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Política | 14/11/2025   03:14

Un feriado sin sentido

El contexto actual, marcado por la inflación, el desempleo y la falta de confianza en las instituciones, hizo que el feriado del 14 de noviembre se perciba como un símbolo de desconexión entre las élites políticas y la ciudadanía

Túpak Katari
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Brújula Digital|14|11|25|

Mirna Quezada Siles

El 14 de noviembre, feriado departamental en La Paz y Cochabamba, nació con la intención de rendir homenaje a dos hitos de la historia boliviana: la resistencia de Túpac Katari en 1781 y la Batalla de Aroma en 1810. Sin embargo, esa conmemoración perdió respaldo ciudadano. Lo que fue presentado como un gesto de orgullo histórico en el marco del Bicentenario, hoy se percibe como una medida innecesaria que perjudica la ya frágil economía de miles de familias que dependen del trabajo diario.

El feriado fue instaurado por el Decreto Supremo N° 5328, promulgado el 5 de febrero de 2025. Con la salida del MAS, el nuevo gobierno heredó una serie de decisiones impopulares, entre ellas este feriado, que hoy muchos consideran anacrónico y desconectado de la realidad nacional.

Uno de los impulsores de esta medida fue Martín Maturano, médico cirujano formado en la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca y exviceministro de Salud durante el gobierno del MAS, gestión de Evo Morales. Reconocido militante oficialista, Maturano fue designado como Delegado Presidencial para el Bicentenario con la tarea de coordinar las celebraciones de los 200 años de independencia. Su gestión estuvo marcada por un tono fuertemente ideológico y por la insistencia en promover símbolos vinculados al discurso del “proceso de cambio”. 

Aun cuando el nuevo gobierno de Rodrigo Paz Pereira del PDC mantiene algunas actividades del Bicentenario, el desinterés ciudadano es evidente. Una encuesta realizada en las calles de La Paz en noviembre de 2025 reveló que más del 70% de los consultados se opone al feriado, argumentando que la paralización del trabajo afecta directamente su sustento diario. “Yo vivo del día, si no vendo, no como”, señaló una comerciante. Este sentimiento se repite entre transportistas, albañiles y vendedores ambulantes, quienes consideran que el anterior gobierno impuso conmemoraciones vacías mientras la gente enfrenta desempleo, inflación y escasez de productos básicos.

El contexto actual, marcado por la inflación, el desempleo y la falta de confianza en las instituciones, hizo que el feriado del 14 de noviembre se perciba como un símbolo de desconexión entre las élites políticas y la ciudadanía. La salida del MAS del poder no borró las decisiones heredadas, pero sí abrió un debate más honesto sobre el uso político de la historia. Hoy, la mayoría de los bolivianos parece tener claro que el patriotismo no se mide por los días de descanso, sino por la capacidad del Estado de responder a las necesidades de su gente.

El 14 de noviembre, más que una fecha de orgullo, se convierte en un recordatorio incómodo de cómo el pasado puede ser manipulado para fines partidarios. En un país que lucha por salir de la crisis, lo que muchos bolivianos piden no es un nuevo feriado, sino oportunidades reales para trabajar, producir y construir un futuro digno.

Por otra parte, el historiador Robert Brockmann se pronunció abiertamente en contra de la idealización de figuras como Túpac Katari, a quien califica como un símbolo “mal interpretado”. “Esta idolatría de Katari es indebida”, sostiene. Según Brockmann, a diferencia de líderes como Túpac Amaru o Tomás Katari, cuya lucha buscaba corregir abusos, la rebelión de Julián Apaza (Túpac Katari) perseguía un objetivo étnico excluyente: expulsar y eliminar a quienes no fueran indígenas. Cita además al historiador Sinclair Thompson, autor del libro “Cuando solo reinasen los indios”, como referencia de esa visión radical.

Respecto a la Batalla de Aroma, Brockmann considera que se trata de un enfrentamiento “pequeño, pero simbólico”, cuya relevancia no justifica un feriado departamental. “Fue el primer choque militar entre patriotas mal armados y tropas realistas, pero no cambió el rumbo de la independencia. Convertirlo en feriado parece más un acto político que histórico”, advierte y pregunta ¿más feriados en Bolivia?

Por su parte, la socióloga Renata Carvajal Rojas adopta una posición más equilibrada, aunque también crítica. “Las conmemoraciones son necesarias para mantener viva la memoria de los procesos históricos, pero deben tener sentido social”, explica. Carvajal considera que, en un país donde más del 70% de la población trabaja en la economía informal, decretar un feriado sin medidas compensatorias es una muestra de desconexión con la realidad. “No se puede celebrar la libertad cuando miles de personas no pueden ejercer su derecho al trabajo porque todo se detiene”, agrega.

La socióloga también recuerda que, tras la independencia, Bolivia continuó arrastrando estructuras de desigualdad y discriminación que solo comenzaron a ser reconocidas hace poco más de una década. Por eso, insiste en que las fechas patrias deben servir para reflexionar, no para imponer descansos forzosos. “La memoria no se construye deteniendo el país, sino transformando las condiciones que aún reproducen exclusión”, afirma.

BD/MQ/RPU





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