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Política | 14/05/2021

Franz Xavier Barrios: la salida anómala de Evo se dio porque él se hizo la burla de las reglas democráticas

Franz Xavier Barrios:  la salida anómala de Evo se dio porque él se hizo la burla de las reglas democráticas

Franz Barrios. Foto: trAndes

Por: Diego Ayo

Brújula Digital|14|05|21|

El 18 de marzo de este año, salió publicado en la Revista de Estudios Políticos de España el primer artículo arbitrado sobre la teoría del golpe en Bolivia*. Su autor, Franz Xavier Barrios Suvelza, docente en la Facultad de Ciencias del Estado de la Universidad de Erfurt, en Alemania, ofrece al fin una pausa frente a las agobiantes "narrativas“ sobre el tema y revisa disciplinadamente la teoría del Estado, la ciencia política comparada y el derecho constitucional para esbozar respuestas técnicas al tema. Con ese motivo, el politólogo Diego Ayo, ha contactado al autor del artículo para hacerle la siguiente entrevista. Una versión recortada de la misma salió el 25 de abril de 2021 en la separata IDEAS de Página Siete. Ahora Brújula Digital ha tenido acceso a la versión completa de dicha entrevista que devela adicionales reflexiones conceptuales que, por razones comprensibles de espacio, no aparecieron en la versión recortada y alumbran mejor ciertas aristas del modelo conceptual desarrollado por el entrevistado en su artículo El golpe que no fue. La última crisis estatal boliviana y los límites del concepto de golpe de Estado

*artículo descargable en: http://www.cepc.gob.es/publicaciones/revistas/revistaselectronicas?IDR=3&IDN=1450&IDA=39273

Diego Ayo (DA):

Intelectuales y políticos de renombre como Maristella Svampa, Steven Levitsky o Pablo Iglesias han diseminado en América Latina, Estados Unidos y/o Europa, respectivamente la tesis del “golpe de Estado”. La extensión de la noticia ha sido enorme. ¿Cuál ha sido esa noticia? Evo Morales, el primer presidente indígena, un hombre noble y valiente, ha sido removido de la presidencia por élites criollas que no han podido tolerar la “intromisión contra sus privilegios”. ¿Podemos contrarrestar esa gigantesca corriente de simplismo sentimental? El lúcido ensayo que has escrito, apartado de la hipótesis emotiva del “golpe”, aunque de difícil lectura por la erudición demostrada a lo largo de las 31 páginas, parece ser sólo un breve consuelo. Algo así como navegar en una lancha en un mar embravecido. En pocas palabras, ¿sirve?

Franz Xavier Barrios Suvelza (FXBS): Creo que tener por lo menos una tabla en este mar embravecido del que hablas es mejor que no tenerla y acabar ipso facto empalado en los corales de las trampas argumentativas. Puede ser que el trabajo científico sea también consuelo pero no es lo principal. Más que consuelo, el trabajo científico debería generar sosiego mental para sortear lo que llamas „simplismo sentimental“. Ojo: simplismo sentimental propalado nada menos que por los que denominas „intelectuales de renombre“. Me concierne que el ciudadano de a pie acabe impotente pues nada menos que el que se supone debe llegar a una verdad –relativa y transitoria por supuesto–, o sea el académico, no lo haga porque acaba siendo, aunque lo niegue, funcional a un „proceso de cambio“. Si bien hay también el otro tipo de intelectual „comprometido“ que suele ser un tipo de buena fe sin jugar a ser científico, me aflige más aquel „intelectual“ comprometido que quiere pasar de „académico“ y se hace al zonzo presentando sus ponencias como científicas sabiendo que es funcional al poder hegemónico o incluso sin percatarse de ello. Éste último espécimen es más tóxico que el simple „intelectual comprometido“ que, por lo menos, es transparente en su afán propagandístico y no pretende cientificidad aunque opine a veces con ínfulas profesorales y por ello confunda a más de un lego que lo creerá veraz. El  intelectual comprometido haciendo de académico es un simbionte y existe en tres variantes. Está el académico simbionte que se las cree realmente que está siendo objetivo aunque desde el momento en que está comprometido, sus ideas acaban nutriendo la ideología hegemónica. Este es el intelectual simbionte autoengañado sobre su objetividad. Luego está el simbionte disimulador que si bien invoca a no caer en extremos, subrepticiamente le hace el juego al poder hegemónico. La variante tres es la peor de todas: es el que sabe de los beneficios de su cercanía con el poder y hasta puede ser que cínicamente se molesta con que se le diga „comprometido“. El primero es un auto-engañado, el segundo es el falso equilibrista al que se le ve la hilacha; el tercero anda engañando desvergonzadamente. En los últimos días ha aparecido un nuevo espécimen: el „culto retro-mentiroso al cuadrado“. Dice que no dijo lo que dijo pero en realidad se auto-desenmascara como mentiroso en el pasado apoyando una mentira del presente. Miente hoy para saldar su vieja mentira de ayer: miente al cuadrado. Este culto retro-mentiroso al cuadrado me hizo recuerdo a la niña Regan del The Exorcist ¿recuerdas? Era esa niña que hacía crujir su cuello al girar la cabeza 360 grados y hecha la rotación espetaba arengas con la voz varonil y ronca de Pazuzu.

¿Si mi artículo sirve? Bueno eso espero sin dejar de cultivar una consciencia sobre sus flancos y límites. El problema es que sobre el tema golpe impera en este momento un relato que mezcla diletantismo con una „narrativa“ que tuerce hechos y argumentos. Los „intelectuales comprometidos“ pululan. Debemos poblar una suerte de „subterráneo“ argumentativo donde los analistas entren dejando atrás, siquiera por un momento, sus apetencias sentimentales y estén dispuestos a la falsificación razonada de sus hipótesis. Mi texto presume ceñirse a protocolos rígidos y anónimos de control de calidad de indagación analítica que es algo no apetecible para quienes se ven impelidos de rendirle tributo a un „compromiso“. En temas de ciencia el pensar con cargo a un „compromiso“ es veneno por muy humanista o progresista que sea ese compromiso.

DA: Comienzas el ensayo con una descripción breve pero imprescindible para comprender dónde estábamos en noviembre de 2019, días previos al denominado “golpe”. Describes un panorama de corrupción, agotamiento de los ingresos fiscales, enfrentamiento con las bases indígenas, daño ecológico, campo electoral a favor del oficialismo, además de un entorno regional desfavorable. El cuadro descrito es el de un difunto o, en el mejor caso, de un agónico. Conviene tener en cuenta este diagnóstico para comprender que más allá del ordenamiento legal sobre el que versa tu ensayo, parecía absolutamente pertinente detener a un gobierno ciertamente inepto. Antes pues de comentar tu trabajo, es necesario dejar en claro estos antecedentes. Lo que ocurrió, ocurrió porque queríamos acabar con el desfalco, el cinismo, la demagogia. Sólo entonces parece sensato hablar del “golpe”.

FXBS: Creo que tu correcto diagnóstico sobre un gobierno inepto está referido a las policies de un proyecto hegemónico, no al eventual daño que éste proyecto pudiera haberle hecho al orden legal de un Estado. Exigirle cuentas a un gobierno por razones de ineptitud en términos de policy, es distinto de exigirle cuentas por destruir el orden legal. Leiv Marsteintredet elaborando ideas que publicara Kathryn Hochstetler a mediados de los 2000, concluye que una cosa son insatisfacciones con un presidente bellaco en lo formal-legal, y otra las insatisfacciones con su policy. Daño a la legalidad y daño por ineptitud de política pública son dimensiones distintas, y distintas ojalá sus válvulas de resolución. Lamentablemente en caso de insatisfacción con un gobierno "inepto" el sistema presidencial carece de una válvula natural en el régimen parlamentario: el voto de confianza. Cuando el daño es legal, el sistema presidencialista suele contar con el impeachment. Recuerda que eso se aplicó con éxito en el caso Rousseff y fracasó en el caso Trump. En Bolivia todo este esquema se alborotó: Los movimientos sociales que surgen desde el 21F más que impugnar el „Evo Cumple“ estaban cabreados con el desconocimiento del voto el 21F. En términos clásicos de regimen presidencial, debió irse a un impeachment que resuelve de manera reglada el daño que, en términos de quiebre legal, un presidente electo le puede proferir a la democracia. La única válvula innovadora comparable con la contamos en Bolivia es el voto revocatorio pero parece ser una via más pensada para impugnar temas de policy que de daño legal, y en ese sentido se la usó en Bolivia la primera vez en 2008. Lamentablemente, muchas veces el impeachment está de tal manera diseñado en las constituciones que lo tienen, que el veredicto suele quedar en manos de un senado que es un juez político: con un impeachment así diseñado, es obvio que la mayoría masista hubiera evitado que Evo fuera condenado.

Los movimientos sociales del 21F, sin embargo, crearon desde la calle su mecanismo de impeachment. El re-encauzamiento de Estado del 2021 acaba siendo pues una suerte de impeachmentad hoc de factura ciudadana ante ausencia de otras válvulas. A lo que quiero ir es que con todo lo corrupto que fue el gobierno de Morales, la definición de golpe o re-encauzamiento gira en torno a lo que llamo el quiebre del Orden Legal Parcial más que en torno a programas de política pública del masismo que tu has criticado en tus trabajos. Pero me dirás ¿no puede el desencanto con política pública llevar a un golpe? Sí claro: ponte a pensar en presidentes progresistas golpeados por militares alentados por una oligarquía amenazada en sus intereses. Eso explicaría eventualmente el golpe pero explicar un fenómeno no es definirlo. La definición del golpe se hará independientemente de si la policy del presidente que sale fue mala. El punto es que sea que se trate de golpe, reencauzamiento u otra técnica, se debe uno siempre preguntar si el orden politico se mantuvo después de la salida anómala de presidente, si se quebró o si ya estaba quebrado. Por supuesto, si se quebró, es legítimo preguntarse en qué se basa uno para decir que había un orden vigente o si el orden vigente era realmente el que uno creía que estaba vigente. Por tanto, tanto puedes explicar por qué asume uno que un orden está existente o no lo está, como preguntarte cuál es la secuencia histórica de hechos que explican por qué ese día "x" y no otro se llega finalmente al golpe o al re-encauzamiento. Sin embargo, estos razonamientos no hacen a la definición propiamente dicha tanto de golpe cuanto de re-encauzamiento como técnicas de cortísimo plazo. Su definición no depende de las motivaciones sociales que condujeron a ese desenlace o de las explicaciones para respaldar el diagnóstico que hagamos sobre el estado de salud de la variable del orden político el día de la salida anómala de un presidente. El re-encauzamiento toma como dato un orden ya quebrado, el golpe toma como dato un orden a quebrar.

Más allá de la definición, el gran dato es que la salida anómala de Evo Morales no se dio por sus buenos o malos programas de inversión, sino porque él se hizo la burla de las reglas democráticas y la gente salió no a pedir pan, sino respeto. Dices que el cuadro descrito parece referir a un difunto y ese es mi punto: hay un difunto —el paquete de reglas que regula la democracia desde lo legal— y su deceso pasó mucho antes del 10 de noviembre de 2019.

DA: No es fácil identificar un momento exacto para iniciar este diálogo, pero me animo a poner de relieve el punto de quiebre fatal para el gobierno de Morales: la posición técnica de la OEA. Considero que su informe permitió pasar del agua al hielo. Su actuación fue decisiva. Conviene dejar en claro que no se aventuraron a calificar la (des)ventura boliviana porque quisieron. Fueron invitados por el mismo presidente Evo Morales para realizar una inspección electoral que brindara un informe. Lo hicieron, dando a conocer el resultado: un fraude tuvo lugar y los elementos de este cato saltan a la vista: se detuvo el conteo de votos por 23 horas, apareció un servidor que no conocían ni los propios empleados del Tribunal Electoral con cifras a favor del gobierno, variados expertos señalaron el caudal de actas falsificadas con datos a favor del MAS, entre otras verdades. Me parece fundamental que partamos de esta realidad…

FXBS: El tema del supuesto fraude me parece secundario. No sólo porque no ha sido monumental“ como algunos dicen. Si hubo dolo fue uno diseñado para que no se deje probar y te arroje nada más que „0.57“ puntos para evitar el balotaje. Es más: hasta me animaría a pensar que Evo no sabía de la movida. Es posible que hubiese sido su guardia pretoriana la que tenía todo preparado incluyendo desenchufar el Trep a la hora convenida si se producía el escenario "Alfa". Sino ¿por qué corre Evo el riesgo de llamar a la OEA? No creo que lo haya hecho porque el creía que poniéndole guirnaldas de coca a un Almagro brincoteando en el Chapare lo tenía controlado. Es posible que Evo sinceramente creyera que el „0.57“ era real. No se sabrá quizás nunca lo que realmente pasó y menos lo sabremos de boca del propio Evo que es híper-mitómano. Ahora, si ves la secuencia de hechos del 10 de noviembre tienes toda la razón. El anuncio en la madrugada de ese día de la OEA de publicar primeros hallazgos fue el inicio de una andanada de golpes tremendos al Jiliri Ilpiri ese domingo, y todo, ojo, antes que el Gral. Kaliman sugiriera la renuncia. Si creo que lo del Informe de la OEA es secundario en la perspectiva larga de la destrucción del OLP, lo de Kaliman lo veo como más secundario aún comparado con el Informe sobre el dolo electoral. Ahí tienes razón. Mi punto es que la madre del cordero está en la cadena de desmantelamiento del OLP subyacente a la democracia como regimen, algo que se produce entre el 2012 y el 2016 con el 21F como cúspide. El informe OEA es como ponerle a una torta una cereza y lo de Kaliman como soltar sobre la misma, al final, un par de locas uvas pasas. Pero amasar la harina, poner la levadura, hornear la cosa y tenerla sobre la mesa, esa es la trayectoria de fondo. Y eso pasó años antes del 2019.

DA:Ya de lleno en tu ensayo, nos explicas la validez de la OLP, el orden legal parcial como lo has denominado. ¿Qué es este OLP? Conviene recordar que lo explicas exhaustivamente para que resulte comprensible. Una primera situación, da cuenta de lo sucedido en los países postcoloniales: generan “nuevos Estados” con una única intención: ¡tener empleos!, sin modificar un ápice el orden legal. Una segunda situación defendida por el notable jurista Kelsen se decanta por el “cambio total del orden legal”, es decir, el paso de una democracia a una dictadura. La tercera postura es defendida por el profesor Tayyab Mahmud quien sostiene que durante el cambio sí se modifican “ciertas normas de significación preponderante”. Ello precisamente define una OLP: ni la usurpación del gobierno manteniendo la legalidad, ni dicha usurpación removiendo la legalidad. Ni tanto ni tan poco. En el primer caso, el gobierno autoritario se convierte en otro gobierno autoritario, en el segundo caso, la democracia se transforma en una dictadura y en el tercer caso, los errores mayúsculos de un gobierno autoritario tienden a enmendarse recuperando las “partes substanciales” de la democracia. Bolivia habría vivido el tercer ejemplo…

FXBS: Gracias por ponerle ojo al tema del OLP que es pieza central de mi teoría. Para ilustrarte el concepto del OLP déjame arrancar con un par de ejemplos. Ponte el caso de un recambio de regentes que se produzca sin seguir las reglas puntualmente previstas para tal recambio pero sin que ello altere las reglas del juego completo: sale „Gral. Tunkeke“ y se posesiona „Cnl. Marshall“ pero resulta que tanto bajo Tunkeke cuanto bajo Marshall se mantiene un regimen autocrático. ¿Se ha tocado aquí el OLP? Para entender esto te pido me sigas en una metáfora. ¿Has visto tú el interior de una batería de auto? Dentro de ella hay varias placas colocadas una tras otra. Imagínate el Estado como esta batería y cada una de esas placas como varios Ordenes Legales Parciales. Esas "placas" o tabiques que se apilan uno al lado del otro, componen diversos circuitos para el funcionamiento legal del Estado. Una de esas placas es aquella que reúne los circuitos de regulación específica legal del regimen político de un país.

En mi teoría del golpe basada en el quiebre del OLP, es justamente solo esta placa la que se funde. El detalle es que para mí esta placa tienes dos pisos y es suficiente que se afecte unos de esos pisos para quebrar el OLP. Un piso que es el más agregado permite pensar el tránsito de democracia a no-democracia. El otro piso es menos agregado, y es cuando pasas, por decir algo, de una autocracia teocrática a una autocracia secular, todo entonces sin salir de la autocracia. O ponte el caso de que un militar populista de izquierda es golpeado por un milico de derecha recalcitrante. Julio Ascarrunz, colega nuestro, el otro día me hizo pensar en que eso podría aplicarse a la transición J.J. Torrez hacia Banzer y por eso vale hablar del golpe de éste último pues se produjo al menos el reemplazo de un sub-regimen militar por otro. En resumen, se produce un quiebre del OLP cuando se tiene una ruptura sea a nivel del sub-regimen o sea a nivel de regimen. Si ninguno de estos pisos se afecta, el cambio del „Gral. Tunkeke“ al „Cnl. Marshall“ probablemente no pase de ser una revuelta de palacio que es diferente de un golpe.

Yo uso el concepto de OLP para evitar creer que cuando un golpe quiebra dicho orden eso dinamita todo el Estado o fulmina la constitución entera. Por cierto, la palabra „parcial“ no significa esperar a que algún día este Orden Legal sea „completo“. Y que como Bolivia no es Suiza, eso no se daría nunca. Tampoco cambia un OLP varias veces al año. Y puede haber un daño solo parcial del orden legal parcial como Carlos Rocabado me hizo notar, en cuyo caso no hay quiebre pleno del OLP. Estas precisiones las hago gracias a unas observaciones que me hizo Marcelo Arequipa sobre la pertinencia del concepto. Un orden legal parcial del Estado siempre es parcial porque es de diversas placas, todas necesariamente parciales, de las que está hecho el todo Estatal en su dimensión jurídica. Para volver a la metáfora: una placa de batería no se volverá nunca la batería "entera", su razón de ser es quedarse como algo parcial. Obviamente no es que el Estado esté hecho solo de materia legal como Kelsen diría. Yo no voy tan lejos, pues el Estado a veces puede suspender el derecho sin dejar de seguir siendo Estado. Pero lo que sí es cierto es que todo Estado normalmente está compuesto de una variedad de estas placas legales especializadas siempre parciales. El Estado debería estar de tal modo configurado, que pueda operar aunque salte el fusible en unas de esas placas. Normalmente el Estado busca (auto-)reparar esa placa, la aisla para evitar que salpique el daño a los otros órdenes legales parciales del estado, y la repara. Para acabar de extenuar la metáfora diré que mientras una de esas placas alimenta con „electrolitos“ legales al regimen político de un Estado, la otra lo hará para con el ordenamiento territorial y así sucesivamente. Evo fundió entre 2013 y 2016 precisamente la placa encargada de soportar legalmente el regimen político democrático. Manoseó tanto dicha placa que quedó hecha chicle. El 10 de noviembre de 2019 cuando él sale anómalamente, esa placa está trizas hace rato. Cuando Marité Zegada recapitulaba en un debate las formas clásicas de definir golpe me hizo dar cuenta que debo añadir que mi focalización en el OLP no excluye que un golpe acabe además llevándose por delante a la misma constitución, que es lo que Kelsen a veces da a entender en su teoría de la revolución que el, lamentablemente, la iguala al golpe clásico.

Para que haya golpe es necesario y suficiente que 4 parámetros (OLP, táctica, víctima y perpetrador) adquieran valores específicos y no se requiere que además caiga „toda“ la constitución aunque eso puede pasar. El golpe lo que hace es quebrar un OLP específico del Estado pero si el día de la salida anómala del presidente ese orden está de antemano carbonizado, no hay forma de que el golpe quiebre algo. Es como el boxeador que sube al cuadrilátero y ve que su oponente yace yuca sobre la lona. Urge pues otro concepto y es donde propongo usar el de re-encauzamiento en vez del de golpe.

DA: En efecto, el punto más relevante de tu ensayo viene en las siguientes páginas con la utilización del concepto de reencauzamiento. En pocas palabras, Bolivia ya vivía una dictadura –un gobierno autoritario- y las movilizaciones de 2019 solo buscaron restablecer la legalidad perdida. Más adelante señalas ciertos hitos fundamentales para comprender ese escenario. Uno, apuntas al 2013: Evo ya cumplía dos gestiones y se atrevió a postular a una tercera violando su propia CPE; dos, en 2016 el referéndum realizado le dijo NO a la reelección a Evo Morales; tres, en 2017 el Tribunal Constitucional autorizó su re-postulación; cuatro, en 2019 cometió un fraude. ¿Qué significa esta descripción? Que el OLP estaba quebrado. O, para ser más precisos, el golpe ya había sido dado de forma lenta pero decisiva de 2013 a 2019. La gente en las calles tan sólo buscaba reencauzar ese OLP y, con él, la democracia.

FXBS: Me resisto a usar el término „dictadura“. Arato exige que para hablar de dictadura el déspota concentre en sus manos los tres poderes de manera ostensible, y otros autores exigen además que el déspota no llegue al cargo por voto popular. Sin embargo, Morales llegó siempre por voto y si bien estropeó los otros poderes, no creo que él hubiera sido juez, legislador y príncipe a la vez. Es cierto que muchos autores equiparan no-democracia con dictadura. Es una posibilidad de clasificación que por las razones expuestas no me convence. En Bolivia se consolida desde el 2016 un regimen no-democrático con enorme apoyo electoral, y no una dictadura. Sí, eso de "no-democrático" a la vez de „enorme apoyo electoral“ suena raro pero es así. A eso yo le llamo „autoritarismo elusivo“ que es parecido al autoritarismo competitivo desarrollado por Levitsky y Lay. Sea como fuera lo cierto es que tanto tu como yo sospechamos que hubo un quiebre antes del 10 de noviembre de 2019 aunque tu hablas de una suerte de golpe lento. El término "golpe", sin embargo, me parece que aqui no cabe. Fíjate que lo alucinante más bien es que esa destrucción del OLP que hizo Evo ¡no fue por golpe! Fue por lo que Svolic llama incumbent takeover. Y es que no debemos confundir el resultado (el quiebre del orden) con la vía (golpe o incumbent takeover). Y como dices, la gente lo que buscaba era reparar esa placa rota de la que hablaba hace un instance y que estaba achicharrada hace tiempo. "Bolivia dijo no" al achicharramiento del circuito legal que sustenta el regimen democrático en cualquier país.

DA: Tratando de comprender la gama variada de términos, das a conocer tres conceptos imprescindibles para visualizar la complejidad del análisis que tiene que ver con ese juego dual de “golpistas” versus “fraudulentos”. A esa dicotomía nos hemos sumergido sin tomar en cuenta la versatilidad de términos que apuntan a conocer las diversas realidades. Es así que hablas del “guardian coup”, “el golpe democrático” o el “autogolpe”. Es preciso que desgranemos esas categorías de análisis y logremos acercarnos más a Bolivia. ¿Por qué ninguno de estos conceptos podría aplicar a nuestra realidad?

FXBS: Tocas un punto central concerniente a los costos de oportunidad cognitivos. El slogan „fue fraude, no fue golpe“ es erróneo en lo científico aunque efectivo en lo simbólico. No es técnicamente feliz pues es como comparar „sandias“ con „chancletas“. Ahora bien, si dijeras „no fue golpe, fue sucesión constitucional“ la cosa sería más lógica pues, mal que mal, estarías comparando cosas referidas a un campo analítico común. No obstante, es como si estarías comparando „sandía“ con „pepas de sandía“. Si bien estarías comparando dentro del campo "fruta", el lío es que las pepas son de rango menor. Hay que comparar —por así decirlo— "Sandía" con „Melón“. O sea: „no fue golpe, fue re-encauzamiento“.

Otros prefieren usar el expediente de adjetivar un sustantivo como cuando hablan de golpe „blando“. Adjetivar un sustantivo es técnicamente legítimo pero si no se lo hace bien, puede estropearse el pastel. A veces la adjetivación es clave y sin dudas científica: piensa en democracia „representativa“ vs. democracia „directa“. Aquí el adjetivo afila la cognición. Pero cuando un académico „comprometido“ me viene con eso de „golpe blando“ es un ardid. Si le pides que te ejemplifique el llamado „golpe blando“ te dice: Dilma, Lugo,…y quizás Mugabe ¿casualidad? No. En realidad usa „neo-golpismo“ para denostar el que se haya sacado del poder a un allegado del progresismo, arguyendo que es electo y enceguecido frente a los daños del caudillo a la constitución o la población. Llamaron golpe „blando“ lo que en Brasil fue un vulgar impeachment conforme mandan los Art 85 y 86 de la Constitución brasileña. Le llaman „blando“ porque no les conviene reconocer que fue según procedimientos constitucionales. Si se aplicaría el mismo camino para sacar a Bolsonaro dirían „ah no!…fue impeachment, no fue golpe“. Y es que los teóricos del neogolpismo son trapaceros y siempre usan los conceptos a conveniencia. Por ejemplo, si hipotéticamente lo del 10 de noviembre del 2021 hubiera sido un golpe, ellos tendrían que conceder que lo de Goni el 2003 también fue un golpe. „Ah pero no! Eso del Goni fue rebelión de los pobres“ retrucará el simbionte. En realidad ni el 2019 ni el 2003 hubo golpe. Que en Brasil hubo una movida formalista desde un grupo de poder de derecha, puede ser. Mas supón que hipotéticamente se descubriera que contra Dilma se vulneraron varios pasos de procedimiento del impeachment y que al final lo que era originalmente un camino constitucional, se devela como trucho. En ese caso el diagnóstico se inclinaría por la idea de golpe pues la táctica sería ilegal y los perpetradores, algo interno al Estado. Pero quedaría un tema pendiente: el Brasil post-interrupción de Rousseff ¿era distinto en cuanto a su régimen del Brasil pre-Rousseff? Creo que no y he ahí otra razón para dudar que hubiera habido golpe al no haber habido quiebre del OLP. Vamos incluso más allá y supón ahora que hipotéticamente se hubiera producido el quiebre, ah! entonces no necesitas ya el adjetivo de "blando", dices simplemente golpe. En verdad, lo de Rousseff fue un impeachment, simple y claro y, si quieres, no sin motivaciones turbias. Si „blando“ quiere decir „sin tanques“, aparentando legalidad, subrepticio, es una fullería analítica pues un golpe no requiere necesariamente tanques; nunca hay que descartar que un golpe finja legalidad a pesar de ser ilegal y un golpe debe además ser visible. Ahi ves las trampas de los teóricos progresistas en las que se entre-papelan. Otro término que mencionas es el de "autogolpe" que es otro timo. En realidad implica que el príncipe se ha atornillado, mientras que golpe implica siempre su salida. En vez de "autogolpe" hay mejores conceptos como el de „incumbent takeover“, o el de „terminación endógena“ sugerido por Ko Maeda.

DA: No puedo dejar de dedicarle una atención especial al eminente polítologo de Harvard, el profesor Steven Levitsky, a quien criticas con absoluta rigurosidad teórica. Comentas que este académico tuvo el despropósito de afirmar que lo acontecido en 2019 fue un golpe de Estado. Sin embargo, parece que el mismo Levitsky no comprendió sus reflexiones analíticas apresurándose a prejuzgar un país que conoce apenas o sencillamente no conoce. Afirmó en este último tiempo, anoticiado del escape de Morales que Bolivia estaba catalogado como un país de “border line democracy”, o sea con una democracia que está a la vereda del precipicio, pero sigue siendo democracia. Empero, durante años explicó que Bolivia no era una democracia. Era, a lo sumo, un régimen de autoritarismo competitivo. No hay duda que la conclusión es completamente diferente según qué versículo bíblico de Levitsky veamos: si es una democracia todavía, el golpe es certero, si es un régimen autoritario, el golpe ya no parece la explicación más inteligente.

FXBS: Antes de ir al versículo que mencionas, un apunte previo a tu pregunta: el golpe puede aplicarse tanto a un OLP autocrático como a uno democrático. Esa es la ventaja de mi esquema: no acomoda emotivamente sus conceptos. El golpe quiebra un OLP, sin importar si ese orden es "bueno o malo". Volviendo a Levitstky. No podía creer que él, politólogo de prestigio mundial, afirmara que hubo golpe en Bolivia solo porque Kaliman le sugirió a Evo renunciar una hora antes. Qué te puedo decir. Sigo perplejo. Un cínico nos diría: ¡ahi tienen a su ciencia! ¿No era que ahora debía uno irse al "subterráneo" de la reflexión rigurosa? ¿Y qué sale? Una afirmación tan descabellada como decir que, porque Kaliman le sugirió a Evo renunciar una hora antes, en Bolivia hubo golpe y eso de boca nada menos que de Levitsky, un politólogo de incontestable prestigio mundial. Lo que revela el affaire Levitsky es que muestra nuestros límites como cientistas sociales. Suena a verdad de perogrullo pero debemos repetirnos cada día que no estamos para nada inmunes a errar y a caer en simplismos cognitivos. Y aquí el extravío le tocó esta vez a un académico de la talla de Levitsky, no solo conocedor agudo de la política en America Latina, y teórico robusto de lo institucional, no, estoy hablando de uno de los padres de la exquisita teoría del autoritarismo competitivo y sobre todo un paradigma por su paper metodológico insigne de 1997 escrito junto a David Collier. Sigo estupefacto de ver cómo Levitsky llega a la peregrina idea del golpe en Bolivia. ¿No conoce Bolivia dices? Creo que el tema es más grave. Se apresura, toma una variable (Kaliman) sin contextualizarla, sin tomarse la molestia de recoger más datos y acaba acomodando la realidad probablemente buscando que cuadre con su pre-idea de que el militarismo podría estar volviendo a América Latina. Parece buscar un piecito (Kaliman) al cual le calce bien un zapatito (su idea preconcebida). Eso está bien para hacer cuentos. Para colmo Levitsky sacó un artículo con una colega, en el que se chantajea: O dices que hubo golpe contra Evo, o eres sospechoso de hacerle el juego a un derechismo anti-democrático. O sea, una admonición de parroquia conceptualmente inverosímil viniendo de un hombre de ciencia dura. De no creer.

DA: Es grato leer tu explicación sobre el “constitucionalismo abusivo” o el “legalismo autocrático”. ¿Qué dejan entender? Lo que explicas con claridad: la presencia de una “no legalidad de apariencia legal”. ¿Quién sería el constructor de ese paisaje? El Tribunal Constitucional. Rematas con un par de frases: estaríamos viviendo una “cáscara vaciada de su “núcleo moral” o habríamos derivado en la práctica de un “derecho incorrecto”. Parece un juego de palabras, pero no lo es: es la tipificación del Tribunal como un actor alineado a la ilegalidad a pesar de su legalidad (aparente). Conviene que expliques esta serie de calificativos además de su efecto obvio en nuestra realidad.

FXBS: Fue uno de los árbitros anónimos de mi artículo que me inquirió: ¿Puede declararse un OLP quebrado cuando son nada menos que tribunales formales los que avalan los pasos que se presumen tóxicos? Tuve que ir hasta Radbruch y su teoría del gesetzliches Unrecht (n.d.E „no derecho legal“) y volver a Kelsen y su Reine Rechtslehre (n.d.E: teoría pura del derecho), para percatarme de algo crucial: esos tribunales son un problema para mi teoría sólo si fueran independientes. Pero así como un rey que rompe los acuerdos básicos diluye el imperio de obediencia en sus súbditos, así un Tribunal de justicia cuyos jueces son marionetas, acaba socavando el carácter preceptivo de sus decisiones. Claro, se puede entender el derecho chuecamente como el ministro Lima que, ante pregunta de Maria Galindo, de si con…“una justicia que no tiene credibilidad “ se “puede poner punto final“ a los enjuiciamientos a Añez, sin sonrojarse, responde: „yo creo que sí“. ¿Se puede nadar si no hay agua? „Yo creo que sí“. Absurdo.

Desde el siglo XII la humanidad solidificó la idea de que el rey merece obediencia solo si cumple las convenciones. Cuando Carlos I de Inglaterra no lo hizo, acabó decapitado en 1649 y se proclamó la República al mando del Lord Protector suspendiendo la Monarquía. A Evo, por algo parecido, casi cuatro siglos después, le fue mucho mejor pues no le tocaron un pelo y le pusieron un avión a Mexico. En realidad, los ingleses se lanzaron 2 guerras civiles en 400 años por este tema. La otra fue contra Juan Sin Tierra y tuvo que parirse nada menos que la Carta Magna para bajar las aguas. Fíjate tu, que esto es relevante para entender el 21F pues históricamente los bolivianos marcharon por el agua y el gas, o sea, por temas de recursos materiales. El 21F los bolivianos salieron por un recurso por el que los ingleses pelearon en dos guerras civiles: el recurso „etéreo“ llamado imperio de la ley. De ahi que los sectores populares y sus intelectuales detesten algo tan inglés nada menos que desplegado en las calles bolivianas. Ni fue un movimiento solo plebeyo, ni fue por rentas, ¡fue por respeto a la ley! Cuando una sociedad sale a marchar por lo último puede que haya comenzado una transición a una sociedad decente.

DA: Me parece vil como lo dejas entender calificar a nuestros militares como golpistas. Te decantas en un conjunto de argumentos para desvirtuar esta ruindad. Uno, antes de que los militares se pronunciaran pidiendo la renuncia de Morales, el mismo dirigente máximo de la COB ya lo había hecho. Dos, el mismo Evo Morales no menciona al Comandante de la Fuerzas Armadas, el señor Kaliman, en su carta de renuncia (si alguien te asalta en la calle, es obvio que lo primero que vas a intentar hacer es conseguir el nombre del asaltante). Tampoco lo hace, meses después, es su libro Volveremos y seremos millones. ¡No lo hace! Tres, ningún militar toma un puesto en el gobierno de Jeanine. O sea, los golpistas habrían dado el golpe ¡sin exigir nada! Y, para colmo, la presidenta habría relevado al Comando General “golpista” después de tener éxito “golpeando”. Cuatro, no se menciona jamás que Kalimán estuvo respaldado por la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas al pedir la renuncia. Cinco, no se dice el dato histórico más preciado: durante 35 años los militares no intervinieron en la política boliviana. ¿Por qué lo habrían de hacer ahora? Y, seis, los profesores Powell y Thyne, afirman que un golpe tiene lugar cuando hay “actores en el gobierno –dentro del gobierno- urdiendo el desenlace”. Sin embrago, en nuestro caso no fue desde adentro (y menos desde las Fuerzas Armadas) el advenimiento de la huida de Morales, sino desde las calles. Las movilizaciones que duraron 21 días determinaron el resultado final.

FXBS: Lo has resumido muy bien. Desde la ciencia política es común encontrar posiciones convincentes que se han entretenido con cómo aquilatar la pasividad de las FFAA en una crisis estatal y la relación de ello con el concepto de golpe. ¿No se debería decir que cuando las FFAA rehusan intervenir, con su pasividad, finalmente, acaban convertidos en actores determinantes que, como Natanson dice „dan el empujón final“? Por honestidad intelectual no te puedo ocultar que este es un tema aún polémico. Me inclino por los expertos como O. Varol que han preferido declarar que no es suficiente que los militares „no salgan“ para declararlos golpistas. Es que no se puede descartar que los militares se rehusen a salir porque simplemente no quieren seguir avalando un presidente violando la constitución. ¿No podría verse más bien la pasividad de las FFAA durante la caída de Evo y su sugerencia de renuncia como acatamiento del Art. 244 de la actual constitución que las conmina a garantizar el imperio de la constitución? Por ello algunos autores exigen que las FFAA realmente operen medidas subversivas de deposición de un presidente para declararlas como los perpetradores. Según A. Croissant tampoco es suficiente el chantaje público de militares al poder civil. Powell y Thyne recuerdan el caso del Gral. Anupong que en 2008 luego de semanas de protestas civiles en las calles en Tailandia, invitó al premier Somchai, para que se aparte y así pasó.  Algo similar sucedió en Indonesia en 1998 cuando el Gral. Wiranto ante masivas protestas al estilo pititas pero con más de 1000 muertos de por medio,en vez de apoyar a Suharto, le "sugirió“ renunciar lo cual pasó al día siguiente. Estos expertos no creen que las "sugerencias" del Gral. Anupong o del Gral. Wiranto fueran suficiente para hablar aquí de golpe. Y la razón no hay que buscarla lejos: las sugerencias de renuncia fueron fruto de las masivas protestas callejeras. Es tiempo que los regentes tóxicos, y con mayor razón los que son electos, dejen de creer que las FFAA están para darles apoyo hagan lo que hagan amparados en que son electos. Aquí vale el tenor del Art. 20 /4 de la Ley Fundamental alemana: cuando se hubieran agotado los medios alternativos, la Constitución habilita a que la gente se levante contra quien está destruyendo el orden constitucional. Si ese artículo se aplicara, te pregunto: ¿las FFAA deben salir a reprimir o más bien "sugerir" a que el regente tóxico se aparte para parar la crisis?

DA: El último aspecto de cierre es fundamental: el reencauzamiento derivó en lo que parecía obvio al volver a vivir en democracia: la realización de nuevas elecciones presidenciales y subnacionales. Las elecciones presidenciales, precisamente, tuvieron lugar en octubre de 2020 y las subnacionales en marzo de 2021. ¿Llama a elecciones un gobierno golpista? Además, conviene recordar que el Tribunal Constitucional avaló las modalidades de transición acordadas. ¿No basta esa comprobación para reafirmar el carácter democrático del gobierno de Jeanine Áñez?

FXBS:Cuatro alertas: primero, un gobierno golpista también puede llamar a elecciones. A veces ese llamado es sincero, a veces no. El que Añez llamara a elecciones no prueba de por sí que no hubiera habido golpe simplemente prueba que en el caso concreto esa llamada confirmó que de lo que trataba era de un re-encauzamiento de Estado y no de un golpe.

Segunda alerta, si bien es cierto que el TC avaló la sucesión con su declaración de enero de 2020 aunque probablemente no con su „comunicado“ semanas antes, son hechos accesorios pues las modalidades de sucesión constitucional aplicadas esos días son constitucionales de puro derecho sin necesidad que se pronuncie un TC. Amén de que, como te dije hace un instante, un TC servil al poder es solo de apariencia legal y preceptividad espuria aunque con notables efectos simbólicos e incluso pacificadores.  Claro: ya escucho al intelectual comprometido retrucarme con que ni en „Europa“ la justicia es tan „pura“. Cierto, incluso los países serios tienen jueces torcidos pero éstos no hacen sistema. En Bolivia, al revés, los torcidos son legión y fagocitan la rama judicial hasta podrirla, que de independiente tiene tanto como una manzana agusanada tiene de pera de exportación.

Tercera alerta: los defensores de la tesis del golpe se esmeran por no querer entender la mecánica de sucesión de Añez. Se empecinan en que Añez debió renovar la directiva antes de "auto-proclamarse", que ella siendo de la minoría no podía ejercer la presidencia del Senado, que el flujo de sucesión debió pasar del Senado a Diputados, que no hubo sesión alguna. El periodista Atahuichi ha hecho útiles crónicas sobre lo sucedido esos días y ha escrito que Añez no tardó ni „10 minutos y 30 segundos“ para hacerse del mando y que lo hizo entre cuatro paredes prácticamente sola. En realidad Añez pudo haberlo hecho en "2 minutos y 13 segundos" y si en el hemiciclo solo estaban un t’aparaku, una hormiga y un escarabajo, no venía al caso. Lo que los narradores del golpe omiten decir es que el principio de mayoría exigido por el reglamento de senadores en el Art 35/2 para la conformación de la directiva, se aplica al acto puntual de la conformación de directiva, conformación que se cierra con garantizarle a la minoría, una segunda vice-presidencia y una segunda secretaria. El reglamento no dice en ningún lugar que eso, que ha sido así sacramentado, se lo revise cada vez que las cabezas no sean habidas o que se anule la lógica de dicha conformación, originalmente así sellada, si es que por mala pata las dos cabezas de la mayoría se esfuman, y antes de pirar no calculan que la sucesión caerá según reglamento en un senador de la minoría. Amén de que como lo dice el Art. 34/I la directiva „durará en funciones un periodo legislativo“; o sea no dice que se la re-re-conformará cuando así se crea conveniente. Bien vistas la cosas, la validez de la segunda vicepresidencia está más bien atada a que no se transgreda, posteriormente a la conformación de la directiva, el principio de darle a la minoría dicho cargo el momento en que se ha conformado la directiva. Esto rige independientemente de las circunstancias que obligaran a la segunda vicepresidencia a cumplir el Art. 40/a del reglamento del senado que instruye cómo reemplazar a la Presidenta de la Cámara en caso de ausencia o impedimento temporal estableciendo la atribución de que lo haga la segunda vicepresidencia en caso de que ni la primera vicepresidencia sea habida.

Sin mencionar que suplir a los faltantes no requiere ya de bombos y platillos, sino de que simplemente quien está por reglamento conminado a asumir, simple y llanamente, lo haga. Al contrario, como Franz Rafael Barrios Gonzáles ha insistido: Añez hubiera ido contra la ley si no asumía lo que el reglamento le imponía. Pero hay algo más decisivo aún: como el reglamento del Senado regula el llenado de los cargos acéfalos, la cámara difícilmente acaba descabezada y tiene una dirección a pesar de renuncias manteniéndola pues como eslabón aún efectivo de la cadena de sucesión prevista por el Art 169/I de la constitución. Mientras el Senado no esté descabezado, no tiene pues sentido saltar a la cámara de diputados, salvo que también hubiese renunciado la segunda vicepresidenta. Un tema de fondo aquí tiene que ver con la cultura de los izquierdistas que siempre desean que en estos trotes políticos haya vocinglería. Se ofenden con una sucesión de jure, en silencio, sin público, sin arengas y teatralizaciones. Detestan lo insonoro, lo que se resuelve de modo automático, y por ello, repelen lo legal que muchas veces opera por inercia sin que se deban escuchar los alaridos de la turba. No quiero desconocer que en esos días el país se topó con un vacío, con un texto constitutional que no te daba todas las salidas de manera explícita. Fue como diría Jose Antonio Quiroga, en efecto, una sucesión „accidentada“ pero muchos datos apuntan a que fue finalmente constitutional.

Cuarta alerta, yo usaría aquí pinzas para colocar en su justo lugar el tema Añez en este contexto. Cuando hablas  del „carácter democrático“ de su gobierno, hay que hacer algunas precisiones. Si lo dices en el sentido que gobernó bajo los efectos del re-encauzamiento de Estado acaecido entre el 10 y 24 de noviembre de 2019, la frase „carácter democrático“ es cierta.Y lo es en la medida en que en ese lapso de pocos días, se consuma el re-encauzamiento del OLP. Subrayo lo de re-encauzamiento como „lapso“ más que como „punto“ por una observación que me hizo Jose Antonio Quiroga al respecto. Lo cierto es que desde noviembre de 2019 la democracia es nuevamente „el“ regimen vigente y fue por ello que el marco dentro del cual Añez gobernaría, fuera justamente uno democrático. Cuando Arce gana las elecciones un año después el ya no inaugura nada: asume el poder legítimamente aprovechando del re-encauzamiento hacia la democracia producido un año antes. Es su directo beneficiario.

DA:Como conclusión debo hacerte esta pregunta que ya no está en tu trabajo: ¿hemos vuelto a la senda autoritaria? El reencauzamiento ya no existe, el MAS ha vuelto al gobierno y los apresamientos, intimidaciones, mentiras son moneda corriente en el día a día del país. Por favor, dinos como calificas este nuevo momento político nacional…

FXBS: Das en el clavo: „el reencauzamiento ya no existe“. Cumplió su función en el lapso del 10 al 24 de noviembre de 2019. Ahora bien, un tema es que Añez haya gobernado en el marco de un régimen democrático, otro muy distinto es que lo hiciera aplicando un estilo de "gobernanza" groseramente arbitrario. Muchos analistas deducen erróneamente del estilo de un gobierno arbitrario, la calidad del regimen pero esta relación no es lineal. Por ejemplo, la  "democracia delegativa“ de O’Donnell se basa en regentes arbitrarios y abusivos pero O’Donnell creía que se trataba aún de una democracia. El gobierno de Añez fue tan arbitrario como el gobierno de Morales en sus 14 años. O sea para responder a tu pregunta debemos desplegar cuatro niveles de análisis que los pensé acicateado aquí también por charlas con José Antonio Quiroga. Primero el nivel del régimen que es donde se ubica la técnica del re-encauzamiento. Segundo, el nivel referido al proceso de asentamiento de dicho re-encauzamiento que estuvo repleto de turbulencias por las torpezas de Añez. Tercero, el nivel de los programas de policy donde ella pudo haber vehiculizado una "recuperación" atávicasi visualizaba el retorno a un programa „neoliberal“. Y en cuarto lugar, está el nivel del estilo de gobierno(ojo no confundir esto ni con re-encauzamiento, ni con su asentamiento ni con reposición del programa político). En resumen para no que no te de muyu-muyu lo que tenemos es: re-encauzamiento de OLP/asentamiento de OLP/recuperación programática de policy y estilo de gobernanza; se trata de 4 niveles distintos de análisis que no debemos confundirlos.

Se concluye entonces que el gobierno de Añez fue groseramente arbitrario aunque operando aún dentro de un regimen democrático. La victoria de Arce se apoya en el re-encauzamiento de un año antes que hizo posible que acceda al poder por medios regulares. Llegado al poder Arce, se lanza a una "recuperación" programática dirigida a retomar el "proceso de cambio" que es una amalgama de stalinismo, castrismo, pachamamismo, fuerza plebeya, fuerte redistribución social pro-pobre pero extractivismo destructivo, descubrimiento estructural de lo indígena pero racismo inverso, ampliados procesos de participación de corporaciones populares en la dinámica de poder al mando de nuevas elites pero prebendal, todo en medio del desprecio sistemático al estado de derecho y la impostura moral. Además de la recuperación programática arrancada en 2020, aprovechando del reencauzamiento del 2019, Arce confirma en 2021 que comparte con Añez y Evo en sus 14 años un pernicioso elemento de estilo de gobierno: la arbitrariedad. Lo prueba meter a Añez presa por un golpe que no hubo cuando cuando lo que sí hubo fueron las desgracias de Senkata y Sacaba que presuponen un juicio de responsabilidades. En sociedades primitivas importa el linchamiento antes que el debido proceso, y quienes justifican este linchamiento no están muy lejos del Homo denisoviensis.



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