¿Clavijo vivo? Fiscalía ordena su exhumación, familiares y políticos dudan de su muerte

Brújula Digital|12||02|20|

El teniente de policía Jorge Raúl Clavijo Ovando fue dado por muerto el 4 de marzo de 2013. Un mes antes había matado a su esposa con 15 puñaladas en frente de su hijo de cinco años. Cuatro año antes (2009), en su calidad de miembro de la Unidad Táctica de Articulación, Reacción y Control de Crisis (Utarc) ejecutó a los extranjeros Eduardo Rózsa Flores, Árpád Magyarosi y Michael Martin Dwyer, en el hotel Las Américas porque, presuntamente, eran parte de una célula terrorista que pretendía asesinar a Evo Morales. El martes, el fiscal general Juan Lanchipa ordenó la exhumación del cuerpo que supuestamente pertenece al difunto policía.

“En este propósito vamos a disponer que se realice una auditoría técnica a esos informes que ha llevado adelante el IDIF el año 2013, respecto a la genética forense”, sostuvo el martes Lanchipa en respuesta al pedido de legisladores y familiares de la esposa de Clavijo que nunca creyeron que el policía murió sino que supuestamente fue suplantado.

El fiscal general señaló que también, para tener la certeza científica, se va a solicitar, a través de los requerimientos correspondientes, llevar adelante la exhumación de los restos del cadáver. Dijo que durante esta gestión quiere tener la certeza sobre el cadáver y si los informes del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) de 2013 corresponden a la realidad.

La diputada Lourdes Millares pidió al ministro de Gobierno, Arturo Murillo, una necropsia y una prueba de ADN para confirmar que el cadáver es de Clavijo. “Se debe hacer una necropsia  y pedir que se haga un análisis de ADN en función de los familiares que viven en Bolivia, este estudio hay que pedir que lo hagan a nivel internacional porque la estructura del MAS está todavía montada y a partir de ello se diga la verdad si Clavijo está o no en ese cajón, y si no está, hay que capturarlo”, añadió.

Los hechos después del Hotel Las Américas

Clavijo, como miembro de la Utarc, ejecutó el 16 de abril de 2009 a Rózsa, Magyarosi y Dwyer en el hotel Las Américas porque presuntamente eran parte de una célula terrorista que pretendía asesinar a Evo Morales y Álvaro García Linera.

Uno de los instructores de Clavijo, en marzo de 2013, le dijo al diario La Razón que el acusado de feminicidio fue uno de los mejores de su promoción, tenía un carácter fuerte, de muy pocas palabras y propenso a la ira. Era un experto en tácticas de sobrevivencia y para lidiar contra terroristas. Otros camaradas lo recordaron como un hombre callado, pero “loco, osado, que le gustaba el peligro y que actuaba sin medir las consecuencias de sus actos”.

El 11 de febrero de 2013, Clavijo mató a su esposa y periodista Hanalí Huaycho con 15 puñaladas, dos de ellas fueron las más letales; una le perforó el pulmón y la otra, el corazón. Según el relato de la madre de la difunta, Martha Hannover, en aquel entonces ella escuchó los gritos de su hija y acudió rápidamente a su cuarto para impedir el crimen, pero recibió dos lesiones punzo cortantes de Clavijo que luego se dio a la fuga.

A partir de ahí, Clavijo se convirtió en uno de los hombres más buscados por la Policía. El entonces Evo Morales lamentó el asesinato de la periodista y pidió a la institución capturar al autor. El lunes 4 de marzo de 2013, por la alerta de un comunario de Los Yungas, según dijo la Policía, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen realizó el levantamiento de un hombre que se había quitado la vida colgándose de un árbol en La Asunta (Yungas).

El 11 de marzo de 2013, el entonces ministro de Gobierno, Carlos Romero, confirmó que el cuerpo hallado en la zona de La Asunta es el del exteniente Jorge Raúl Clavijo Ovando, de acuerdo con los resultados del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) y del Instituto Forense de la Policía Boliviana.

“Es decir, los estudios científicos establecen que entre 10 millones de habitantes se debía determinar la identidad de una persona, a partir del estudio biológico de reconstrucción e identificación del genotipo”, dijo Romero entonces en conferencia de prensa.

Romero explicó cada uno de los pasos que se dieron con el fin de establecer la identidad del cadáver encontrado en la zona La Merced, en el camino Chulumani-La Asunta. Luego leyó la conclusión: "El análisis genético comparativo combinado de ADN somático, mitocondrial y cromosoma “Y” revela que los restos humanos estudiados (E1, E2 y E3) corresponden a una persona de sexo masculino con parentesco biológico matrilineal y parentesco en primer grado nivel hermandad confirmados con Karelia Isabel Clavijo Ovando (hermana biológica de Jorge Raúl Clavijo Ovando) y parentesco biológico patrilineal confirmado con Arturo Clavijo Larrea (tío paterno de Jorge Raúl Clavijo Ovando), bajo una probabilidad combinada del 99,999999%”.

Según explicó Romero, el IDIF realizó procedimientos de estudio del ADN "nuclear autosúmico" y de ADN del "cromosoma Y" recurriendo a Isabel Clavijo Ovando (hermana biológica del señor Jorge Raúl Clavijo Ovando), Arturo Clavijo Larrea (tío paterno) y Erick Alexis Clavijo Rivera (primo paterno).

Mientras que en el caso del Instituto Forense de la Policía Boliviana, que es el estudio cruzado e independiente al del IDIF, se establecieron los mismos resultados, dentro de un estándar internacional.

En la presentación del estudio de genética, Romero explicó que se hizo un análisis de los objetos encontrados allí donde apareció supuestamente muerto Jorge Clavijo y dónde se encontró el vehículo que pertenecía a la periodista Hanalí Huaycho.

Siempre hubo la duda

Los familiares de Hanalí no creyeron la versión de las autoridades, pues denunciaron que el teniente seguía vivo y que estaba siendo encubierto. En enero de 2014, según una nota de archivo del diario paceño Página Siete, Eduardo León, abogado de la familia de Hanalí, denunció la existencia de contradicciones entre los estudios de ADN (genética) practicados al cuerpo identificado como Jorge Clavijo y que fueron presentados por dos institutos especializados.

Según el jurista, entre los informes del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) y los del Instituto de Investigaciones Técnico Científicas de la Universidad Policial (IITCUP) no coincidían unos códigos específicos. Pese a estas observaciones, en septiembre de 2014 la Fiscalía dio por cerrado el caso.

En abril de 2016, el subteniente de la Policía Boliviana, Edwin Segales, afirmó a red Erbol que el exteniente se encontraba vivo y que las autoridades de Gobierno lo protegían porque fue uno de los hombres que operó en el supuesto caso terrorismo o masacre en el Hotel Las Américas, el 16 de abril de 2009 en la ciudad de Santa Cruz.