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Política | 14/05/2020

Funcionario despedido advierte que EEUU podría vivir “el invierno más oscuro de la historia moderna”

Funcionario despedido advierte que EEUU podría vivir “el invierno más oscuro de la historia moderna”

Rick Bright, exdirector de la Autoridad de Investigación y Desarrollo Avanzado Biomédico de EEUU

Washington DC

Mario Cañipa Vargas, especial para Brújula Digital

Sin un plan que coordine una respuesta nacional efectiva a la crisis del coronavirus, de la que los expertos han dicho que podría golpear aún más duramente a este país en una segunda ola de contagios y muertes, Estados Unidos podría vivir el “invierno más oscuro de la historia moderna”, advirtió Rick Bright, un exfuncionario del gobierno durante una comparecencia ante el Congreso.

Bright, que se desempeñó como director de la Autoridad de Investigación y Desarrollo Avanzado Biomédico hasta hace menos de un mes, señaló que “se está cerrando la posibilidad de actuar correctamente y evitar una tragedia mayor” en su país y cuestionó el hecho de que a más de tres meses de la llegada de la pandemia, el gobierno carezca de un plan centralizado y coordinado para enfrentarla.

“Si fracasamos a la hora de desarrollar una respuesta nacional coordinada y basada en la ciencia, temo que la pandemia se pondrá mucho peor y se prolongará, causando fatalidades sin precedentes”, dijo el experto ante el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes la mañana del jueves.

“Es pavoroso reconocer la magnitud del desafío al que nos enfrentamos en la actualidad, pero la verdad innegable es que habrá un resurgimiento de la COVID-19 este otoño y, mezclado en gran medida con los desafíos de la gripe estacional, ejercerá una presión sin precedentes a nuestro sistema de salud”, agregó.

La semana pasada, Bright presentó una queja formal ante las autoridades de Estados Unidos en la que denunció que fue alejado del cargo que ocupó durante cuatro años y dice que fue relegado a un puesto menor en el sistema de salud por una represalia del gobierno al haberse negado a corroborar el uso de fármacos aún no autorizados para tratar la Covid-19, pero muy alentados por el presidente Donald Trump al principio de la crisis.

Bright, cuya denuncia ha sido declarada con “base razonable” por la repartición estatal respectiva, aseguró haberse sentido presionado por el Departamento de Salud para “hacer que estén disponibles de manera generalizada” algunos fármacos como la cloroquina o la hidroxicloroquina, que si bien son útiles y tienen efectos prometedores, no han sido probados efectivamente para tratar la COVID-19.

Trump, cuya administración ha sido cuestionada directamente por Bright, se apresuró a contestar esas alusiones a través de su cuenta de Twitter, en la que escribió: “Nunca escuché hablar de él, pero para mí que es un empleado descontento al que no respetan las personas con las que he hablado y que, con su actitud, ya no debería estar trabajando para el Gobierno”.

Con su asistencia al Capitolio, Bright completó una semana de importantes comparecencias de funcionarios y especialistas de alto nivel vinculados al trabajo que desarrolla el gobierno estadounidense en la lucha contra el nuevo coronavirus ante el Congreso.

El miércoles, expertos como el responsable del equipo de respuesta a la pandemia de la Casa Blanca, Antony Fauci, quien fue desautorizado en algunas de sus afirmaciones un día después por el presidente Trump, previnieron a los legisladores de las trágicas consecuencias que tendría un pronto levantamiento de las medidas de aislamiento social para reabrir la economía de nacional.

“Está dolorosamente claro que no estábamos tan preparados como debimos haberlo estado. Ignoramos las señales tempranas y olvidamos páginas importantes de nuestro manual de pandemias”, dijo Bright al señalar que ahora, es necesario escuchar a los expertos “sin temor a las represalias”.

El experto ha dejado claro, además, que no comparte las optimistas previsiones para el desarrollo de una vacuna que proteja al mundo de la COVID-19 y advirtió que por la premura de dar una respuesta científica en contra de la enfermedad, se podría generar un antídoto inseguro o hasta perjudicial.

“Hay mucho optimismo alrededor de un plazo de entre 12 y 18 meses, si todo va perfectamente. Nunca hemos visto nada que vaya perfectamente y mi preocupación es que si nos vamos muy rápido y recortamos pasos críticos, puede ser que no hagamos una evaluación correcta de la seguridad de la vacuna”, afirmó.

Bright explicó ante el Congreso que sus advertencias durante el principio de la crisis sobre la gravedad de la misma y los problemas que su país podría enfrentar por la falta de insumos y equipos médicos fueron ignoradas por las autoridades, que soslayaron sus recomendaciones.

La COVID-19 ha contagiado hasta ahora a 1.4 millones de personas en Estados Unidos y ha ocasionado poco más de 85.000 muertes, más de un cuarta parte del total de fallecimientos por este mal en todo el mundo.



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