no tienen permisos de construcción o están autorizados el municipio de Palca”, contó. Reiteró que la mayoría de los edificios se construyeron entre 2016 y 2021 (segunda gestión de Luis Revilla NdE).
Agregó: “Es raro que se mencione tanto a Loritas cuando 15 de 17 de los edificios empezaron a ser construidos, no sé con qué tipo de autorizaciones, durante la gestión municipal anterior, pero los críticos de mi gestión curiosamente omiten ese punto”, dijo el alcalde.
Previsión para el efecto de las lluvias
También se le consultó al alcalde por qué el municipio no realizó las tareas de prevención necesarias para la época de lluvias pasada. El negó aquello. “Hemos realizado las obras como se viene dando en los últimos años, pero no contábamos con un evento de lluvias que descarguen tanta agua en períodos tan cortos de tiempo (como ocurrió en febrero y marzo pasados). En esos casos hay poco que se pueda hacer”. En un evento similar, a principios de 2000, murieron 69 personas por lluvias torrenciales en La Paz.
Al margen de ello, contó que el municipio invierte 155 millones de bolivianos en el control hidráulico de los ríos Tangani, Taipichuro, Irpavi, Orkojahuira y Choqueyapu, que contemplan embovedados, canalizaciones, muros transversales, etc.
Gremialistas y transportistas
Las críticas también se refieren al desorden de la ciudad provocado por la cantidad enorme de comerciantes minoristas. Arias aludió a los problemas económicos de la actualidad: “La crisis actual fuerza a la gente a salir a las calles a vender”, afirmó. Incluso contó que cuando los guardias municipales encargados de controlar la presencia de los comerciantes intentan actuar, son los propios transeúntes quienes apoyan a los vendedores.
“¿Qué podemos hacer con tantas personas que no tienen empleo? El país está en una crisis económica importante. El gas se ha acabado. No hay señales de que el litio vaya a dar alguna solución. Faltan dólares. Nuestras exportaciones han bajado. Tenemos déficit fiscal. Todo eso no es responsabilidad del gobierno municipal. El empeoramiento de las condiciones de vida de la gente hace que muchos, para sobrevivir, simplemente compren algunos productos de algún mayorista y terminen vendiendo en la calle. Esa no puede ser una responsabilidad de la Alcaldía, pero sí, obviamente, la responsabilidad es intentar ordenar lo más posible, reducir el problema”, respondió.
Brújula Digital consultó si fue un error haber colocado en el Concejo Municipal a un representante de los comerciantes y de los transportistas, que es el otro sector que genera críticas y desorden en la ciudad, y si ello no es como estar “durmiendo con el enemigo”.
Arias respondió que no. “Mire, lo que nosotros tratamos de hacer fue que el Concejo Municipal representara lo mejor posible a la ciudadanía. Por eso tenemos una persona que es de los comerciantes, otro transportista, otra empresaria, etc., y ello no ha imposibilitado que nosotros conversemos, dialoguemos y negociemos”, explicó.
Añadió que “poco se habla de los éxitos de esta gestión, pero hemos logrado por ejemplo sacar a todos los comerciantes de San Francisco la semana pasada porque la bóveda tiene que ser reconstituida ante riesgo de sifonamiento, y ello se ha hecho en paz, negociando, se ha logrado retirarlos. Aparte de algún empujón, no ha habido más. Esa es la marca de mi gestión: intentar negociar, no confrontar”.
Explicó que lo mismo se puede decir en el caso del PumaKatari. Recordó que se han añadido líneas nuevas para esos buses, pero esta vez sin ninguna confrontación ni oposición de los transportistas como en el pasado. “Mi idea no es afirmar que los transportistas tradicionales son maleducados y cochinos, como se les suele decir, sino que son personas que trabajan para llevar el pan a su casa. Pero eso no ha impedido que nosotros mejoremos y ampliemos los servicios del PumaKatari, aunque a diferencia del pasado, sin confrontación. No se ha tirado una sola piedra”. Recordó que el PumaKatari transporta entre el 1% y el 2% de los pasajeros de la ciudad, el mismo porcentaje desde su creación hace una década.
“Sigo adelante”
Se le consultó a Arias por qué genera tanta inquina y comentarios acervos, incluso de sectores opositores al MAS, y dijo que ello debía preguntársele a los que lanzan esas críticas. Sin embargo, explicó que en muchos casos se originan en temas personales, incluso pedidos de obtener un cargo por parte de una o dos “personas que me critican constantemente”, que no quiso identificar, o aspiraciones de quienes creen que criticando al gobierno municipal actual tendrán más posibilidades de ser candidatos a la Alcaldía en 2026.
“Usted es un alcalde bajo fuego”, se le comentó. Esta fue respuesta: “Sí, pero con escudo. Un alcalde bajo fuego, con escudo y dando el pecho cuando hay que darlo. Yo no le tengo miedo a la adversidad. Estoy seguro que vamos a salir adelante. Mi lema es no rendirme. Y soy permeable a las críticas, las escucho, pero no me hundo”.
BD/RED