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Reportajes | 13/06/2019   08:55

Minería contamina represas Incachaca y Milluni, que proveen de agua a La Paz y El Alto, y amenaza la salud de la población

Las actividades mineras que se desarrollan en las cercanías de las represas Incachaca y Milluni, muchas de ellas de tipo cooperativizado, son difíciles de controlar.

El agua de La Paz y El Alto está contaminada, dicen algunos estudios

Brújula Digital 13|6|19|
Maite Lemus

Diversas empresas mineras están contaminando las represas Incachaca y Milluni, que proveen el agua que consumen las ciudades de La Paz y El Alto, según estudios especializados realizados recientemente.

Ello implica que metales pesados llegan al agua que consumen los paceños y alteños, causando problemas que pueden ir desde ocasionar enfermedades como el cáncer o problemas gástricos, hasta dolores de cabeza y otros. Se vierten en las aguas minerales como arsénico, mercurio, cadmio y plomo, que ocasionan enfermedades.

En el caso del arsénico, que es altamente nocivo, el país permite su presencia de hasta 100 microgramos por litro, es decir 10 veces lo recomendado por la OMS. Este es un récord mundial de autorización de la presencia de un metal tan tóxico para la vida de las personas y los animales.

Las actividades mineras que se desarrollan en las cercanías de las represas Incachaca y Milluni, muchas de ellas de tipo cooperativizado (es decir “informal”), son difíciles de controlar y de hecho incumplen las normas del tratamiento de agua. El gobierno les ha permitido actividades a las cooperativas mineras en todo el país.

Pablo Villegas, responsable de investigación del CEDIB, explicó a Brújula Digital que las represas que proveen agua potable a La Paz y El Alto están dentro de una “franja minera activa”.

En la represa de Incachaca, por ejemplo, el cerro está lleno de socavones. “Hay un gran movimiento, el cerro está lleno de socavones, no es una pequeña empresa sino varias, se ven palas, volquetas, maquinaria y en el lecho mismo de la represa tienen sus depósitos de combustibles y parqueos”, expresó Villegas.

Cuando el CEDIB denunció este problema, Villegas contó que el Ministerio de Minerías respondió que las empresas no procesan el mineral en la represa de Incachaca y que se lo llevan a otra parte. “Eso muestra una ignorancia impresionante respecto a las fuentes de contaminación del agua porque no necesitan procesar ahí para contaminar las aguas, porque que la lluvia se encarga de llevar la carga minera (el movimiento de tierras) a la represa”,

Por otra parte, la represa de Milluni, que provee agua al norte y centro de La Paz y a parte de El Alto, está muy contaminada porque le ingresa agua de un dique de colas (infraestructura que almacena los sólidos remanentes del tratamiento del mineral).

“El problema es muy serio porque la represa está a una corta distancia del dique de colas, tiene un canal y una compuerta que están abiertos, sale el agua y entra a la represa; las corrientes entran porque hay un montón de filtraciones y otras emanaciones de aguas de mina que se ha canalizado hacia la represa”, explicó.

“Ese dique de colas lo estaban ampliando (hacia arriba) y ello será aún peor porque la carga minera será mayor y filtra toda el agua hacia abajo, hacia la represa”, contó.

María Eugenia García, exvicedecana de la Facultad de Ciencias Puras de la Universidad Mayor de San Andrés, contó a Página Siete que investigadores establecieron que la contaminación es atribuible principalmente a más de 70 años de explotación minera en la zona.

“La represa de Milluni corresponde a una operación minera que data de hace muchos años. Se ha venido explotando polimetálicos, es decir, zinc, plomo, plata. También hay níquel, wolfram y, por supuesto, bastante hierro. Por la composición geológica de la mineralogía de la zona hay bastantes sulfuros, sulfatos. (…) Estas minas han operado sin control ambiental porque en ese entonces no había una reglamentación”, explicó.

Estos residuos venenosos aumentan exponencialmente la predisposición a problemas gástricos y de la piel, afectan al sistema nervioso, al hígado y los riñones, provocando cáncer y otras enfermedades, expresó hace poco el columnista Alfonso Gumucio. “De nada sirve hervir el agua porque, aunque se eliminen bacterias y partículas fecales, no evita los residuos minerales”, dijo. 

Norma transitoria y récord mundial

La norma boliviana NB512 establecía los parámetros y límites establecidos por la OMS de presencia máxima para diferentes metales. Sin embargo, el año 2000, como el país no logró mantenerse dentro de esos límites, estableció una norma “transitoria” que autoriza que se sobrepase los límites establecidos internacionalmente.

“En Bolivia tenemos un récord mundial en ello”, dijo Villegas. “La OMS fija 10 microgramos de arsénico por litro, pero la norma transitoria sube esa cantidad a 100 microgramos”. No hay país que permita esas cantidades, contó.

En Bangladesh hubo una gran polémica al hallarse pozos de agua con 50 microgramos de arsénico por litro y eso se conoció como un caso de envenenamiento generalizado y masivo de la población.

El gobierno no hace nada

Este problema es muy grave y preocupante para todos, pero el gobierno no hace nada ante esta situación. “Este argumento debería bastar en cualquier país para parar el problema, que es grave”, expresó Villegas.

Aparte de que el Ministerio de Minería trató de restarle importancia al problema diciendo que había poca actividad minera y que no se procesa el mineral en el lugar de la represa, ni el ministerio de Salud ni el municipio no dice nada.  

El investigador contó a Brújula Digital: “cuando presentamos esta denuncia el año 2016 e hicimos los mapas de concesiones mineras, utilizamos el catastro del 2014 y el Ministerio de Minería nos dijo que estábamos utilizando un catastro pasado y que podíamos haber pedido el último catastro (2015), de manera que lo solicitamos. Pero nos lo han negado”.

El investigador recordó que la Constitución Política del Estado dice que los recursos mineros son propiedad del pueblo. Pero las autoridades están actuando como si el país fuera ocupado por una fuerza extranjera.

Agregó que si hubiera un gobierno realmente preocupado por esta situación, lo que tendrían que hacer es parar toda actividad minera cerca de las represas y buscar fuentes de agua más arriba para encontrar agua limpia. Nada de eso está en los planes del oficialismo.





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