Desde la asfixia económica hasta los ataques de poderosos, los desafíos que día a día este periódico enfrenta con una agenda propia. El salto digital y el gran desafío de reinventarse en la crisis.
1 Nacer a contracorriente
No fue fácil. En medio de un pronóstico negativo y contexto político complicado, un 24 de abril del año 2010, Página Siete nació a contracorriente. Desde un principio, este medio optó por el pluralismo y la independencia a prueba de todo.
Su director fundador, Raúl Peñaranda, recuerda que cuando Página Siete vio la luz, hace ya una década, un ministro de entonces vaticinó que el periódico paceño “no llegaría a los seis meses”. Tal vez esa predicción no sólo era un deseo personal, sino resultado de un análisis objetivo: la crisis por la que atraviesan los medios de comunicación, en especial los medios escritos en el país y en el mundo, no alienta esperanzas.
A este escenario con pocos augurios para la supervivencia se sumaron las condiciones de asfixia económica impuesta por la ausencia deliberada de la propaganda gubernamental (millonaria para otros medios) durante el gobierno de Evo Morales.
Pero, como suele suceder, en las crisis se encuentran las oportunidades y Página Siete halló la suya echando mano del único patrimonio que tienen los periodistas: convicción por el oficio y valentía.
2 Los ataques sin piedad
Desde los primeros años de Página Siete, los poderosos de turno embistieron sin descanso a la redacción de este medio. Su exdirector, Raúl Peñaranda, dio un paso al costado y renunció para evitar más ataques.
“El Gobierno nos atacaba muy duramente y yo creí necesario renunciar a la dirección porque pensé que era lo mejor para el periódico. El gobierno se obsesionó conmigo y las críticas y las presiones eran muy frecuentes. A raíz de un titular sobre la excomunión de cuatro ministros, que la Iglesia consideró errado, el gobierno volvió a la carga contra nosotros y yo pensé que era el momento de dar un paso al costado, pese a que mantengo la idea de que el titular era correcto, basado en una declaración de un portavoz de la Conferencia Episcopal. Mi renuncia lo que buscaba era que la presión contra Página Siete se redujera, y creo que ello se cumplió en un primer momento, aunque no por mucho tiempo, como es de conocimiento público”, recuerda Peñaranda.
3 Periodismo de investigaciónDesde su nacimiento, Página Siete marcó la agenda nacional en todas las áreas periodísticas. El destape de la corrupción en el Fondo Indígena, las mafias de la Caja Nacional de Salud, la compra de las barcazas chinas que nunca llegaron al país, la truculenta historia del fiscal Humberto Quispe, la compra irregular de tres taladros para YPFB y la situación ilegal del padre del exministro de Gobierno, Jorge Pérez, corrieron por cuenta del periódico.
Este diario, además, luego de salir a la luz el caso de Gabriela Zapata, la exnovia de Evo Morales, centró sus esfuerzos periodísticos en los contratos suscritos con la empresa china CAMC. También hizo recorrido inédito hasta entonces por el TIPNIS y destapó después el caso Neurona.
“La investigación a profundidad ha sido uno de los pilares de Página Siete desde su fundación y prueba de ello son los reportajes, sostenidos y premiados, que han destapado casos como las barcazas chinas, el Fondioc, la injusta detención del médico Jhiery Fernández por la muerte del bebé Alexander, entre muchos otros”, explica Liliana Carrillo, jefa de productos especiales e innovación de este medio.
“En el objetivo de mantener la calidad de estos trabajos Página Siete ha creado #P7 investiga, un departamento que ya ha lanzado varios dossiers sobre temas como la situación precaria de los hospitales en Bolivia, el drama de los pacientes con cáncer, la realidad de niñas obligadas a ser madres, el ataque ambiental a ríos, el riesgo de la gestión de la basura, entre otros”, cuenta Carrillo.
Todo esto -añade- ha sido y es posible gracias a alianzas estratégicas con instituciones como la Fundación para el Periodismo, Conectas, Mongabay Latam, entre otras, que apoyan el trabajo periodístico y lo impulsan. Aún están en puerta varios dossiers listos para abordar una realidad cada vez más compleja.
4 La arremetidaEl gobierno de Evo Morales se ensañó con Página Siete como no lo hizo con ningún otro medio de comunicación. Esta situación no desalentó al equipo periodístico, más bien dio una señal para saber que se seguía el camino correcto, el camino que tiene como premisa: un medio de comunicación sólo justifica su existencia si adopta una posición crítica y de fiscalización frente al poder.
En 2016, el entonces ministro del gobierno de Morales, Juan Ramón Quintana, fue interpelado en el Legislativo sobre el caso CAMC-Zapata. En ese acto, denunció que el Ejecutivo sufrió un “golpe mediático-político” y habló de la existencia de un supuesto cártel que estaba compuesto por Página Siete, Erbol, ANF y El Deber. Meses después, el Gobierno ordenó la realización del documental El cartel de la mentira.
“Tal vez los momentos más difíciles que viví al frente del periódico fueron en los que debí hacer frente, junto con mis colegas del diario, a las amenazas del poder. Recuerdo cuando el presidente Evo Morales agitaba un ejemplar del periódico en las conferencias de prensa o en sus comparecencias por televisión, señalándonos como ‘el enemigo del pueblo’, o cuando García Linera se explayaba en el Power Point para desacreditarnos”, recuerda el exdirector Juan Carlos Salazar.
“Cada éxito periodístico venía acompañado de una amenaza, como ocurrió cuando develamos el fraude del Fondo Indígena. Los afectados amenazaron de muerte a la periodista que hizo la investigación inicial, y al periódico, con quemar sus instalaciones. No fue fácil, pero resistimos”, añade.
5 El avance comercial
En los últimos años y gracias a un equipo dedicado, Página Siete dio un salto en el área comercial. Nadia Diab, ahora gerente de Desarrollo de Negocios del periódico, recuerda que armar el departamento comercial del periódico fue una tarea titánica. “Fue un reto muy grande porque al principio no se pudo contratar mucha gente, tuve que trabajar con gente que ya estaba haciendo algo más en el periódico. Básicamente comenzamos con tres personas (…) Poco a poco cuando el tema ya se estabilizó, comenzamos a crecer”, dice y comenta que ahora esta área ya cuenta con ocho personas.
Diab cuenta que a diferencia de los departamentos comerciales de otros medios, Página Siete debía enfrentar el veto del ministerio de Comunicación del anterior gobierno y no tenía publicidad estatal. “Pero en el ámbito comercial (de las empresas) había apoyo debido al excelente producto periodístico”, explica.6 El salto digital
El crecimiento del sitio web de Página Siete no se ha detenido desde su creación. Según el jefe de redacción del portal digital de este periódico, Juan Carlos Véliz, desde el 1 de enero hasta el 21 de abril de 2020, se registraron 7,9 millones de visitas a la página web.
“Esto significa que el medio está creciendo a un ritmo esperado”, explica. “La tendencia, según las métricas del mismo periodo, indica que la incidencia es alta en cuanto a nuevos usuarios cuyas edades oscilan entre 25 y 45 años en una mayoría”, añade.
¿Cuántos lectores digitales visitan Página Siete? “Las cifras son variables, pero si hablamos de mediciones por día se registran hasta 400 mil visitas”, explica Véliz. “Estamos presentes en todas las redes sociales que se usan en Bolivia y en los países donde tenemos más seguidores: Facebook, Instagram, Twitter, Youtube y Tik Tok”, agrega.
En Facebook, Página Siete tiene 703,7 seguidores y continua en crecimiento. “La red social más nueva a la que hemos incursionado es Instagram con 69 mil seguidores hasta el miércoles”, explica. “En YouTube nuestra apuesta es consolidar productos propios como documentales y en Tik Tok estamos apostando a nuestros lectores más jóvenes. También tenemos grupos de difusión de nuestros contenidos en Telegram y WhatsApp”, agrega.
La mayor cantidad de lectores del periódico digital está en Bolivia (74%), seguida de Estados Unidos, Argentina, España, Perú, Chile y otros países.7 Influencia
Desde su fundación, Página Siete trabajó incesantemente con un periodismo independiente para alcanzar la confianza y la credibilidad de la gente. Y así fue y así es. En los últimos años este medio se consolidó en la influencia y en la agenda mediática del país.
“Siempre digo que la vara que dejaron los exdirectores de Página Siete, Raúl Peñaranda –fundador de Página Siete- y Juan Carlos Salazar –un maestro del periodismo-, era muy alta para mí como directora, por ello nuestra apuesta ha estado concentrada en la innovación y el fortalecimiento de nuestro emprendimiento periodístico. De modo que en estos años, nos hemos concentrado en impulsar especialmente nuestro portal y nuestra presencia en redes sociales, llegando a ser el tercer medio con mayor audiencia en el país (con un promedio de 3, 5 millones de visitas únicas mensuales a la fecha). Nuestra apuesta digital es el sello que marca el crecimiento y la consolidación de Página Siete como uno de los principales medios del país”, dice Isabel Mercado, directora de Página Siete.
Mercado destaca también el lanzamiento de Rascacielos, la primera revista de crónica periodística en un medio generalista en Bolivia. “Y hemos dedicado esfuerzos a proyectos editoriales propios con seis libros publicados con el sello de Página Siete, entre ellos, Cabalgata sin fin (a los 50 años de la incursión del Che Guevara en Bolivia), Prontuario (una reivindicación de la crónica policial nacional y que estuvo entre los libros más vendidos en el país) y recientemente La revolución de las pititas (sobre los hechos que llevaron a la caída del presidente Evo Morales)”, explica.
Todos los días, el equipo de este diario trabaja sin descanso por ofrecer a sus lectores temas propios y este esfuerzo se refleja en su liderazgo al determinar la agenda nacional. “Creo que Página Siete logra marcar agenda por dos motivos. Uno, porque se desmarca de la coyuntura y trabaja temas propios, los investiga y los publica sin ningún tipo de censura. Dos, porque es un medio independiente y la gente lo sabe, por eso recurre a Página Siete para dejar su denuncia y nosotros la procesamos. Los periodistas descubren cosas por su cuenta, pero es la gente la que nos envía documentos, audios, videos o nos confía su testimonio”, explica la subdirectora de este medio, Mery Vaca.8 Los libros, otros logros
Sin perder el norte del periodismo diario, Página Siete entiende que hay historias de largo aliento, que merecen una lectura sostenida. Por ello ha apostado por la crónica y el reportaje en la publicación de siete libros. Y vienen más.
En 2016 lanzó La ruta del dragón chino: el caso CAMC, que es un recuento de los contratos (y sus irregularidades) suscritos por esta empresa china de la cual la exnovia de Evo Morales fue ejecutiva. Le siguió, en 2017, Che: una cabalgata sin fin, la historia del paso de este mítico guerrillero por Bolivia escrito en forma de crónica por periodistas y colaboradores de este diario.
También sello de Página Siete está en: El Che: miradas personales, con apoyo de Plural y el Clásico literario, con el de Editorial 3.600.
En 2018 vio la luz Prontuario, casos de la crónica roja que conmocionaron a Bolivia, editado por 3.600 e íntegramente escrito por periodistas de Página Siete. Fue un éxito de ventas y lanzó una segunda edición en 2019.
El año pasado, este medio lanzó el libro de crónicas La Revolución de las Pititas, un recuento periodístico sobre las jornada de octubre y noviembre que mereció dos ediciones que ya están agotadas.
9 Crisis y reinvención“La paradoja de haber resistido durante casi 10 años al asedio del Gobierno del MAS y no haber podido salir con nuestras ediciones regulares el día de la renuncia de Evo Morales y los cuatro días siguientes por las amenazas a nuestra Redacción, significó plantearnos la posibilidad de ser un medio únicamente digital. Esta experiencia nos ha ayudado mucho al enfrentar la emergencia sanitaria y la consecuente cuarentena estricta, que ha impedido nuevamente que podamos llegar a nuestros lectores con el periódico de papel. A pesar del impacto económico que esto representa para Página Siete, hemos organizado en equipos para cubrir prácticamente las 24 horas del día en nuestras plataformas digitales, a la vez que preparamos diariamente una versión de papel digital en PDF para nuestros fieles lectores de la edición impresa”, explica la directora de este medio, Isabel Mercado.
“Esto representa un gran esfuerzo para el equipo de periodistas, pero estamos conscientes que nuestros lectores nos necesitan hoy más que nunca; ellos nos han recompensado con su apoyo, pues nuestra audiencia no para de crecer”, agrega.
10 Desafíos
“Ahora se viene una etapa nueva de consolidación de nuestra apuesta al periodismo digital con el lanzamiento de nuestra App”, adelanta la directora. Y estos nuevos vientos de cambio vienen de la mano del compromiso, la pluralidad y la independencia que caracterizan a Página Siete.
El periódico seguirá en su tarea de investigar, preguntar e incomodar a los poderosos.
“La independencia y el pluralismo son los principales valores del periódico Página Siete y los ponemos en práctica a diario, por eso, hemos sido un medio incómodo para el gobierno de Evo Morales y lo estamos siendo también para el gobierno de Jeanine Añez. Donde vemos corrupción, autoritarismo o excesos, lo denunciamos. Preguntamos sobre eso, generamos agenda y, de esa manera, damos un servicio a la sociedad. La esencia de un medio de comunicación es la fiscalización al poder y no podemos abstraernos de eso”, reafirma la subdirectora de este medio, Mery Vaca.