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Política | 04/02/2024

Libro de los 4 exdirectores de Página Siete documenta el acoso del poder y reflexiona sobre la sostenibilidad de los medios

Libro de los 4 exdirectores de Página Siete documenta el acoso del poder y reflexiona sobre la sostenibilidad de los medios

Los cuatro exdirectores y la portada del libro.

Brújula Digital|04|02|24|

“Contra viento y marea”, así vivió el periódico Página Siete durante los 13 años de su existencia, hasta que el 29 de junio de 2023 tuvo que cerrar sus operaciones por falta de recursos y luego de haber soportado un sistemático acoso desde el poder.

Tras el cierre, los cuatro exdirectores del periódico –Raúl Peñaranda, Juan Carlos Salazar, Isabel Mercado y Mery Vaca- decidieron unir sus plumas en un libro que, entre el testimonio y la reflexión, documenta un pedazo de la historia del periodismo boliviano.

En un texto conjunto que abre los relatos personales, los cuatro autores señalan que Página Siete “fue víctima de distintos tipos de acoso” y citan entre ellos los procesos penales, las multas de entidades estatales, visitas permanentes de inspectores del Ministerio del Trabajo y otras entidades, además del veto al acceso a la información pública, asfixia económica, y “una desaforada campaña de ataques verbales y digitales orquestada contra sus directores y otros periodistas del diario”.

Pero, también mencionan el cambio tecnológico que alejó a los lectores del soporte del papel y desvió la publicidad a las plataformas digitales, donde el diario dio batalla hasta el último día de vida intentando capar suscriptores. “Con todo, este flanco de la batalla se hubiera podido enfrentar” de no haber sido por la presión política, aseguran los exdirectores.

El libro, si bien se centra en la historia de Página Siete, también desarrolla el contexto político del país y las limitaciones a la libertad de expresión que afectaron a todos los medios independientes, así como el reto de la innovación y los nuevos modelos de sostenibilidad ante la irrupción de los nuevos hábitos de los lectores. Sus ejes giran en torno a la compleja relación entre prensa y poder, la crisis del periodismo tradicional y las estrategias de sobrevivencia.

El prólogo pertenece al escritor nicaragüense Sergio Ramírez, quien, pese a haber recibido premios tan importantes como el Cervantes, sufre los rigores de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, quienes le quitaron hasta su nacionalidad. El autor vive prácticamente desterrado en España.

Entre tanto, la portada del libro es del artista Abecor, el celebrado y también premiado caricaturista de Página Siete, Abel Bellido Córdova, quien fue acosado de todas las formas posibles, al punto de haber recibido constantes amenazas de muerte. Faltando un mes para el cierre del periódico, Abecor fue galardonado en Estados Unidos con el premio al coraje que entrega la organización Cartoonists Rights.

Los cuatro exdirectores de Página Siete son periodistas de dilatada experiencia y el hecho de haber conducido un periódico acosado por el poder tendió un lazo de amistad entre ellos, lo que les permitió colaborarse, aconsejarse y sostenerse unos a otros en sus diferentes gestiones. “Contra viento y marea” es fruto de esa relación.

El libro se presentará este martes a las 19.00 en la Asociación de Periodistas de La Paz y, como fue financiado por los propios autores, también será distribuido directamente por ellos, aunque se podrá encontrar también en Plural.

Raúl Peñaranda, el fundador

El libro comienza con el texto de Raúl Peñaranda quien, en su calidad de fundador del periódico, relata el proceso de alumbramiento del nuevo diario y su rápido posicionamiento como uno de los más influyentes del país.

Por su postura independiente y crítica con el poder, el periódico se puso de inmediato en la mira del poder, que lanzó una artillería de ataques, incluyendo juicios penales que el propio expresidente Evo Morales inició en contra de los ejecutivos del diario.

La estrategia de presión incluyó la asfixia económica, el acoso impositivo y una campaña pública intentando desprestigiar a Peñaranda con el absurdo de que era chileno.

En medio de los embates, el periódico empezó a recibir importantes premios, entre ellos uno entregado en Nueva York por el secretario general de la ONU de entonces, Ban Ki-moon, por el proyecto periodístico “viaje al corazón de Bolivia”, que puso a equipos de cronistas y fotógrafos a viajar por el país para conocer la realidad alejada de la política.

El texto de Raúl Peñaranda no rehúye a las polémicas de su gestión; al contrario, las expone y las explica. En esa categoría entran la información sobre un bebé muerto en la marcha de Chaparina, que si bien tenía fuente de sustento, un boletín oficial, éste estaba errado. Varios medios publicaron la información, incluida la agencia oficial ABI, pero el Gobierno de Evo Morales solo se centró en Página Siete. También habla de una declaración en sentido de que cuatro exministros serían excomulgados por haber apoyado el aborto que, si bien era cierta, fue objeto de una retractación de la fuente, un vocero de la Iglesia. Ambos temas dieron alas al Gobierno para aumentar la presión contra Página Siete y contra Peñaranda, quien decidió renunciar para proteger el bien mayor: el periódico.

Reflexionando sobre las presiones recibidas desde el Gobierno, Peñaranda dice en el texto: “No podía haber un diario díscolo, que señalara los errores, las contradicciones, las inconsecuencias, las imposturas. Aunque ese diario sea moderado y razonable, ese diario molestaba, irritaba sobremanera a una gestión con autoridades hipersusceptibles, quisquillosas e irascibles a más no poder. Para ellos el mundo ideal es el que tiene a todos callados, acríticos, mansos. Por eso el dislate del vicepresidente: ‘Aquí no se aceptan librepensantes’, en referencia a las críticas internas en su partido. Es una frase penosa para un supuesto intelectual progresista. Nadie debe pensar. No, todos deben bajar la cerviz”.

Peñaranda es un periodista internacionalmente premiado, dirigió Página siete poco más de tres años, de abril de 2010 hasta agosto de 2013. Actualmente dirige el portal de noticias Brújula Digital.

Juan Carlos Salazar, la investigación y “el cartel”

Luego de una brillante carrera periodística que le llevó a dirigir el servicio en español de la DPA en Madrid, Juan Carlos Salazar estaba de regreso en Bolivia cuando fue convocado para dirigir Página Siete.

Tras el vendaval que había vivido el periódico, era natural que sus amigos le dieran este consejo: “¡Ni se te ocurra aceptar!”. Tal parece que Salazar no escucha consejos de los amigos porque se subió al barco en medio de la tormenta.

Con el diario prácticamente consolidado, Salazar encaró una etapa fructífera en investigaciones periodísticas. El desfalco del Fondo Indígena, la compra fraudulenta de las barcazas chinas, los contratos del al CAMC y el caso Zapata vieron la luz en su gestión.

Con tan malas noticias, el poder sacó a relucir su lado menos democrático, al situar a Página Siete y otros diarios en un inexistente “cartel de la mentira” por haber informado que la exnovia del presidente Evo Morales era una alta ejecutiva de una empresa china que tenía millonarios contratos con el Gobierno.

Pero, lo que a Juan Carlos Salazar ya le pareció intolerable es que un poderoso ministro de la época haya dicho que “la huella digital” de Página Siete se encontraba en la muerte del viceministro ministro Rodolfo Illanes, quien fuera asesinado por cooperativistas mineros, aliados del Gobierno, en medio de una protesta.

Salazar cuenta que “la animadversión política se tradujo en abierto boicot económico. Ya no se trataba únicamente de la exclusión de Página Siete de la pauta publicitaria estatal, sino, incluso, de las presiones que ejercían las autoridades a la iniciativa privada para que no se anunciara en el periódico”.

El exdirector destaca que ejerció la dirección “con absoluta independencia y libertad, siguiendo una sola ‘línea’, la que me dictaba mi conciencia, y una única lealtad, al ciudadano, al que se debe un periodista”.

Salazar dirigió Página Siete poco más de tres años, de diciembre de 2013 a diciembre de 2016. Actualmente es director de la carrera de Comunicación Social de la Universidad Católica Boliviana (La Paz).

Isabel Mercado y la apuesta por la innovación

“Página Siete fue una promesa. Una promesa de periodismo. Elijo la palabra promesa porque hace referencia a un voto, una intención (en este caso colectiva), que fue la que muchos abrazamos y la razón por la que permanecimos hasta las últimas consecuencias”…

Con esas palabras empieza el texto de Isabel Mercado, la directora que más tiempo permaneció en el cargo: un total de cuatro años y medio. Mercado, además, fue la única entre los cuatro autores que trabajó en las cuatro gestiones. Con Raúl Peñaranda fue editora de opinión, con Juan Carlos Salazar fue subdirectora y con Mery Vaca fue jefa de innovación.

A Mercado le tocó lidiar con la crisis política del 2019 y la pandemia, pero no por eso centró su gestión en asuntos políticos, sino que fue una época de abundante producción bibliográfica (Página Siete editaba libros escritos por sus periodistas), de apuesta por la crónica con la revista Rascacielos y, sobre todo, de innovación, porque en su gestión se introdujeron los primeros cambios rumbo a la digitalización plena y a la producción de contenidos por pago.

En su texto recuerda, por ejemplo, cómo vivió la redacción aquella noche del 10 de noviembre de 2019, luego de la renuncia de Evo Morales al poder. “Guarden lo que están haciendo y envíenselo a sus correos`, fue mi instrucción y, en medio de una lluvia torrencial ahogada por los ecos de las dinamitas y del gas, partimos en búsqueda de la forma de llegar a casa”, describe Mercado aquel momento.

La autora, como lo hacen los otros tres, también se refiere a las polémicas surgidas en su gestión, como las generadas por las encuestas, con las que nunca se sintió cómoda; o las que tienen que ver con las críticas a la línea editorial del medio que, dicho sea de paso, llegaron de igual forma por parte de los Gobiernos del MAS como de parte de la gestión de Jeanine Añez.

“Tan evidente era el asedio diario que, tras una de tantas sindicaciones presidenciales contra Página Siete, un grupo de embajadores europeos –el entonces representante de Alemania en Bolivia, Mathias Sonn; el embajador de la Unión Europea, León de la Torre; el embajador de Suecia, Pontus Rosenberg; y el de Reino Unido, James Thornton– presentó públicamente su respaldo a Página Siete y a la defensa de la libertad de expresión”, escribe Mercado, en relación a un hecho inédito que derivó en una visita personal de todos ellos a la redacción de Página Siete, lo que terminó enojando (aún más) al Gobierno de Morales.

Mercado desliza también una crítica para el presidente del directorio de Página Siete indicando que “Raúl Garáfulic pudo –y quizás debió– evitar la “tormenta perfecta” a la que alude en su carta de la última edición del diario cerrando antes el medio”. Sin embargo, Mercado –y los otros tres exdirectores– ratifican que tuvieron completa autonomía e independencia para realizar su trabajo y que Garáfulic nunca interfirió en sus labores.

Mercado concluye indicando que “con la desaparición de Página Siete del contexto informativo perdemos todos, aunque a algunos les alegre”.

Isabel Mercado es periodista, comunicadora social y docente de periodismo, es autora y coautora de varios libros, fue becaria de la Universidad de Columbia y actualmente es directora de relaciones informativas de Xtrategia.

Mery Vaca y la crisis final

Mery Vaca permaneció en Página Siete por seis años y medio, dos de los cuales fue su directora. “La última”, como suelen decirle cuando las personas se refieren al cierre de Página Siete.

La asfixia económica, el acoso gubernamental, crisis política del 2019, la pandemia y el cambio de hábito de los lectores agravaron la situación económica del periódico por lo que, en su gestión, fue necesario encarar urgentes planes de innovación y poner a funcionar el muro de pago, con la apuesta de que fueran los lectores quienes financiaran una parte de las operaciones del periódico a través de las suscripciones digitales.

La audacia, en un país como Bolivia donde no existe una cultura de pago por la información, no alcanzó los objetivos esperados, pese a que es un modelo de negocio que ya se aplica con éxito en otros países del mundo.

En su texto, la autora relata cómo el periódico digitalizó casi completamente su redacción, apostó por la investigación y por el periodismo de calidad por el que valiera la pena pagar. Justamente, para encarar los planes de innovación, el periódico contó en esta última etapa con el liderazgo de Isabel Mercado.

Todo eso ocurría mientras el poder mantenía el acoso a Página Siete. Si bien la retórica grandilocuente propia de Evo Morales se había silenciado, la estrategia se mantenía intacta en cuanto al uso de la pauta publicitaria como premio o castigo, el abuso policial contra los periodistas, la falta de transparencia en la información pública y el acoso cibernético, que empezó a tomar un protagonismo inusual.

Un periodista detenido, un caricaturista amenazado de muerte, periodistas acosados en las calles y en las redes configuraron un escenario complejo que, sin embargo, no impidió que se continuara con el periodismo de investigación y hasta con la publicación de libros, una tradición seguida por los cuatro exdirectores.

Finalmente, la autora relata las dificultades que enfrentó para dirigir una redacción que no recibía salarios desde hacía varios meses hasta que se vio obligada a renunciar porque ella misma hacía siete meses que no tenía ingresos.

La autora presenta, además, las cifras de la crisis de Página Siete, relata el proceso frustrado de capitalización, informa sobre el juicio laboral que ella y otros trabajadores le iniciaron a Garáfulic y reflexiona sobre la importancia de que la sociedad se comprometa con el periodismo independiente, por el bien de la democracia del país.

“La independencia es la clave para un proyecto periodístico y su ejercicio garantiza, a su vez, la credibilidad. En consecuencia, las audiencias conceden al medio ese intangible llamado influencia. Página Siete tenía todo eso, independencia, credibilidad de sus audiencias e influencia, pero no tenía recursos para seguir operando”, indica la autora.

Mery Vaca repartió sus años de experiencia entre las corresponsalías internacionales, los medios nacionales y la docencia. Dirigió Página Siete de julio de 2021 a junio de 2023 y actualmente dirige el portal Sumando Voces, que se enfoca en derechos humanos y democracia.

BD/RED



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