La expresidenta de transición afirmó este lunes que la ALBA "puede quedarse con sus gestos simbólicos, cargados de sectarismo e inútil dogmatismo".
Brújula Digital|28|10|25|
La expresidenta de transición Jeanine Áñez afirmó que "al fin" el país "dejó de depender de grupos" que son "trincheras ideológicas", en referencia a la decisión de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) de suspender al Gobierno entrante del bloque por su conducta "proimperialista y colonialista".
Áñez afirmó este lunes que la ALBA "puede quedarse con sus gestos simbólicos, cargados de sectarismo e inútil dogmatismo".
"Al fin Bolivia dejó de depender de grupos que se han convertido en trincheras ideológicas que someten a sus pueblos en apéndices de doctrinas y ahora avanza hacia la construcción de espacios de cooperación", publicó la exmandataria de transición en sus redes sociales.
Áñez aseguró que Bolivia "no necesita" de quienes cuestionen "su derecho soberano a elegir sus autoridades constitucionalmente ni su independencia".
"El nuevo Gobierno decide abrir Bolivia al mundo y que el mundo se abra a Bolivia", añadió.
La publicación de Áñez surge en respuesta a la reacción del presidente de Bolivia, Luis Arce, que el fin de semana criticó la actitud "sumisa" del mandatario electo, Rodrigo Paz, tras la decisión de la ALBA.
Arce afirmó que el impacto de la noticia "en la oligarquía y burguesía locales" se expresó "en las palabras de sus voceros de siempre (dizque analistas y politiqueros), quienes se regocijaron del aislamiento del país del concierto de los pueblos de la región".
"Asimismo, han sido más que lamentables y sumisas las palabras del presidente electo, Rodrigo Paz, para referirse a los Estados Unidos, a la Administración Trump, o a la derechista y mal acreedora del Nobel de la Paz María Corina Machado", publicó Arce en su cuenta de X.
"No esperábamos y tampoco esperamos que puedan actuar de distinta manera: la derecha es siempre derecha, sea cual sea el ropaje con que se vista: dictatorial o 'demócrata'", sostuvo Arce.
El jefe de Estado boliviano expresó su "sincera comprensión" a la determinación de la ALBA y agradeció "décadas de apoyo para el mejoramiento de la vida de las familias bolivianas en todos los ámbitos: educativos, culturales, de salud, deportes, economía, ciencias".
En un comunicado, compartido por el canal estatal Venezolana de Televisión, la ALBA consideró el pasado viernes como "inaceptables" las declaraciones contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, por parte del Gobierno de Paz.
"Esta suspensión no afecta los vínculos permanentes, afectivos y solidarios que mantenemos con el pueblo boliviano, con el cual seguiremos trabajando y acompañando en su desarrollo y bienestar", precisó la alianza.
Recientemente, Paz anticipó que no invitará a su investidura, prevista para el próximo 8 de noviembre, a los presidentes de Venezuela, Nicaragua, Daniel Ortega, y Cuba, Miguel Díaz Canel, con los que el Gobierno de Luis Arce y antes el de Evo Morales mantuvieron estrecha relación en las dos últimas décadas.
El mandatario electo sostuvo que su Gobierno establecerá relaciones internacionales con países que "tengan la democracia como principio".
El sábado, Paz restó importancia a la decisión de la ALBA: "¿Qué puedo decir? ¿Cómo funciona (la) ALBA? No tengo ni idea, no sé si ganamos algo con el ALBA. Me tiene sin cuidado lo que pueda decir el ALBA", aseguró.
En 2006, Bolivia se convirtió en el tercer Estado-miembro en ingresar a la ALBA, fundada en 2004 por los entonces presidentes de Venezuela y Cuba, Hugo Chávez y Fidel Castro.
Áñez cumple una condena de diez años de prisión que se dictó a mediados de 2022 y fue ratificada por la Justicia a finales de 2023, por el caso “Golpe de Estado II”, en el que se le acusó de situarse ilegalmente en la línea de sucesión constitucional cuando era segunda vicepresidenta del Senado. Sin embargo, el Tribunal Supremo de Justicia boliviano mandó a revisión dicha sentencia y se espera próximamente un posible nuevo fallo.
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