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Sociedad | 07/06/2021   15:45

Educación en pandemia: Magisterio advierte deserción escolar que llega hasta el 40% en zonas periféricas

La gran deserción de estudiantes durante la época de pandemia preocupa a maestros y expertos. Las principales causas son falta de acceso a la tecnología, problemas de salud mental, trabajo informal y falta de políticas para este nuevo sistema educativo.

Foto: Unicef
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Brújula Digital|07|06|21|

Durante la pandemia, el Ministerio de Educación estableció tres métodos de clases escolares: la presencial, semipresencial y virtual, dependiendo del área y las posibilidades de cada unidad educativa. En este tiempo, profesores y expertos detectaron ciertos factores que complicaron todos los métodos mencionados. Sin embargo el Magisterio Urbano prendió la luz roja de alerta al señalar que la deserción escolar llegó hasta el 40% en las zonas periféricas.

El mes de abril, los profesores denunciaron que la nivelación en el primer trimestre del calendario escolar 2021 ha sido un “fracaso” debido a las modalidades y, además, advirtieron que aproximadamente el 30% de los estudiantes no asistían ni se conectaba a clases, debido a la falta de acceso a equipos electrónicos, la mala conexión a internet, pocos recursos económicos, entre otros factores. 

El ejecutivo nacional de la Confederación de Trabajadores de la Educación Urbana de Bolivia (CTEUB), Patricio Molina, informó a Brújula Digital que la situación de deserción estudiantil, sobre todo en las periféricas, provincias y zonas fronterizas, se observa mucho más y es más difícil de solucionar por el factor socioeconómico que sufren las familias.

“Tenemos referencias de que en áreas concentradas, como en las ciudades, la deserción escolar por unidad educativa oscila entre el 20 y 25%, en las zonas periféricas, oscila entre un 35 hasta 40% de deserción escolar. Eso es alarmante, es preocupante para nosotros”, informó Molina. 

Los esfuerzos de los educadores se limitan a controlar a los estudiantes a la distancia. Molina informó que la ayuda de parte de las autoridades a las familias y unidades educativas ha sido poca o nula, tanto para el acceso a dispositivos electrónicos o internet como para equipos de bioseguridad en escuelas con clases semipresenciales y presenciales.

Según los datos de 2020 de la UNICEF, en el país hay aproximadamente 2.870 millones de estudiantes del nivel inicial, primario y secundario. De estos estudiantes, Molina informó que alrededor de un millón se encuentran en situación de pobreza, los mismos provienen de familias numerosas. 

“Ellos (los estudiantes) pertenecen a grupos familiares numerosos, donde tienen un dispositivo para tres, cuatro o cinco hijos que están en etapa escolar. Algunas familias, incluso, no tienen ni un solo dispositivo. Entonces se debe a un factor socioeconómico y esto se está ahondando”, explicó Molina.

A pesar de los esfuerzos y de las peticiones que realizó la CTEUB al gobierno para que apoyen a los maestros y a las escuelas, no obtuvieron respuestas positivas. Molina explicó que el sistema educativo requiere de más de 12.000 ítems durante la pandemia para su desarrollo, sin embargo, el gobierno solo pudo proporcionar 1.500 de ellos, lo que no llega ni al 15%. 

Este problema de deserción en unidades educativas se da en un contexto de alza de casos, pocas vacunas, escasez de insumos de bioseguridad y bajos recursos económicos, factores que afectan en gran medida la salud y el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes.

Acceso a dispositivos, depresión y trabajo informal: algunas causas y consecuencias de la deserción escolar

Al igual que el ejecutivo nacional de la CTEUB, Elizabeth Machicao, directora de la Casa del Adolescente, también explica que las principales causas de la deserción escolar en el área urbana, es la falta de acceso a la tecnología. Sin embargo, Machicao explicó a Brújula Digital que existen muchos más factores que están afectando a los jóvenes estudiantes en esta época de pandemia. 

“El tema es la falta de tecnología, no hay computadoras, no tienen acceso a celulares, es una familia numerosa, los papás no están y no pueden apoyar o los chicos están cansados y ya no pasan clases”, explicó Machicao.

Los estudiantes del área urbana y de ciudades intermedias se aburren o están desmotivados como para continuar pasando clases, pero muchos otros sufren distintos problemas de salud mental como la depresión, ansiedad, pánico e incluso trastornos alimenticios y hasta pensamientos suicidas. Estos son problemas, se acrecentaron en los jóvenes en la pandemia y son de las principales causas de la deserción escolar. 

Machicao explicó que esto se generan debido, no solo a la pandemia, a la información y desinformación y a la crisis que vive el país, sino también a los excesivos trabajos y tareas que los profesores les dan como “alternativa” para recuperar contenido de la anterior gestión o en un intento de llevar las clases magistrales presenciales al método virtual.

Según comenta Molina de la CTEUB, aunque los maestros están en constante capacitación por la pasión a enseñar y compartir el conocimiento, la falta de políticas que se adapten a este nuevo sistema, la poca organización en el calendario y en el desarrollo de contenidos de parte del Ministerio de Educación, son los causantes de que los profesores tengan que generar contenidos por su cuenta, explica Machicao. 

“No hay norte. (...) Deberían (el Ministerio de Educación) retomar el trabajo con los profesores, con los padres, para encontrar qué líneas urgentes podrían ayudar a que se recupere algo de la parte educativa”, manifestó Machicao y agregó que también se debe trabajar junto a los estudiantes para escuchar sus necesidades y ayudarlos en el área psicológica.

Una de las soluciones inmediatas que propone Machicao es adaptar el desarrollo de contenidos a los temas urgentes que los estudiantes necesitan hoy por hoy, para no agobiar a los estudiantes y que puedan continuar aprendiendo en medio de la crisis. De igual forma, propone que la plataforma única del Ministerio de Educación no sea la única alternativa virtual y pueda abrirse a otras plataformas mejores y más sencillas.

Por otro lado, algunos estudiantes también se dedicaron a trabajar debido a la crisis económica. Muchos jóvenes, sobre todo, de tercero y cuarto de primaria, según cuenta Machicao, dejaron los estudios para apoyar en sus hogares económicamente y dedicarse al trabajo informal como meseros, voceros, vendedores ambulantes e incluso como trabajadores sexuales, un tema que preocupa a los expertos.

“Niños y adolescentes con una fuerte dosis de estrés, presión y nerviosismo pese a ser ‘nativos digitales’; aún más grave, niños y adolescentes que han dejado de estudiar completamente (porque antes trabajaban pero estudiaban) para trabajar, vocear, vender dulces, o volver al campo a labores agrícolas; y aún más doloroso, niños y adolescentes expuestos a violencias físicas y sexuales”, describe el artículo “La Educación en crisis y sus consecuencias” de Machicao. 

BD/MJR





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