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Política | 27/06/2024

Cronología: los hechos antes, durante y después de la movilización de militares en plaza Murillo

Cronología: los hechos antes, durante y después de la movilización de militares en plaza Murillo

Una tanqueta después de romper la puerta del Palacio Quemado. Foto: APG

Brújula Digital|27|06|24|

Alissya Guerrero Tarifa

Tanquetas y militares armados con cascos de guerra y ropa camuflada ingresaron el miércoles antes de las 15:00 a la plaza Murillo al mando del excomandante del Ejército, Juan José Zúñiga. Poco después un tanque rompió la puerta del Palacio Quemado. Esta acción para el Gobierno fue una señal de “intento de golpe”.

Todo empezó el domingo (23) cuando el expresidente Evo Morales acusó a Zúñiga de haber indicado que hay que “bajar (matar) al Evo, a Andrónico (Rodríguez) y a (Leonardo) Loza”. Ese día, el presidente Luis Arce se encontraba con el excomandante en el Colegio La Salle.

Al día siguiente, el lunes, Zúñiga salió a desmentir las declaraciones de Morales calificándolo de “mitómano”, “demagogo” y “traidor”. Además, no descartó detenerlo si es que se postula para las elecciones de 2025, pues le recordó que la Constitución Política del Estado prohíbe una nueva candidatura del exmandatario.

Tras estas declaraciones, el martes por la tarde se dio a conocer de manera extraoficial que Zúñiga habría sido destituido. Sin embargo, esta información fue confirmada un día después por el ministro de Defensa, Edmundo Novillo.

“(Zúñiga) reconoció que cometió algunos excesos y nos manifestó que él se ponía a disposición de lo que decía el Capitán General (de las FFAA, el presidente Arce) y nos despedidos de la forma más amistosa, incluso abrazos fraternales, y dijo que ‘iba a estar al lado del presidente y del Gobierno’”, informó Novillo.

La noche del martes, en una entrevista con Erbol, Zúñiga dijo que no fue destituido del cargo e indicó que trabajará de manera normal y que depende de sus superiores su situación. “Mañana (miércoles) voy a ir muy temprano, tengo muchas actividades que realizar y seguramente los niveles superiores decidirán sobre mi situación. Soy un soldado de la patria y nosotros obedecemos fielmente a las disposiciones superiores”, indicó.

Por lo que el miércoles por la mañana, Zúñiga participó de un acto en el Estado Mayor en el que impuso grados a los militares que se suman al Arma de Inteligencia. Durante el acto indicó que sería un día “histórico y memorable, un día en el que quedará grabado por siempre dentro de la historia del Ejército”.

Por su parte, el ministro de Defensa informó que al promediar las nueve de la mañana el “personal de confianza” le informó que tropas se movilizaban de Challapata (Oruro), integrado por instructores, especialistas y venían a La Paz, armados en seis camionetas.

Novillo llamó al entonces comandante para pedirte una respuesta y este le dijo que averiguaría y le devolvería la llamada. Siguió realizando indagaciones y llamó al entonces comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, vicealmirante Gonzalo Víctor Vigabriel, quien le indicó que no tenía conocimiento de los movimientos militares en Challapata.

Por lo que Novillo informó sobre la situación a Arce quien en ese momento se encontraba en el aniversario de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB). Añadió que el jefe del Estado, posteriormente, le dijo que Zúñiga no le respondía a las llamadas telefónicas.

Tomando en cuenta esa situación, Novillo indicó que se tomó la decisión de acelerar el cambio del Alto Mando Militar y que, cuando estaba en ese trámite, conoció a través de medios de comunicación el movimiento de tropas y el ingreso de carros blindados a la plaza Murillo.

En horas de la tarde, tanquetas y efectivos de la Policía Militar (PM), fuertemente pertrechados, llegaron a plaza Murillo y evacuaron a las personas que se encontraban en el lugar. Los vehículos camuflados tomaron las esquinas de km0, prohibiendo la circulación se civiles, salvo algunos periodistas. “Denunciamos movilizaciones irregulares de algunas unidades del Ejército Boliviano. La democracia debe respetarse”, denunció el presidente Arce en su cuenta X.

Uno de esos motorizados, se estacionó en la puerta de ingreso al Palacio Quemado, donde el propio ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, salió a confrontar a los uniformados. Golpeó, pateó y hasta grito sin que tuviera respuesta. La autoridad no dio declaración alguna pese a las preguntas de los periodistas: “¿Qué está pasando ministro? ¿Es un golpe de Estado?”

En los alrededores, funcionarios públicos y personas afines al gobierno gritaban en coro: “Lucho no estás solo”, mientras forcejeaban con el resguardo, lanzaban petardos y prendían fogatas. En respuesta, los militares gasificaban y disparaban balines.

En plaza Murillo Zúñiga realizó una primera declaración a los periodistas: “Hemos venido a manifestar nuestra molestia. Basta de ultraje en nuestro país. Vamos a tomar, (…) basta de los evistas, de los masistas. Las unidades policiales también están molestas”.

En su segunda intervención y después de salir del Palacio Quemado, Zúñiga dijo que se liberaría a los presos políticos haciendo referencia al gobernador electo de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, a la expresidenta Jeanine Añez, además a militares de alta graduación encarcelados.

En el ingreso del nuevo palacio, Arce le dijo a Zúñiga: “Repliegue todas estas fuerzas en este momento. Es una orden, ¿no me va a hacer caso?”. Zúñiga le respondió: “No”.

En las esquinas de la plaza Murillo, los civiles heridos por balines eran trasladados a emergencia de los hospitales, pues sangraban.

Los gases lacrimógenos no cesaban y los comerciantes ambulantes aprovechaban para vender cigarrillos y barbijos mientras las tiendas se apresuraban a cerrar sus puertas ante posibles enfrentamientos mayores.

Al promediar las 17:00, el presidente Arce posesionó al nuevo Alto Mando Militar. Entonces, Zúñiga quedó solo con militares movilizados en plaza Murillo. Posesionó a José Sánchez como nuevo comandante del Ejército; a Gerardo Zavala como comandante de la Fuerza Aérea Boliviana y a Renán Guardia como comandante de la Armada Boliviana.

Tras la posesión, Sánchez ordenó el repliegue de todo el personal que se encontraba en km 0 y los militares al promediar las 17:35 empezaron a abandonar el lugar, además de los tanques.

La incertidumbre de personas afines a Arce, en su mayoría funcionarios públicos, continuaba y en eso lograron rebasar el cerco de los militares que no pusieron resistencia, según informó EFE.

“Lucho no estás solo”, gritaban personas afines con el arcismo en plaza Murillo. De repente, las vendedoras ambulantes de barbijos ya no estaban, pues aparecieron los vendedores de banderas de Whipala.

Cuando la plaza estaba con personas afines al Gobierno, el presidente Arce y el vicepresidente David Choquehuanca salieron a saludar desde el balcón del Palacio Quemado y ofrecieron discursos.

“Su presencia nos llena de coraje para resistir cualquier intento golpista. Queremos saludar a los militares que se mantuvieron firmes a la Constitución Política del Estado y a un gobierno democráticamente elegido. Queremos saludar a la Policía Boliviana que se mantuvo firme con la CPE y respeto al Gobierno Legítimamente constituido”, declaró Arce desde el balcón de Palacio de Gobierno.

Por su parte, el vicepresidente Choquehuanca dijo sentirse muy emocionado y resaltó “el coraje y la valentía” del pueblo boliviano para defender la democracia.

Tras ambos discursos, se desconcentró la movilización en las puertas del Palacio Quemado en respaldo a Arce y la atención empezó a concentrarse en el Estado Mayor, donde se trasladó Zúñiga tras retirarse del km 0.

Zúñiga denuncia “autogolpe”

Después de la toma de la plaza Murillo, el ingreso por la fuerza a Palacio Quemado, por parte de militares liderados por Zúñiga, y la posesión del nuevo Alto Mando Militar, la Fiscalía General del Estado emitió una orden de aprehensión contra el militar movilizado, por el delito penal de terrorismo, alzamiento armado contra la seguridad y soberanía del Estado.

El operativo de aprehensión de Zúñiga fue encabezado por el viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera. A las 19:00 horas, los efectivos policiales lograron aprehender a Zúñiga en las puertas del Estado Mayor de Miraflores.

Antes de ingresar al vehículo policial, el excomandante del Ejército declaró que el presidente Arce le había instruido realizar el operativo para “levantar su popularidad”. Ante la pregunta de si los hechos en la Plaza Murillo constituían un "autogolpe", el general Zúñiga respondió afirmativamente: "Sí, sí".

“El presidente (Arce) me dijo, la situación está muy jodida, crítica, me dijo que se necesita hacer algo para levantar su popularidad. Le digo: ¿sacamos los blindados? (Le responde) ¡Sacá! El domingo por la noche los blindados empiezan a bajar: seis cascabeles, seis urutús y 14 zetas del Regimiento de Achacachi”, declaró Zúñiga, mientras Aguilera insistía en que tenía que ingresar de una vez al vehículo evitando que brinde mayores declaraciones.

En horas de la noche, como caracteriza al ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, presentó a los excomandantes del Ejército y de la Armada, Juan José Zúñiga y Juan Arnez, respectivamente, como "delincuentes" ante la prensa. Ambos se encontraban enmanillados y con chalecos que decían “aprehendido”.

“El objetivo del señor Zúñiga era tomar las riendas de este país y establecer un régimen de facto (...) Zúñiga quería tomar el mando de nuestro país vulnerando la Constitución Política del Estado”, añadió la autoridad.

Ante la nueva hipótesis de un presunto “autogolpe”, la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, indicó que el excomandante “confesó” que el “intento de golpe” fracasó porque no llegaron los refuerzos militares de Viacha y de la Fuerza Aérea Boliviana.

“Se le pregunta: ‘indique el motivo por el cual no se llegó a consumar los objetivos del alzamiento’. Respuesta de Juan José Zúñiga: ‘porque las unidades de Viacha tardaron en llegar, también el personal de la Armada y de la Fuerza Aérea no pudieron llegar’”.

Aprehendidos por “intento de golpe”

Pasado el mediodía de este jueves, el ministro de Gobierno informó que son 17 las personas aprehendidas dentro de este caso entre los que se encuentra, aparte del excomandante del Ejército, Juan José Zúñiga, jefes y comandantes de unidades militares como de la Escolta Presidencial y de los regimientos de Viacha y Achacachi.

“La Policía Boliviana se encuentra buscando a tres ciudadanos militares del servicio pasivo y hemos realizado una serie de actuaciones para dar con el paradero de la búsqueda y la captura de estas tres personas. La principal persona buscada en este momento, dentro del territorio nacional, es el señor Tomás Héctor Peña y Lillo Tellería”, sostuvo.

Además, buscan al mayor Miguel Ángel Burgos Daza, quien, según información de Inteligencia, daba órdenes en la plaza Murillo al momento que se realizó la toma militar.

BD/AGT



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