Desde la clandestinidad, general Peña y Lillo niega haber conocido el plan de Zúñiga, espera pesquisa internacional

Brújula Digital|02|07|24|

Luego de declararse en la clandestinidad, el general del servicio pasivo Tomás Peña y Lillo afirmó que no conoció el plan del entonces comandante del Ejército, general Juan José Zúñiga, quien el 26 de junio encabezó un alzamiento militar en la plaza Murillo. Indicó que ese hecho lo vio como una “tragicomedia” y pidió una investigación internacional.

El militar del servicio pasivo dijo su verdad luego de que la Fiscalía y la Policía Boliviana iniciaron una investigación de ese hecho que para el Gobierno fue un golpe de Estado fallido. Sin embargo, Zúñiga, luego de ser aprehendido ese mismo día, dijo que sacó blindados a las calles con el consentimiento del presidente Luis Arce, quien le dijo que necesitaba subir su popularidad.

En el marco de la pesquisa, el Ministerio Público identificó a una treintena de personas que tomaron la plaza Murillo durante el alzamiento militar. Zúñiga y el ahora excomandante de la Armada, vicealmirante Juan Arnez, señalados como los promotores de este hecho, ya cumplen una detención preventiva, al igual que otros militares del servicio activo y pasivo, mientras que algunos se encuentran aprehendidos.

Peña y Lillo es buscado por la Policía. La noche de este martes, el viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, no confirmó si este militar del servicio pasivo estaba en la clandestinidad.

En una entrevista con el periodista John Arandia de radio Fides, Peña y Lillo confirmó que el 26 de junio recibió la llamada de Zúñiga a las 11:00 y luego se reunió con él en compañía del coronel Calderón, también del servicio pasivo, y otros oficiales del servicio activo.

“Estaban muy ocupados y, en cuanto nos reunimos, él nos dijo una cosa que no olvido. ‘Hemos decidido ir a la plaza Murillo para defender a la democracia y defender a las instituciones’. Exactamente nosotros no sabíamos, (Zúñiga) no nos dijo, solamente lo miramos y preguntamos, bueno, y ¿En qué podemos servirle? Y dijo ‘necesitamos su apoyo institucional’. Entonces, yo le dije, ‘por favor, déjeme hablar por teléfono, teníamos que hablar con todos los directivos, y también teníamos que hablar con los presidentes de cada una de departamentales y recién podíamos dar un apoyo institucional’. En realidad, ellos no estuvieron de acuerdo porque no sabíamos cuál era el objetivo. Yo no creo, pues, que el objetivo sea tomar la plaza Murillo, ¿No cierto?”, relató Peña y Lillo.

El militar del servicio pasivo afirmó que había visto en el patio del Estado Mayor a afectivos que sumaban cerca de dos batallones, con los que consideró que no iba a haber un golpe de Estado. Acotó que habían vehículos blindados y armados.

Otro de los elementos que indicó que es conocían que Arce y Zúñiga eran muy amigos y que, por ello, no era probable que se dé un golpe de Estado.

“Yo me imagino, le dije a Calderón, que lo que está haciendo el general Zúñiga corresponde a una buena charla con el Presidente, del cual sabíamos que eran muy amigos, y seguramente va a ir, va a presentar sus respetos y le va a decir, bueno, pues aquí estoy, solicito mi ser ratificado o solicito no se atropelle a las Fuerzas Armadas o solicito... ¿Él verá qué? Pues no, pero en ningún momento se nos pasó por la mente en forma seria que podía ser un golpe de Estado”, sostuvo Peña y Lillo.

Aseguró que vio la acción militar en la plaza Murillo, cerca de las 15:00 del miércoles 26 de junio, a través de los medios de comunicación.

“He visto por televisión lo que ustedes han visto y lógicamente, de acuerdo a nuestras experiencias, nos hemos reído un poco porque parecía un circo. Los generales llegan, el ministro (de Gobierno) sale envalentonado y golpea la ventana. En muchas circunstancias, seguramente, si hubiesen querido hacer algo en contra de ellos, ya hubieran desaparecido porque ¿quién va a ir a golpear la puerta frente al personal armado? Le van a dar un culatazo de inmediato”, dijo.

Al referirse a esa acción también indicó que parecía un “sainete” y una “tragicomedia”, con lo que restó crédito a que se trate de un golpe de Estado.

El militar del servicio pasivo expresó su duda de que la justicia boliviana le garantice el debido proceso. Por ese motivo señaló que tomó la decisión de declararse en la clandestinidad. 

No obstante, dijo que él mismo acudirá a una pesquisa si es que esta se encuentra a cargo de una comisión internacional, que garantice sus derechos y el debido proceso.

BD/JJC