La asociación de diplomáticos profesionales destacó la necesidad de preservar y fortalecer el cuerpo diplomático formado en la Academia Diplomática durante medio siglo, consolidando la meritocracia y la institucionalidad, más allá de coyunturas políticas.
Brújula Digital|30|09|25|
Bolivia requiere con urgencia un proceso de reinserción internacional después de casi dos décadas de aislamiento y confrontación, advirtió la Asociación de Profesionales Egresados de la Academia Diplomática de Bolivia (APEADB). En un pronunciamiento, la entidad subrayó que la política exterior debe asumirse como una política de Estado y no como un asunto marginal dentro del actual proceso electoral.
El comunicado lamenta que hasta ahora las dos candidaturas en competencia para el balotaje no hayan presentado una reflexión profunda sobre la orientación de la diplomacia boliviana, instrumento central para proyectar los intereses nacionales en el mundo.
La APEADB destacó la necesidad de preservar y fortalecer el cuerpo diplomático formado en la Academia Diplomática durante medio siglo, consolidando la meritocracia y la institucionalidad, más allá de las coyunturas políticas. Recordó que Bolivia cuenta desde 1993 con una Ley del Servicio Exterior, aprobada durante el gobierno de Jaime Paz Zamora, que institucionalizó la carrera diplomática y permitió sostener la presencia internacional del país incluso en momentos de crisis. Ese esfuerzo -precisó la asociación- fue debilitado de manera significativa en la gestión del MAS.
Actualmente, el Estado Plurinacional mantiene 34 embajadas y representaciones permanentes, además de 56 consulados en distintas regiones del mundo. Según la APEADB, estas instancias no pueden funcionar de manera óptima sin diplomáticos de carrera. Los agregados comerciales, aunque cumplen un rol útil, carecen de capacidad de acción si no cuentan con respaldo diplomático, ya que toda gestión de un Estado se canaliza a través de las cancillerías.
La asociación también cuestionó la designación de embajadores y funcionarios que conciben la misión como un privilegio o un viaje de complacencia, lo que habría dañado la imagen y eficacia del servicio exterior. “Esa situación debe ser revertida con una recuperación plena de la institucionalidad y el respeto al principio meritocrático”, enfatizó.
El pronunciamiento recalcó que la inversión anual en el servicio exterior, cercana a 50 millones de dólares, debe entenderse no como un gasto sino como una inversión estratégica en soberanía, independencia, seguridad, defensa de los recursos naturales y desarrollo global.
“El fortalecimiento del cuerpo diplomático es una condición indispensable para que Bolivia proyecte su voz en el escenario internacional, defienda sus intereses en procesos de negociación y mantenga una presencia activa en los espacios donde se definen las agendas bilaterales, regionales y globales”, concluyó la asociación.
BD/RPU