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Política | 04/03/2024

|OPINIÓN|Mi respuesta a MacLean, ¿La Paz agoniza?|José Luis Bedregal|

|OPINIÓN|Mi respuesta a MacLean, ¿La Paz agoniza?|José Luis Bedregal|

Brújula Digital|04|02|23|

José Luis Bedregal V.

Bajo el título de “La Paz agoniza”, Ronald MacLean, el exalcalde de La Paz, lanzó una serie de criterios, algunos de los cuales, por tirados de los cabellos, más parecen un burdo intento propagandístico destinado a darle una mano a su antiguo correligionario, Iván Arias, actual alcalde de la sede de Gobierno y afectado por una tormenta de críticas por la deficiente gestión que encabeza.

Con esa finalidad, luego de tender un manto de reminiscencias haciendo alusión a grandes alcaldes que La Paz tuvo en el siglo pasado, procede a atacar con fiereza, pero sin verdad, a la gestión de Sol.bo que comandó Luis Revilla Herrero, culpándolo de una supuesta “destrucción física” de una ciudad que “se cae a pedazos”.

Todo haría pensar que se trata de un momento de confusión de MacLean pues es difícil creer que no esté enterado de que justamente en las gestiones de Revilla, La Paz fue reconocida y premiada a nivel internacional por sus programas exitosos orientados justamente a la prevención de riesgos, hoy talón de Aquiles de la actual y sin los cuales la ciudad estaría viviendo una verdadera catástrofe ante la falta de obras de prevención y tareas de mantenimiento.

No sobra señalar que los desastres en la ciudad no son sólo consecuencia de las inclemencias del tiempo y la difícil geografía de nuestra urbe sino también de la irresponsabilidad y la ineficiencia de sus autoridades, como es el caso del hundimiento de la Avenida 20 de Octubre y la demolición irregular de una casa patrimonial de nuestra ciudad; o la construcción de edificios ilegales, cuyos propietarios tienen una relación casi íntima con jerarcas de la actual Alcaldía.

Tan contrariada llega a ser su mirada que no recuerda o no reconoce la ciudad que dejó Revilla (tal vez porque hace mucho que no vive en La Paz), con majestuosos puentes que unen laderas y que se constituyen en magníficas obras arquitectónicas que enorgullecen a los residentes de esta urbe y llenan de admiración a sus visitantes.

Al parecer tampoco se enteró de los pasos a desnivel que la gestión de Sol.bo le dejó a la ciudad y que han aportado a la fluidez del tráfico y que conjuntamente a varios otros programas hicieron que La Paz gane el título de “La Paz, ciudad maravilla”, convirtiéndose en líder en desarrollo urbano, aspecto que nadie pudo negar en su momento.

Ni qué decir de los servicios municipales de calidad, que para MacLean son poca cosa: los modernos y equipados hospitales de segundo nivel, que fueron y siguen siendo los mejores del país; el programa de cultura ciudadana y el plan estratégico de culturas, que impulsó el quehacer artístico en la metrópoli como nunca antes había ocurrido en La Paz.

Respecto a la institucionalidad, que Arias destruyó desde que asumió la Alcaldía, el exdirigente de ADN dice que no fue fortalecida y que no dotó de una visión que oriente su futuro, ni de “una política municipal que evite el desastre al que se ha llegado hoy”. Qué extraño que habiendo tantas facilidades para acceder a documentos institucionales a través de internet MacLean no se haya tomado la molestia de leer el plan integral “LA PAZ 2040” (https://sitservicios.lapaz.bo/resultadosplan2040/plan-integral-la-paz-2040.html) que contiene una visión de largo plazo y una estrategia de desarrollo en base a seis ejes articuladores, construidos de manera participativa con las principales instituciones técnicas y sociales de la paceñidad.

Habla de que La Paz abandonó la inversión en prevención de riesgos cuando en la práctica, la gestión de Luis Revilla, con recursos propios de La Paz y créditos internacionales, invirtió casi veinte veces más que lo que MacLean destinó en su periodo.

La falacia que trata de coronar como un cherry en la torta de mentiras se refiere a la falsedad que repite su correligionario Arias: que la Alcaldía superaba durante la gestión pasada los 9.000 funcionarios, cuando estos estaban muy por debajo de esa cifra, tomando en cuenta además que unos mil corresponden a personal médico y administrativo de los hospitales, más de 500 a la guardia municipal y otro número importante al Retén de Emergencia y al personal técnico de los buses PumaKatari. Esos son los funcionarios que posibilitaron servicios de calidad que tanto apreció la ciudadanía y que el alcalde de ADN menosprecia.

Es cierto que ahora debemos salvar a La Paz y así lo haremos, pues ahora está en malas manos y tendremos que reconstruir la ciudad y su gobierno municipal. Para ello no tenemos dudas de que no faltarán brazos de profesionales idóneos y técnicos de primera que, alejados de mezquinos intereses que hoy rondan la Alcaldía, pondrán todo su talento para hacer de nuestra urbe, nuevamente una “ciudad maravilla”.

José Luis Bedregal V. es militante de Sol.bo.



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