“Hay bastantes jóvenes que se están echando a perder, varios consumen mucha droga. Nosotros les invitamos pan a ellos, nos vienen a pedir y les invitamos nosotros porque cuando te niegas a invitarles ellos te amenazan”, afirma Elba, quien vende frente al mercado Lanza.
El lunes, comerciantes de la zona colgaron muñecos en la pasarela de la Pérez Velasco en señal de amenaza contra los delincuentes. Foto: APG
Brújula Digital|27|03|24|
Alissya Guerrero
“Gracias a mis sillas mi esposo se pudo proteger, porque el agresor vino y lo quiso apuñalar directamente en el pecho, no una, intentó tres veces”, relata la propietaria de una óptica en la calle Pérez Velasco, quien es una de las víctimas de la inseguridad en la zona.
Ella cuenta que la semana pasada su esposo estaba a punto de salir de la óptica cuando llegó un individuo a vender bolígrafos y dulces. Ante la negativa de comprarle, el hombre se puso violento.
“Yo me niego a comprarle y me empieza a insultar ‘te estoy viendo, ya te he visto la cara, voy a volver’, me dijo y al salirse agarra monturas y se las quiere sacar”, recuerda.
La tensión alcanzó su punto crítico cuando su marido, al presenciar el hecho, intervino y arrebató las monturas al delincuente. En ese instante, el individuo sacó una tijera e intentó apuñalarlo en tres ocasiones. El marido se protegió con una silla que había en el local.
"Te estoy viendo, voy a venir, no soy solo yo, somos varios", fue la amenaza del delincuente que, según la propietaria de la óptica, tenía acento extranjero.
La pareja consiguió pedir ayuda de personas que estaban por el lugar y entre todas lograron reducir al asaltante quien fue llevado a la cárcel de San Pedro con detención preventiva.
La dueña de la óptica no es optimista: “de no encontrar elementos lo van a soltar”. “Tiene que estar uno muerto para que haya justicia”, dijo indignada.
El caso es uno de los tantos registrados en la zona de la Pérez Velasco y otros lugares cercanos como el mercado Lanza, la plaza San Francisco, la calle Figueroa y la plaza Alonso de Mendoza, entre otros.
La situación de inseguridad impulsó a los gremialistas a protestar este lunes para exigir a la Policía mayores acciones y a la Dirección General de Migración, un mejor control de los extranjeros que llegan al país. Según los vendedores, la mayoría de los delitos los cometen personas de otras nacionalidades.
“En San Francisco recientemente a un compañero un extranjero le ha arrancado la nariz con su propia boca”, afirmó el secretario general de la asociación de comerciantes de la Pérez Velasco, Carlos Ríos.
Los comerciantes de la zona señalaron a Brújula Digital que los agresores estarían bajo el efecto del alcohol y sustancias controladas, ya que dan la sensación de "no tenerle miedo a nada", afirmó una vendedora.
La secretaria general de la Federación de Gremiales de La Paz, Trinidad Morales, informó que lograron que más de 10 personas ingresen a la cárcel, pero denunció que en varias ocasiones llevaron a los ladrones ante la Policía, pero luego de ocho horas de arresto fueron soltados.
Silencio, por seguridad
Algunas vendedoras eligen no decir nada cuando son víctimas de robos, mientras que en otros casos optan por invitarles alimentos a los agresores como medida de precaución para poder trabajar un poco más tranquilas.
“Hay bastantes jóvenes que se están echando a perder, porque hay varios jóvenes que consumen mucha droga. Nosotros les invitamos pan a ellos, nos vienen a pedir y les invitamos nosotros porque cuando te niegas a invitarles ellos te amenazan”, afirma Elba que tiene su puesto de pan frente al mercado Lanza.
“Nos roban, un rato nos descuidamos y nos roban. A cualquier hora es peligroso (…) me parece que ellos andan con armas entonces da miedo ya, delante de nosotros alzan (nuestra mercadería)”, indicó otra vendedora que prefirió reservar su identidad.
Las vendedoras indican que deben estar todo el tiempo alerta a sus pertenencias porque si se distraen por un minuto ya les han robado parte de su mercadería.
“Un hombre viene diario y roba celulares, no a nosotros. Pero por aquí está caminando está paseando a uno le quita el celular, se escapa y vuelve”, afirma Cristina quien tiene su puesto por la Murillo.
Alba Mamani, quien vende helados por la feria de Semana Santa en el atrio de la San Francisco, indica que ante los casos de delincuencia prefiere quedarse a dormir dentro de su puesto junto a su esposo para cuidar las máquinas que tiene.
“Vienen un rato, ven a los policías, esperan que se vayan y vuelven a venir o se ocultan debajo del túnel de la San Francisco. A las 2 de la mañana aquí arriba es como si tuvieran un campeonato de fútbol entre las personas que se drogan, las personas de la calle”, afirmó.
Mercado Lanza
El mercado Lanza, inaugurado en 2010, se convirtió en un foco de inseguridad denuncian vendedores.
“Donde más molestan es en el mercado, como el mercado es vacío en la mañanita he visto a los jovencitos pedirles plata. Es vacío el mercado, como es como sótano abajo”, afirmó Elba.
Las denuncias no son recientes, recuerdan las vendedoras. Informan que ya hace seis años indicaron que el mercado se había vuelto un lugar de insalubridad, descuido e inseguridad por consumo de alcohol y venta de drogas.
Lamentan que la situación afecte a la venta, porque los compradores prefieren no ir al centro de abasto.
“Es bien fuerte la delincuencia especialmente en la noche y hacen escapar a la gente”, afirmó una de las vendedoras que prefiero mantenerse en anonimato.
Gobierno
El viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, anunció el lunes, luego de la protesta, que dialogará con las comerciantes del mercado Lanza para buscar soluciones.
“Vamos a escuchar cuáles son todas las demandas, las inquietudes, las molestias que tienen y avanzar en la resolución y mejorando con ellos de manera coordinada las tareas de seguridad”, sostuvo, refleja El Diario.
BD/AGT/JA