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Política | 25/07/2022

Gregorio Lanza: Evo lidera el primer “Estado federal de facto” cimentado en el narcotráfico

Gregorio Lanza: Evo lidera el primer “Estado federal de facto” cimentado en el narcotráfico

Gregorio Lanza, analista Foto/Cabildeo Digital

Brújula Digital |25|07|22|

(Tomado de Cabildeo Digital)

“Evo Morales ha convertido al Trópico de Cochabamba en un “estado federal de facto”, con un régimen de organización política que se rige por sus propias normas”, aseguró el analista Gregorio Lanza en entrevista con Cabildeo Digital.

Dijo que, bajo el mando del jefe del MAS, esta región del país, ya cuenta con “su propio sistema de gobierno basado en seis gobiernos locales, que no son subalternos al poder central y, al contrario, incide directamente en él”.

En un recuento de cómo se fue forjando el “estado federal de facto” en el Trópico cochabambino, Lanza recordó que se benefició de al menos 2.000 millones de dólares del desarrollo alternativo y de 1.500 millones de dólares durante el gobierno de Morales además de todo lo que genera la industria de la coca cocaína.

Advirtió que la presencia de carteles del narcotráfico, convierten a esa región en un peligro para la estabilidad del país porque “estamos ante el riesgo de que la violencia se empiece a desatar”.

Cuando Cabildeo Digital procesaba la entrevista, un reporte de la red Unitel dio cuenta que comunarios de la localidad de Shinahota, en el Trópico de Cochabamba, emboscaron, golpearon y desarmaron a cinco policías antidroga, uno de los cuales terminó en terapia intensiva, para evitar la detención de dos mujeres que habían sido interceptadas el viernes transportando 70 kilos de pasta base de cocaína.

Lanza, advirtió que “antes la industria de la cocaína tenía una serie de controles y contrapesos centralizados, y había un estado regulador porque desde la presidencia del país Evo Morales controlaba la policía y sus federaciones la producción de droga en el Chapare”, pero en la actualidad son las federaciones cocaleras los que dan cobertura a la salida de droga. 

A continuación, la entrevista con el analista Gregorio Lanza.

  ¿En qué basa la hipótesis de que el Trópico de Cochabamba se ha erigido en el primer “estado federal de facto” del país? 

El Trópico de Cochabamba se ha constituido en una región federal, la única región federal en el país.  A partir de los 10 años de la presidencia de Evo Morales ya había un territorio basado en la producción de coca cocaína, ese territorio es la base de la industria de la cocaína en Bolivia, genera ingresos por encima de la media nacional, produce una gran parte de la pasta base que es su valor agregado más importante, aunque tiene otras potencialidades por sus características agroforestales y la producción de energía hidroeléctrica en pequeña escala. 

El territorio se encuentra en el centro del país, estratégico porque es el cruce entre oriente y occidente.  Se ha beneficiado con más de 2.000 millones de dólares en desarrollo alternativo, la mayor inversión promedio por habitante a nivel nacional y en los últimos 10 años de su gobierno Evo Morales ha hecho inversiones en el Trópico que lo ha potenciado espectacularmente. 

A 2018, el gobierno de Evo Morales invirtió más de 1.500 millones de dólares en grandes obras en la región del Trópico de Cochabamba. Sólo la planta de urea y amoniaco en Bulo Bulo, costó 953 millones de dólares y el aeropuerto Soberanía de Chimoré casi 35 millones de dólares. También se construyó la termoeléctrica de Entre Ríos por más de 370 millones de dólares, además de hospitales, hidroeléctricas, estadios y otras obras. Sin contar proyectos pequeños y obras viales menores, las inversiones en el Trópico suman más de 1.500 millones de dólares.  En contrapartida, en los Yungas paceños las inversiones no superaron los 250 millones de bolivianos, sin contar carreteras o proyectos pequeños.

Sin embargo, tales inversiones no son suficientes para pensar que el Trópico es una región federal

Insisto, Evo Morales ha convertido al Trópico de Cochabamba en un “estado federal de facto”, con un régimen de organización política que se rige por sus propias normas, su propio sistema de gobierno basado en seis gobiernos locales, que no son subalternos al poder central y, al contrario, incide directamente en él y recibe las ventajas del gobierno central.

Este “Estado federado” tiene una estructura gubernamental propia, conformada por los municipios de Chimoré, Colomi, Puerto Villarroel, Shinahota, Villa Gualberto Villarroel y Villa Tunari, donde se eligen a alcaldes y concejales que, sin embargo,  se rigen por el mandato de las seis Federaciones del Trópico de Cochabamba que van más allá de su rol sindical, discuten la normativa y los planes de desarrollo, actúan como parlamento y tienen un presidente de la región federada que ha sido presidente del país.

La región productora de coca en el Trópico de Cochabamba es el bastión político de Morales, donde se formó sindical y políticamente para proyectarse como diputado y luego llegar a presidente del Estado.  Durante los más de 13 años al frente del Estado, Morales nunca dejó de ser presidente de las seis federaciones cocaleras sobre las que conforma su región federada y es la raíz de las tensiones con el presidente de Bolivia.  Se ha dado el lujo de escoger desde el Trópico a quienes serían los gobernadores en el país, ha convocado a los empresarios cruceños al Chapare y ellos han ido, y ahora ha lanzado su campeonato de futbol, le dicta al presidente Luis Arce la agenda política y le da recetas económicas.  Ese tipo de actitudes y de hechos confirma la hipótesis de que el Trópico es, de facto, una región federada en el país, que actúa bajo su propia estructura de gobierno, pero no desde la perspectiva de democratización del poder, sino de disputa del poder. 

El Chapare es un territorio donde se desarrollan complejas formas de organización social y relaciones de poder para mantener el control sobre el espacio geográfico, tener poder sobre la población y garantizar su autonomía frente al Estado y su política antidroga.

¿Y cuál es el impacto del narcotráfico en este esquema federal de facto?

Antes la industria de la cocaína tenía una serie de controles y contrapesos centralizados, y había un estado regulador porque desde la presidencia del país Evo Morales controlaba la policía y sus federaciones la producción de droga en el Chapare.  Desde este esquema de federaciones cocaleras, sabiendo quienes son los carteles, se da cobertura a la salida de droga, donde no hay policía ellos actúan como policía y saben quién entra y sale.  Durante la presidencia de Evo Morales esto estaba regulado a través de los ministros Romero y Quintana, todo el tráfico, capturaban algo de droga para camuflar el tráfico a gran escala, como pasó en México, donde el gobierno regulaba el tráfico en acuerdo con el narcotráfico y sólo capturaba a algunos que se salían de las normas.

Con el gobierno fallido de Añez-Murillo y con el actual gobierno empezaron a perder el control, y empiezan las denuncias cruzadas.  Evo Morales, que ha construido ese imperio de la industria de la cocaína, denuncia la “corrupción” de las nuevas autoridades, pone en evidencia que hay una profunda crisis en la policía y devela la articulación de los altos mandos policiales con el narcotráfico, pero no porque le preocupe el narcotráfico sino para no poder control sobre él. Hay una sucesión de hechos como la detención de Misael Nallar, principal sindicado del triple asesinado de policías en Porongo y cuyos vínculos con el narcotráfico intenta pasar por alto el actual ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, bajo el supuesto delito de “lavado”, no lo tipifica como al gran narco vinculado desde hace más de 10 años con el clan Lima Lobo durante el periodo de Morales. 

¿Y cómo se configura este territorio en medio del narcotráfico?

Estamos ante el riesgo de que la violencia se empieza a desatar, si es que no se define con más claridad las políticas de reconstrucción de la Policía y si no se potencia a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico. 

En el Trópico de Cochabamba una buena parte de los productores manejan armas de fuego.  Antes de la llegada de Evo Morales al gobierno había entrenamiento de ciertas fuerzas por organizaciones irregulares, y en el periodo de Evo Morales se potenciaron grupos irregulares que son de apoyo y control de los propios productores y del narcotráfico.  Hay armas de los carteles y en medio del desborde y el descontrol el uso de armas se hace más cotidiano.  En los últimos meses se han producido varios hechos de violencia.

Todos los carteles operan, hay una relación fluida con la producción en el Trópico, en algunos casos acuerdos con los que recolectan para que 100 o 200 kilos que salen de tal región vayan a tal fábrica de refinamiento.  Aunque Romero lo negó en su momento, el hijo del Chapo Guzmán, que se paseaba libremente por el país, tenía conexión con el general Oscar Nina, que lideró la Policía Nacional entre 2010 y 2011, y tuvo también a su cargo a las fuerzas antinarcóticos del país.  En 2015 se produjo la detención de Nina, menos de cuatro años después de que un tribunal estadounidense condenase a René Sanabria, otro ex jefe policial de la FELCN a 15 años de cárcel por tráfico de drogas.

Está claro que cuando Evo Morales era presidente había cárteles, ahora hay cárteles, unas veces más otras menos.  Nina lideró la Policía Nacional de Bolivia entre 2010 y 2011, y tuvo también a su cargo a las fuerzas antinarcóticos del país.  Esta detención se produjo menos de cuatro años después de que un tribunal estadounidense condenase a otro ex cargo policial boliviano, René Sanabria, a 15 años de cárcel por tráfico de drogas.

El Primer Comando de la Capital (PCC),la organización criminal más grande de Brasil, opera en Bolivia desde 2010. A partir de ese año en adelante, varios miembros de esa organización, vinculada al tráfico internacional de armas y drogas, aparecieron en territorio boliviano involucrados en una serie de delitos y varios informes de inteligencia del Brasil apuntaron al país como el santuario del “narcosur”, como se conoce al cártel de droga liderado por la cúpula del PCC.

¿El gobierno de Arce tiene capacidad para controlar esta situación?

No lo va a controlar, al final se requerirá un acuerdo, un pacto, que en lo político puede significar que cada uno corra su propio camino.  Evo Morales será candidato del MAS, Arce de otra corriente política con la mitad de las fuerzas del MAS. Choquehuanca lo dijo hace un mes y medio: “No es problema de siglas, sino de la unidad en base a los valore y a la propuesta para el país” y creo que esa será la prospectiva, tendrá que haber un pacto porque de lo contrario se destruirán entre ellos.

Evo Morales tiene su propia estructura de inteligencia y contrainteligencia para la toma de decisiones, ex policías y exmilitares, gente de su confianza en puestos claves de la estructura estatal, y controla todo lo que pasa en el Chapare, pero también el gobierno tiene lo suyo y todo puede derivar en fuego cruzado.  Y las acusaciones y contracusaciones sobre los vínculos con el narcotráfico son parte esencial del fuego cruzado.

¿Y el resto del país?

El país y los bolivianos en su mayoría estamos pagando las consecuencias de esta pugna, la oposición es débil y miope y en definitiva la pugna política se da entre esas fuerzas, el Estado de Arce y la región federada en manos de Evo, con sus conexiones en todo el país.  Arce no podrá controlar si no tiene una mejor policía, cuando haga una reforma asesorada por inteligencia de países europeos, y logre una mayor profesionalidad de la inteligencia estatal, con acciones de interdicción, etcétera, podrá acorralar a Evo Morales poniendo en evidencia sus vínculos con el narcotráfico.  La reacción de El Alto es muy clara, buena parte de sus organizaciones sociales están cansadas de las élites del Chapare. 

Es un problema de fuerza y posiblemente Arce está haciendo concesiones, pero si quiere lograr un gobierno relativamente estable y proyectarse más allá de una gestión debe ponerse más firme con el Chapare.

La marcha contra el narcotráfico el pasado 28 de junio en Santa Cruz, luego del asesinato a tiros de tres agentes policiales por un "pez gordo" del tráfico de drogas, es una señal clara de rechazo al encubrimiento gubernamental a narcotraficantes vinculados con carteles brasileños y colombianos. 

BD



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