Para la celebración del 34 aniversario de la creación de la ciudad, que antes de ello era una zona de la ciudad de La Paz, Brújula Digital hizo un recorrido por esa urbe alteña.
Brújula Digital |6|3|19|
Maite Lemus
Tráfico infernal, desorden, oportunidades de trabajo, creatividad, comercio caótico, inseguridad ciudadana. Todas esas características están presentes en la ciudad de El Alto que, con un millón de habitantes, es la segunda más populosa del país después de Santa Cruz.
Para la celebración del 34 aniversario de la creación de la ciudad, que antes de ello era una zona de la ciudad de La Paz, Brújula Digital hizo un recorrido por esa urbe alteña con el propósito de conocer la opinión de vecinos, comerciantes y transportistas sobre lo mejor y lo peor que ofrece la ciudad.
Al salir de la estación amarilla del teleférico que se encuentra en la Ciudad Satélite de El Alto, existe un sector de venta de jugos de fruta fresca o hervidos, vitamínicos y comida. Muchas personas y familias enteras van a comer allí.
Doña María vende allí desde hace dos años jugos hervidos de piña, lima, durazno y mocochinci, entre otros. Contó que gracias al teleférico ha aumentado la cantidad de clientes. “Lo que ganamos nos alcanza para dar comida y para el recreo de los niños, uno tiene que quedarse hasta vender todo, a veces se acaba temprano o a veces tarde”, dijo. “Yo trabajo generalmente de lunes a domingo”, expresó, con pocas oportunidades de breves vacaciones.
La señora considera que no se ven mejoras en El Alto. “Para mí la alcaldesa Chapetón no ha hecho nada, por ejemplo las calles tienen huecos, todos es lleno de tierra. Aquí no hay nada, sólo hay pura tierra, no es como en Cochabamba, que hay lindos parques, a mis hijos los llevo a jugar cuando se puede viajar”, señaló María.
La ciudad de El Alto puede ser concebida como la más joven y de mayor crecimiento de Bolivia, ya que, según proyecciones del Instituto Nacional de Estadística de Bolivia (INE), pasó tener una población de menos de 30 mil personas en 1960 a tener alrededor de un millón de habitantes en la actualidad, recordó CEDLA.
La mayor parte de su población es indígena, específicamente de origen aymara. Gran parte del crecimiento poblacional de El Alto se debe a la migración proveniente del altiplano paceño. Una de las más importantes razones por la que cientos de miles de personas han migrado es la búsqueda de oportunidades de trabajo y el hecho de que esta ciudad es la antesala a la ciudad de La Paz.
Entre las motivaciones para la búsqueda de oportunidades se encuentran lograr mejores condiciones de vida y las consecuencias del cambio climático, que obliga a campesinos e indígenas a migrar hacia las urbes en busca de trabajo.
Villa Dolores, uno de los mercados de El Alto
En las calles 4 y 5 de Villa Dolores se encuentra un importante sector de venta de frutas y verduras al que gran cantidad de vecinos alteños acuden para hacer sus compras.
La señora Zenobia, que vende manzanas, uva y kiwi desde hace cuatro años, contó que la venta se ha reducido en años recientes en ese lugar. “Salimos a vender toda la semana, pero viernes y sábado no más se vende algo”.
“Ya no es lo mismo, antes había buena venta, ahora hay mucha competencia. En la Ceja venden y aquí ya no vienen las personas a comprar y tenemos que estar luchando para pagar el alquiler, murió la venta”, expresó.
Zenobia se quejó del tráfico vehicular, que es una queja constante de la mayoría de la gente. “Incluso a nosotros nos dicen que perjudicamos con lo que vendemos en la calle”, contó. Expresó que le gusta ir a comer chicharrón a Senkata, pero que precisamente el tráfico hace muy largo el trayecto.
Por otra parte, doña Petrona, que tiene su tienda de venta de fideos en la calle 5 de Villa Dolores, contó que lo que más le gusta de El Alto es el teleférico y Ciudad Satélite. “Me gusta mucho el teleférico porque nos beneficia a todos, pero lo malo de El Alto son las trancaderas, es muy lleno”, dijo Petrona.
El valor del teleférico
Mileicy, una vecina de la ciudad, coincidió con doña Petrona respecto al teleférico. “El Alto está progresando poco a poco, tenemos el teleférico, estamos esperando la inauguración de la línea plateada y ojalá haya más líneas en lugares muy alejados de la ciudad”, dijo a Brújula Digital.
Agregó que lo que más le gusta de la ciudad es la Feria 16 de Julio. Lo malo, afirmó, es la inseguridad ciudadana y el congestionamiento vehicular. “Hay mucha trancadera por las mañanas y no hay policías que controlen, por otro lado, hay mucha inseguridad, es muy peligroso en las noches, hay muchos ladrones”, contó.
Otra de las vecinas de la urbe, Noelia, destacó de igual manera al teleférico, pero más se enfocó a la opinión negativa que tiene en la ciudad: “lo peor de la ciudad son las calles, están llenos de baches, hay mucho tráfico, los semáforos en algunos lugares no funcionan y el asentamiento de puestos en cualquier lado ocasiona trancaderas”.
Mabel, otra vecina, recordó que entre los problemas está el deficiente servicio de recojo de basura debido a la falta de contenedores y debido a eso las personas botan los desechos “en las calles y todo es sucio”.
Finalmente, Bryan dijo que una de las obras que se puede destacar es la “pasarela del arquitecto”, que se encuentra al inicio de la Ceja, un lugar estratégico que conecta a varios lugares. “Las autoridades están dejando al azar el crecimiento de la ciudad, pero poco a poco está desarrollándose”, dijo.
Lo que le molesta de El Alto a Bryan es el congestionamiento vehicular, sobre todo en la Ceja, y la inseguridad ciudadana que tiene el lugar.
Dificultosas oportunidades de empleo
La estabilidad y el crecimiento económico que ha vivido el país permitió la creación de nuevas empresas en el municipio alteño durante el periodo 2006-2016. En 2005 había tan sólo 1.696 empresas, informó el Ministerio de Economía, cifra que subió a 23.150 actualmente.
En El Alto destacan la manufactura, la construcción, el comercio, el transporte y los servicios como las actividades económicas principales. Si bien el desempleo abierto es relativamente bajo, de alrededor del 10%, el 78% de los empleados está conformado por el empleo familiar, cuenta propia y talleristas, mientras la “precariedad laboral extrema” asciende a un 63%, expresa un informe de CEDLA. Ese es el porcentaje más alto del país.
La informalidad afecta a casi toda la población, con un pequeño porcentaje de empleados formales.
Adicionalmente, la encuesta revela que en 2008 la manufactura representaba el sector que generaba mayores oportunidades de empleo, y que el trabajo por cuenta propia en emprendimientos familiares es una de las más importantes estrategias laborales. En términos de género, el comercio es el sector donde más participan las mujeres y este trabajo por cuenta propia se desarrollaría como emprendimientos familiares (Ver cuadro)
Entre las barreras más recurrentes al crecimiento podríamos mencionar a una mala administración municipal, inestabilidad política, instituciones débiles, infraestructura deficiente, un débil sector
CEDLA considera que a pesar del crecimiento que ha experimentado la ciudad de El Alto en los últimos años, es evidente la necesidad de impulsar el aumento del sector productivo de la ciudad como parte de un esfuerzo por diversificar su estructura económica.
El crecimiento en el sector productivo estaría correlacionado al aumento de la demanda de mano de obra calificada y semicalificada. Esto presenta un reto para la ciudad ya que no existe una oferta de profesionales técnicos que puedan ser absorbidos por los sectores industriales y de servicios calificados.