Marchistas impiden que se entregue a Evo Morales la carta de invitación al diálogo

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Este viernes, una delegación del Gobierno y de la Defensoría del Pueblo fue violentamente atacada por un grupo de seguidores de Evo Morales, mientras intentaban entregar una carta de invitación al diálogo dirigida al exmandatario. El incidente ocurrió en la plaza de Ayo Ayo, en medio de una movilización del sector "evista" del MAS.

Los representantes gubernamentales, que se habían acercado con la intención de hacer llegar la misiva personalmente, fueron recibidos con gritos, empujones y agresiones físicas por parte de los marchistas.

“Debemos dar las garantías a nuestro comandante (Evo Morales) y no lo vamos a dejar que se entregue como carne de cañón”, señaló uno de los dirigentes presentes en la movilización. El dirigente añadió que no permitirían que Morales asista al diálogo propuesto por el Gobierno, ya que temen que fuera arrestado al presentarse.

La agresividad de los manifestantes no sólo se dirigió hacia los representantes del Gobierno, sino también hacia los medios de comunicación estatales y otros periodistas que intentaban cubrir el evento. A varios medios se les prohibió el acceso al lugar, y los marchistas reforzaron su postura al declarar: "No vamos a enviar (a Evo Morales) a la boca del lobo como quieren ellos aprehenderlo".

El jueves por la noche, la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, anunció la invitación a Morales para entablar un diálogo a las 18:00 horas de este viernes 20 de septiembre, en el Ministerio de Educación. Durante la conferencia de prensa, Prada expresó una vez más se invita a Evo Morales a un diálogo “para que deje de llevarnos a un enfrentamiento entre hermanos y a una situación de conflictividad que podría costar vidas".

A pesar de la convocatoria oficial, Evo Morales desestimó la invitación la mañana de este viernes. “No es nada oficial, no tengo nada que comentar", afirmó el exmandatario, quien encabeza una marcha que ya lleva cuatro días. Morales reiteró su postura al señalar que la invitación del Gobierno "no es nada oficial" y, por lo tanto, no merecía mayor comentario.

BD/LE