|OPINIÓN|Gobernantes lamentables|Anna María Barbery|

Brújula Digital|03|07|24|

Anna María Barbery

Hay más dudas que verdades. Hay más engaño que realidad. Hay más chacota que miedo y seriedad. Uno siente vergüenza e incredulidad a la vez, pensando que no puede existir este nivel de funcionarios en las puertas del Palacio Quemado enfrentándose, uno como presidente y el otro como comandante del Ejército. Y como en un ring de boxeo, haciendo un “show” de fuerzas, el gobernante gritaba, enfrentando al comandante, quien masticaba chicle o coca y movía su boca como si estuviera pegada sin poder hablar. Como en una caricatura de revista cómica, fueron minutos interminables de dos hombres poderosos haciendo el ridículo. Pensé, ¿qué pasa?, ¿qué locura es esta?

Concluí que habíamos sido testigos de un golpe militar en la Plaza Murillo el 26 de junio, con ciudadanos cercados por tanquetas, uniformados armados, uso de gases lacrimógenos, granadas, gente corriendo y sonidos de disparos de bala. También se vio, antes del incidente mencionado, cómo un blindado derrumbó la puerta del Palacio Quemado y el comandante bajó para entrar a paso firme al edificio. Pero no entró Zúñiga, sino que salió Arce. Ahí comenzó, como en una mala obra teatral, el enfrentamiento y quién sabe si fue practicado o si hubo espontaneidades engañosas de ambas partes, empeorando una obra de teatro que se salió de control.

Esta obra tiene muchos episodios, pero puntualizaré solo estos: el mismo miércoles 26 de junio, después de lo sucedido en plaza Murillo, se vio cómo por la tarde el Gobierno detuvo al comandante, acusado de un golpe militar. Rodeado de policías, Zúñiga declaró a los periodistas que el presidente Arce le pidió movilizar las tanquetas para generar un respaldo político. Es decir que Arce realizó un montaje vergonzoso para no tener que acortar su mandato por la enorme crisis económica, política y social que azota al país.

Hoy, el país sigue en incertidumbre, faltando mucho por ser investigado. Pero aparentemente, una reunión entre el presidente Arce y Zúñiga sí se llevó a cabo el domingo 23 de junio, en el coliseo del colegio La Salle de La Paz. Si esto es cierto, no se sabe si Zúñiga quiso crear una cortina de humo para sus planes golpistas o si fue convocado por Arce para que confabulara un “autogolpe”.

Entre toda esta tragicomedia, el mismo 26 de junio, el expresidente Jaime Paz Zamora, entrevistado por los medios, dijo sentirse avergonzado y triste por lo que sucede en el país. “Hemos tocado fondo como sistema, como país. Después de que Bolivia ha luchado tanto para conquistar la democracia, es un desastre que haya llegado a tal punto de desinstitucionalización”. Tuve orgullo de escucharlo, algo que no había sentido hace años.

Se hace urgente que la oposición mida el compromiso real del Gobierno para realizar las elecciones de 2025 bajo las condiciones exigidas por la mayoría de los ciudadanos: transparentes, libres y democráticas, valores que el MAS no comparte.

Será clave que los partidos se presenten en el Encuentro Multipartidario convocado por el TSE para definir los siguientes pasos del proceso electoral. Es posible que los motivos del montaje de Arce fueran evitar dimitir y aumentar su popularidad, pero además, postergar las elecciones generales y judiciales.

Tristemente, debido a este último fiasco, Bolivia aumentó su “riesgo país’ como el más alto de América Latina, después de Venezuela. Esto, indudablemente, afecta la llegada de préstamos e inversiones al país, según Bloomberg.

Es crítico que se apruebe una reforma que apruebe la realización de primarias abiertas para que la ciudadanía pueda elegir a un candidato único opositor. Un cambio político en 2025 es crucial.