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Política | 19/09/2025   12:18

Las celebraciones del 21 de septiembre chocan con la realidad boliviana

Este 21 de septiembre, aunque se celebran paz, amor, juventud, amistad, estudiantes, médicos y la primavera, la fecha pone en evidencia problemas estructurales como violencia, precariedad juvenil, crisis sanitaria y devastación ambiental.

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Brújula Digital

Mirna Quezada Siles

El 21 de septiembre en Bolivia no es un simple día festivo porque en realidad concentra símbolos de paz, amor, juventud, amistad, estudiantes, médicos y el inicio de la primavera. Sin embargo, detrás de los discursos rimbombantes que suelen aparecer la realidad desnuda carencias profundas como: violencia que contradice al amor; precariedad juvenil que desafía los homenajes; sistemas de salud en crisis en medio del aplauso a los médicos y un medio ambiente devastado cuando se celebra la renovación primaveral. Esta fecha, más que un mosaico de celebraciones, se convierte en un espejo crítico de los desafíos estructurales que el país debe afrontar con urgencia.

Paz que demanda compromisos más allá de la retórica

El Día Internacional de la Paz, instaurado por la ONU en 2001 y celebrado el 21 de septiembre, invita a la reflexión sobre la no violencia y la reconciliación. En Bolivia, este ideal choca con un contexto de polarización política y discursos de intolerancia. El Latinobarómetro 2023 señala que sólo el 32% de los bolivianos confía en los demás, uno de los índices más bajos de América Latina, lo que dificulta la convivencia pacífica. A nivel estatal, el Día de la Paz queda reducido a actos protocolares -si los hay- sin programas profundos que promuevan mediación escolar, justicia comunitaria o campañas contra la violencia intrafamiliar y social, vitales para la construcción de paz duradera.

Primavera en clave ambiental

La primavera, llegada simbólica que representa renovación, debería activar conciencia ambiental en Bolivia. Los incendios forestales devastaron más de 2 millones de hectáreas en 2023, principalmente en la Chiquitania, según la Autoridad de Bosques y Tierra (ABT). Para 2024, el Ministerio de Medio Ambiente reportó una reducción a 1,8 millones de hectáreas quemadas y en el presente año los incendios siguen siendo el común denominador destructivo en varias partes del territorio nacional.

Dentro el anterior contexto, se puede añadir que más del 30% de los hogares no tienen acceso continuado a agua potable, según el INE, cifra que se agrava con el crecimiento urbano acelerado que evidencia el Censo 2024. Sin embargo, la primavera es absorbida por festivales y discursos superficiales mientras que las políticas integrales para enfrentar el cambio climático, prevención de incendios y manejo del agua, siguen siendo insuficientes.

Amor entre flores y violencia

El Día del Amor, ampliamente celebrado el 21 de septiembre sin respaldo normativo, es un día más que oculta una grave realidad: la violencia en relaciones de pareja y familia. En 2023, la Fiscalía General del Estado reportó 95 feminicidios y más de 40.000 denuncias por violencia familiar. Aunque la Ley 348 de 2013 busca garantizar vida libre de violencia para las mujeres, su aplicación práctica es deficiente. Las campañas estatales no se traducen plenamente en apoyo judicial ni psicológico efectivo, dejando a muchas víctimas vulnerables. Celebrar el amor debería implicar respeto, protección y seguridad, más que un ritual comercial de flores, chocolates y peluches.

Amistad que exige políticas de salud mental

La amistad también se celebra en Bolivia el 21 de septiembre (aunque sin respaldo oficial formal) y simboliza un valor social que debería significar apoyo y compañía. Paradójicamente, en un contexto de creciente soledad, el Ministerio de Salud reportó que en los últimos cinco años más de 20.000 personas intentaron suicidarse, principalmente jóvenes. La verdadera amistad implica redes de escucha activa y acompañamiento, con políticas públicas que respondan a la demanda en salud mental. No obstante, la atención estatal está desfinanciada, con pocos recursos para psicólogos, psiquiatras y unidades especializadas que trabajan sin cobertura nacional completa.

Estudiantes y la deuda pendiente educativa

El Día del Estudiante en Bolivia, establecido oficialmente mediante un Decreto Ley emitido en 1939 durante el gobierno provisorio del general Carlos Quintanilla, honra a quienes construyen su futuro académico. Aun así, la educación en Bolivia enfrenta enormes desafíos. Más de 1,5 millones de estudiantes quedaron sin acceso a educación virtual en pandemia por falta de recursos tecnológicos, realidad que el Censo 2024 ratifica con un 29% de la población en rango de edad escolar entre 5 y 19 años. Aunque Bolivia invierte cerca del 7% del PIB en educación, el Banco Mundial calcula que el aprendizaje efectivo no supera los 7,8 años, frente a 12 años de escolaridad formal. Las inversiones en infraestructura, formación docente y tecnología educativa son insuficientes y el discurso oficial prioriza la gratuidad sin atender crisis estructurales.

Juventud entre la precariedad y la crisis emocional

El Día de la Juventud en Bolivia fue oficializado mediante la Ley Nº 342, promulgada el 5 de febrero de 2013 durante el gobierno de Evo Morales. La Ley de la Juventud tiene como uno de sus artículos centrales la declaración del 21 de septiembre de cada año como Día Plurinacional de la Juventud en Bolivia.

Según un estudio regional publicado por la Fundación Friedrich Ebert en 2025, el 61% de los jóvenes identifica la pobreza como el principal problema de Bolivia y más de la mitad está insatisfecho con sus condiciones de vida y el sistema democrático. La tasa de desempleo juvenil es del 12%, con gran informalidad y elevados niveles de migración interna o externa en busca de mejores oportunidades. Esta precariedad laboral impacta en la salud mental, causando síntomas extendidos de ansiedad, depresión y desmotivación.

El periodista Javier Medrano afirmó en una nota de opinión que la juventud vive una crisis emocional marcada por la insatisfacción y la saturación de expectativas imposibles, junto con la presión de las redes sociales que incrementan el aislamiento. La reducción en la vida sexual saludable detectada en jóvenes también refleja un daño al tejido social y a la expresión afectiva. La falta de espacios reales para la participación, empleo digno y apoyo emocional amenaza con crear una generación que se siente huérfana de futuro y liderazgo, lo cual sostiene la urgencia de políticas integrales y efectivas que acompañen a los jóvenes en lo laboral, social y psicológico.

Médicos sacrificios y precariedad laboral

El Día del Médico, celebrado desde 1967 tras su instauración en 1966, exhibe un sector sanitario en crisis. Bolivia tiene 17 médicos por cada 10.000 habitantes, muy por debajo del mínimo recomendado por la OPS/OMS (25). La precariedad laboral incluye contratos temporales, falta de seguro y sueldos atrasados. Los centros de salud públicos carecen de insumos básicos y los conflictos entre gremios y gobierno se mantienen. Celebrar a los médicos requiere inversión real para dignificar la profesión y mejorar la infraestructura.

Expectativas y compromiso democrático en 2025

Tras más de dos décadas de una nefasta hegemonía del MAS, las elecciones de octubre de 2025 -con la segunda vuelta entre Rodrigo Paz Pereira y Jorge "Tuto" Quiroga- concentran la esperanza de un cambio real que atienda problemas estructurales como empleo juvenil, salud, educación y medioambiente.

Los jurados electorales, sorteados según la Ley 026, garantizan la transparencia del proceso y la lista publicada justamente el 21 de septiembre priorizará a votantes jóvenes y a ciudadanos habilitados hasta los 60 años, según determinación del TSE. Este compromiso ciudadano refuerza la confianza en una democracia debilitada por la susceptibilidad social.

Es de esperar que el proceso electoral no se contamine con guerra sucia, demagogia y falsas promesas. El presidente que resulte electo deberá gobernar con transparencia y hechos concretos. Solo así, a futuro, el 21 de septiembre dejará de ser un acto simbólico y se convertirá en un recordatorio de que Bolivia necesita unidad, liderazgo honesto y políticas públicas efectivas para salir paulatinamente de la crisis.

BD/MQ/RPU





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