Las absurdas y estrambóticas actuaciones e intervenciones de Daniel Atahuichi sólo son comparables a que un árbitro de fútbol se pusiera a patear penales y marcar goles en un partido.
Brújula Digital|14|09|25|
Ricardo Paz
Daniel Atahuichi Quispe, que se hace llamar Tahuichi Tahuichi, es el mejor ejemplo de lo que NO debe ser una autoridad, mucho menos en un campo tan delicado como el del poder electoral. Es un personaje que no posee la menor calificación para ejercer las delicadas e importantes funciones de vocal del Tribunal Supremo Electoral y que pretende convertirse en actor político de primera línea, confundiendo groseramente su rol y sus funciones.
Sus absurdas y estrambóticas actuaciones e intervenciones, sólo son comparables a que un árbitro de fútbol se pusiera a patear penales y marcar goles en un partido.
Su más reciente perla fue ofrecerse comedidamente a llevar a firmar, a la casa de un candidato, un documento inocuo y testimonial, en un acto flagrante de parcialización y vedetismo.
Tahuichi grafica de manera cruda cómo el MAS envileció el nombramiento de autoridades sin el mínimo de idoneidad, capacidad y conocimiento. Ojalá que en la próxima e inminente renovación del Órgano Electoral se corrijan estos despropósitos tan lamentables.
BD/RED