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Reportajes | 31/10/2020   15:44

Muere a los 90 años Sean Connery, el primer actor que interpretó a James Bond

Apareció en siete filmes de agente 007. Durante su carrera artística, que duró varias décadas, ganó un Oscar, dos premios Bafta y tres Globos de Oro.

Sean Connery en 2004.

BBC News Mundo   |31|10|20|

El destacado actor británico Sean Connery, quien interpretó al legendario James Bond en siete películas, murió este sábado a la edad de 90 años, según informó su familia.

Fue el primero que llevó el papel del agente 007 a la gran pantalla, apareciendo en siete filmes de la saga.

Durante su carrera artística, que duró varias décadas, ganó un Oscar, dos premios Bafta y tres Globos de Oro.

Connery también es conocido por sus papeles en películas como The Hunt for Red October ("La caza del Octubre Rojo"), Indiana Jones and the Last Crusade ("Indiana Jones y la última cruzada") y The Rock ("La Roca").

La crítica cinematográfica lo calificó en varias oportunidades como el mejor actor que ha interpretado al agente 007 en la franquicia.

Ganó el Oscar en 1988, cuando fue nombrado mejor actor de reparto por su papel de experimentado policía en The Untouchables("Los intocables").

En el año 2000 fue nombrado caballero por la reina Isabel II en el Palacio de Holyrood, en Escocia.

Y en agosto celebró su cumpleaños número 90.

Sean Connery como James Bond.

Sean Connery como James Bond.

"Insuperable"

Para muchos, la actuación de Sean Connery como James Bond fue insuperable. Cortés, pero de corazón frío, su interpretación del agente 007 fue extremadamente fiel al Bond de la Guerra Fría que se describe en los libros creados por el novelista inglés Ian Fleming.

Y es que saltó a la gran pantalla con "licencia para matar". Se movía exactamente como una pantera, con mucha hambre y buscando presas.

No tuvo competencia. Su gran rival, Roger Moore, en contraste, solía arquear una ceja, sonreír y hacer bromas, según los críticos.

Pero mientras que el héroe literario creado por Ian Fleming fue a la prestigiosa escuela Eton, en el sur de Inglaterra, el pasado de Connery no incluía ni autos veloces y sofisticados, ni mujeres hermosas ni martinis.

Orígenes humildes

Hijo de un obrero católico y de una empleada doméstica protestante, Thomas Sean Connery nació en el área de Fountainbridge, en Edimburgo, Escocia, el 25 de agosto de 1930.

La familia de su padre había emigrado de Irlanda en el siglo XIX, mientras que los orígenes de su madre se remontaban a los hablantes de gaélico en la isla de Skye, en el norte de Escocia.

Fountainbridge era una zona bastante decadente de Edimburgo. Allí Connery se crió en una habitación de una casa de vecindad con baño compartido y sin agua caliente.

Dejó la escuela a los 13 años y trabajó repartiendo leche, puliendo ataúdes y colocando ladrillos antes de unirse a la Royal Navy, la rama naval de las Fuerzas Armadas británicas.

Tres años después, fue invalidado del servicio tras padecer de úlcera péptica.

Para ese entonces, ya se había hecho tatuajes que dejaban claro sus pasiones: "Escocia para siempre" y "Mamá y papá".

En Edimburgo, se ganó la reputación de "hombre duro" cuando seis pandilleros intentaron robarle el abrigo. Cuando Connery los confrontó, los maleantes lo siguieron. Pero Connery ganó la pelea como lo haría siempre en su papel como James Bond.

Sean Connery se ganaba la vida de cualquier forma que podía.

Conducía camiones, trabajaba como salvavidas y posaba como modelo en el Edinburgh College of Art.

Y pasaba su tiempo libre haciendo fisiculturismo.

Hasta que James Bond llegó a su vida.

"Demasiado bello para describirlo"

El artista Richard Demarco, que como estudiante pintaba a Connery frecuentemente, llegó a decir que era "demasiado bello para describirlo con palabras, un Adonis virtual".

Connery era un aficionado al fútbol y fue lo suficientemente bueno como para llamar la atención del entonces entrenador Matt Busby, quien le ofreció un contrato de cerca de US$30 a la semana en el Manchester United.

Sean Connery.

Sean Connery dejó la escuela sin calificaciones y trabajó como lechero, poniendo ladrillos y puliendo ataúdes.

Pero, trabajando en un teatro local, el mundo de la actuación ya comenzaba a seducirlo, por eso decidió que la carrera de futbolista era potencialmente demasiado corta y optó por perseguir su suerte en el escenario.

Fue, según diría más tarde, "una de las movidas más inteligentes (que realizó)".

En 1953, participó en la competencia Mr. Universe en Londres y estando en la ciudad escuchó que había plazas en el coro de una producción del musical South Pacific.

Y para el año siguiente, ya estaba interpretando el papel del teniente Buzz Adams, que Larry Hagman había hecho famoso en Broadway.

El actor estadounidense Robert Henderson alentó a Connery a que se educara. Le prestó obras de Ibsen, Shakespeare y Bernard Shaw, y convenció a Connery de que tomara lecciones de elocución.

Connery hizo la primera de muchas apariciones como extra en la película Lilacs in the Spring ("La reconciliación"), estrenada en 1954. También interpretó roles menores en la televisión, incluyendo un gánster en un episodio del drama policial Dixon of Dock Green, de la BBC.

Su nombre es Bond, James Bond...

Y luego vino Bond. Los productores Cubby Broccoli y Harry Saltzman habían adquirido los derechos para filmar las novelas de Ian Fleming y estaban buscando un actor para interpretar al agente 007.

Se consideró a actores como Richard Burton, Cary Grant y Rex Harrison, e incluso al expresentador de la BBC Peter Snow.

Fue la esposa del productor Cubby Broccoli, Dana, quien convenció a su esposo de que Connery tenía el magnetismo y la química sexual para el papel.

Una opinión que inicialmente no fue compartida por el creador del personaje, Ian Fleming. "Estoy buscando al agente Bond, no a un doble", insistió.

Pero Broccoli tenía razón y Fleming estaba equivocado.

El novelista inglés rápidamente cambió de opinión cuando lo vio en la pantalla. Incluso escribió una historia medio escocesa para el personaje en algunas de sus obras posteriores.

El director Terence Young tomó a Connery bajo su tutela y lo llevaba a restaurantes lujosos y casinos; enseñándole a comportarse como James Bond lo haría, todo con el fin de que ese escocés ligeramente torpe lograra hacerse pasar por un agente secreto afable y sofisticado.

Pero Connery hizo suyo el personaje, mezclando crueldad con ingenio.

A muchos críticos no les gustó el personaje y algunas de sus reseñas fueron crueles. Pero el público no estuvo de acuerdo.

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7 como 007 - Las películas de Sean Connery como James Bond

  • Dr. No (1962)
  • From Russia with Love ("Desde Rusia con amor") (1963)
  • Goldfinger (1964)
  • Thunderball ("Operación Trueno") (1965)
  • You Only Live Twice ("Sólo se vive dos veces") (1967)
  • Diamonds Are Forever ("Los diamantes son para siempre") (1971)
  • Never Say Never Again ("Nunca digas nunca jamás") (1983)
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Las escenas de acción y sexo, mezcladas con lugares exóticos fueron una fórmula ganadora.

La primera película, Dr. No, reunió una gran cantidad de dinero en taquilla. Incluso en el extranjero logró un gran éxito. El presidente Kennedy solicitó una proyección privada en la Casa Blanca.

Le siguieron rápidamente otros éxitos: From Russia with Love ("Desde Rusia con Amor") en 1963, Goldfinger en 1964, Thunderball ("Operación Trueno") en 1965 y You Only Live Twice ("Sólo se vive dos veces") en 1967.

Fue un trabajo agotador y a veces, peligroso.

En un momento, lo arrojaron a una piscina llena de tiburones con sólo una pantalla de polimetilmetacrilato que lo protegía. Cuando una de las criaturas logró atravesarla, Connery hizo la más rápida de las retiradas.

Cuando completó You Only Live Twice, Connery ya estaba cansado de los papeles de Bond y temía que lo encasillaran.

Rechazó actuar en On Her Majesty's Secret Service ("Al servicio secreto de su Majestad") y el actor australiano George Lazenby obtuvo el rol, pero recibió tantas críticas, la mayoría no tan positivas, que no quiso participar en otro film. La carrera de Lazenby jamás tendría otro momento estelar como el que le ofreció la franquicia James Bond.

Finalmente, Saltzman y Broccoli lograron convencer a Connery de que regresara como el agente 007 en Diamonds Are Forever en el año 1971, cediendo a la demanda del actor de que le pagaran la cifra récord de US$1,25 millones.

Connery utilizó ese dinero para establecer el Scottish International Education Trust, que apoya las carreras de artistas emergentes de su natal Escocia.

La película recibió críticas mixtas y algunos se quejaron de que utilizaba demasiado el humor camp, una corriente que su sucesor, Roger Moore, continuaría y desarrollaría.

Nunca digas nunca

Habiendo perdido mucho dinero en un acuerdo de tierras en España, Connery aceptó una muy buena oferta para volver a interpretar a Bond, en Never Say Never Again.

Esta vez el agente 007 era un héroe envejecido; mayor, más sabio y autocrítico, pero tan duro como una piedra.

El título fue sugerido por la esposa de Connery, quien recordó que su marido había jurado "nunca volver a interpretar a Bond".

Continuó aceptando otros papeles y ganó un Bafta por su interpretación de Guillermo de Baskerville en The Name of the Rose ("El nombre de la rosa").

Un año después, su actuación como un policía irlandés cansado del mundo en "Los intocables" le valió un Oscar como mejor actor de reparto.

Exilio

Siempre odió el estilo de vida de Hollywood: prefería jugar al golf en sus casas en España, Portugal y en el Caribe con su segunda esposa, Micheline Roqubrune, una artista que había conocido en Marruecos.

Su matrimonio anterior, con la actriz australiana Diane Cilento, había terminado en 1975 en medio de acusaciones de que había sido violento con ella. Tuvieron un hijo, el actor Jason Connery.

A pesar de su exilio, siempre mantuvo una intensa pasión por su natal Escocia.

Atribuía sus "cambios de humor" a sus genes celtas. "Mi opinión es que para llegar a cualquier parte de la vida hay que ser antisocial", dijo una vez, "de lo contrario, terminarás siendo devorado".

Afortunadamente, ya ha pasado cierto tiempo desde que el agente 007 favorito de la crítica le dio una nalgada a una mujer. Pero la actuación de Connery trascendió, fue disfrutada por millones de personas de ambos sexos y le dio a la gran pantalla un ícono del siglo XX.

Deja tras de sí un cuerpo luchador del que cualquier actor estaría orgulloso, pero también deja una vacante para el título de "mejor escocés vivo".





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