A pesar de que la profundidad de los efectos no se podrán conocer hasta que pase la pandemia, los estados confían en llegar antes a los niveles precrisis que anteriores etapas de recesión.
Referencial/ abc.es
Jorge Aguilar
El panorama económico tras la pandemia del coronavirus no se presenta alentador. Todos los países se ven dañados por la parada total o en parte de actividad que se han visto obligados a realizar para parar la propagación del virus. Una crisis sin parangón por su impacto y, sobre todo, por el corto espacio de tiempo en el que se ha producido, dejando a los países casi sin capacidad de reacción. Aunque la profundidad de las consecuencias no se podrán conocer hasta que no avancen los días, después de un inicio de hundimiento, los estados confían en que la recuperación se produzca más rápidamente, en unos más que otros.
El FMI estima que el impacto del coronavirus en la economía es peor que el sucedido en la crisis de 2008. El organismo calcula que cada mes que por cada mes de confinamiento el PIB mundial cae 3 puntos. Por su parte, la OCDE calcula que el impacto de esa misma relación es de dos puntos. Sea como fuere, cientos de miles de millones que pierde la economía mundial. Por ello, los distintos bancos centrales han modificado sus estrategias de política monetaria para insuflar liquidez a la economía y tratar de paliar los efectos del Covid-19 en las cuentas de los países.
Por supuesto, de esta crisis España no sale indemne. Nuestro país sufrirá para recuperarse debido a su alta dependencia al turismo y al sector servicios, los últimos que se espera que recuperen la normalidad, pero aun así se prevé que la recuperación sea más rápida que en la última crisis. Así, se esperan más ayudas por parte de Bruselas. Ya sea en forma de eurobonos, llamados ahora coronabonos; es decir, bonos de deuda conjunta de los países de la UE compuestos compuesta a su vez por los distintos bonos nacionales. Una opción que parece lejana de concretarse por la oposición de países como Países Bajos. Por tanto, la opción que fuerza ha cobrado es la disposición del fondo de rescate, dotado con 400.000 millones de euros.
Y es que se espera que nuestro país sufra la mayor caída del PIB desde la posguerra, según un informe de Freemarket. Los cálculos que han realizado este, Funcas, BBVA Research y la Fundación Rafael del Pino estiman que en estos dos primeros trimestres se destruirían desde 36.000 millones hasta 98.000 millones. Un desmoronamiento del tejido productivo que conllevará un gran impacto en el empleo, se esperan peores datos este abril por la letra pequeña de los ERTE y el cierre de pequeñas empresas, y que tensionará aún más la deuda española, que roza el 100% del PIB.Pese a ello, las agencias de calificación mantienen sus estimaciones con España. Así, la agencia de rating granadina Axesor, por ejemplo, ha mantenido su calificación a España en A aunque espera que este año haya una caída del PIB del 5,5% que el año próximo crecerá, eso sí, un 5,9%. Si bien es cierto que el déficit está por encima del que tenía España en 2007, cuando arrancó la crisis, Axesor recuerda que la deuda de familias y empresas ha bajado frente a entonces, además de que la economía española ahora mismo lleva seis años financiándose del resto del mundo, con superávit exterior. En esta ocasión, España saldrá de esta crisis, según Axesor, con un déficit del 5% y una deuda del 103%, escenarios que también contempla Funcas.
La gran clave es el turismo, motor del PIB español que representa casi un 13% de su valor y que está muy vinculado a la demanda exterior. Freemarket recuerda que las estimaciones de pérdidas en el sector alcanzan los 60.000 millones de euros y McKinsey proyecta su recuperación, en todo el mundo, en el primer trimestre de 2021 o finales de 2020, por lo que la campaña de verano está perdida.
Los hábitos de consumo y la propia economía cambiarán y habrá sectores como la hostelería que se resientan más que otros. «Lo mas probable es que la recuperación sea gradual. Van a cambiar nuestros hábitos y patrones de conducta y consumo, y eso va a afectar a la economía. La gente va a tomar muchas más precauciones a partir de ahora. Va a haber sectores que van a tener un auge, como nuevas tecnologías, consumo de ocio, plataformas, venta online... en detrimento de otros como el turismo que irán a la baja. En algún momento se recuperará, la cuestión es cuánto y hasta qué nivel», explica responsable de análisis económico de BBVA Research, Rafael Doménech.
Prueba de ello es cómo la situación de confinamiento ocasionada por la crisis del Covid-19 ha tenido impacto en los comportamientos de compra. Así, según Kantar, uno de cada dos españoles declara que ha comprado menos en tiendas físicas (un 20% a nivel global), mientras que un 16% ha comprado más online (casi el doble que a nivel mundial). Sin embargo, la intención de compra online a futuro es inferior en nuestro país respecto a la media global (18% frente a 32%). Aun así, hay que recordar que la compra online apenas tenía una penetración en España en torno al 2%, por lo tanto se espera que este dato crezca tras la crisis. Mientras, durante estos meses de confinamiento el 51% de españoles opinan que en el próximo mes su nivel de compra online se va a mantener como en la actualidad.
Este crecimiento del online conlleva que las tiendas físicas sean las grandes perdedoras de los cambios producidos por la pandemia. Según un estudio de Oliver Wyman, en China, el 60% y el 70% de ellos han comprado menos en hipermercados, supermercados, tiendas de conveniencia y mercados tradicionales a pie de calle. Tras superar la crisis, «los comercios han reabierto en China, pero no se ha vuelto a la normalidad en cuanto a la presencia de ciudadanos en las tiendas ya que hay miedo a un rebrote», indica el estudio.
Por último, si bien casi todos los organismos coinciden en señalar que la recuperación en forma de U es la más probable, algunos alertan de un escenario más adverso, con un estancamiento después de la recesión o una «recuperación» en forma de L, como señala Freemarket. «Salvo la aparición de una vacuna anti Covid-19 en un breve espacio temporal o algún otro shock positivo inesperado, la economía nacional sufrirá una severa recesión de un alcance y una duración difíciles de prever», sentencia.